Calidad en el empleo

La OCDE ha vuelto a insistir en dos fen¨®menos diagnosticados con generosidad: el crecimiento mundial y el de la econom¨ªa espa?ola no van acompa?ados, como parecer¨ªa l¨®gico, de subidas salariales, circunstancia que convierte la recuperaci¨®n econ¨®mica en parcial e insuficiente; y el empleo creado en Espa?a es de mala calidad, por la abrumadora superioridad de la contrataci¨®n temporal. Si bien no es posible discrepar del an¨¢lisis, cabe en cambio rechazar la soluci¨®n. La f¨®rmula que propone (abaratar m¨¢s el despido) no casa bien con la denuncia de la precariedad y ya se ha aplicado en Espa?a con los resultados conocidos.

Como la precariedad en el empleo y la mala calidad en la contrataci¨®n son los problemas m¨¢s graves que tiene en estos momentos la econom¨ªa espa?ola ¡ªrelacionados adem¨¢s con el d¨¦ficit de la Seguridad Social, como advirti¨® el secretario de Estado Octavio Granado¡ª resulta comprensible que el Gobierno se haya enfrascado en buscar soluciones al problema intentando podar la reforma laboral. Ya advirti¨® el nuevo equipo econ¨®mico que no era posible suprimirla, pero s¨ª lo es cambiar aspectos del modelo vigente. Las ideas est¨¢n sobre la mesa: suprimir el llamado ¡°contrato de emprendedores¡±, porque ha fracasado en el objetivo de crear m¨¢s puestos de trabajo fijos; cambiar los contratos de formaci¨®n y hacer que los aut¨®nomos paguen por lo que ingresan y no una tarifa fija.

Si a eso se a?ade la confirmaci¨®n de que la Seguridad Social quiere destopar la pensi¨®n m¨¢xima y buscar nuevos ingresos para pagar las pensiones, la conclusi¨®n es que se puede mejorar la legislaci¨®n laboral sin contar con mayor¨ªa parlamentaria. T¨¦ngase en cuenta, no obstante, la prudencia que impone la realidad. El empleo lo crean las empresas; las normas s¨®lo facilitan o estimulan su creaci¨®n. Parece razonable que se mida el impacto de cualquier modificaci¨®n legal, para que el da?o no sea superior al beneficio.