Borrar un embalse para resucitar un r¨ªo
Un equipo de bi¨®logos estudia en el valle de Artikutza (Navarra) los beneficios y posibles impactos para la biodiversidad de la mayor operaci¨®n de vaciado de un pantano en Espa?a
Entrar en el valle de Artikutza es dar un salto atr¨¢s en el tiempo. En esta finca, ubicada en Navarra y propiedad del Ayuntamiento de San Sebasti¨¢n, el ser humano tiene muy limitada su libertad de acci¨®n desde hace cien a?os. Los verdaderos due?os son peces, mam¨ªferos e insectos, libres de moverse entre grandes bosques monta?osos, perfectamente conservados y repletos de r¨ªos, arroyos y cascadas. Solo un elemento chirr¨ªa en este entorno paradis¨ªaco: una presa de casi dos kil¨®metros de largo, obsoleta desde los a?os setenta, pero que ha garantizado durante casi tres d¨¦cadas agua de buena calidad en la ciudad donostiarra. Por el impacto en el medioambiente y los problemas estructurales de esta barrera artificial, el Ayuntamiento de San Sebasti¨¢n ha empezado a vaciar el embalse. Un equipo de bi¨®logos de la Universidad del Pa¨ªs Vasco (UPV) ha aprovechado la situaci¨®n para poner en marcha un seguimiento de los efectos de esta operaci¨®n, la m¨¢s grande de este tipo en Espa?a hasta la fecha.
Un cartel en la puerta de un edificio de techo rojo indica en euskera y en castellano la entrada al valle de Artikutza. Todo el que llegue andando tiene libre paso, pero se admiten solo 20 coches al d¨ªa previo permiso municipal. Un guardia forestal comprueba en la entrada que esta norma se cumpla estrictamente. Las reglas de acceso a este enclave de casi 4.000 hect¨¢reas son as¨ª de severas desde que San Sebasti¨¢n lo adquiri¨® en 1919. All¨ª, la administraci¨®n localiz¨® la fuente de agua principal para consumo humano en la ciudad. Las necesidades de abastecimiento fueron creciendo con el tiempo y en los a?os cincuenta se construy¨® el embalse de Enobieta. Tan solo dos d¨¦cadas despu¨¦s, el pantano qued¨® peque?o, se realiz¨® otra presa m¨¢s abajo y Enobieta dej¨® de prestar servicio a los vecinos de la ciudad vasca, que ya se abastece ¨²nicamente de ese segundo pantano.
Arturo Elosegi es uno de los pocos que tienen permiso de circulaci¨®n en Artikutza. Este bi¨®logo?de la UPV lidera el grupo de investigaci¨®n que desde hace casi un a?o, con el apoyo de la Fundaci¨®n BBVA, estudia el impacto del embalse de Enobieta en la biodiversidad del valle. Mientras va conduciendo, Elosegi se?ala un peque?o barrio de casas tradicionales vascas ubicado a poca distancia de la presa. Es el ¨²nico de todo el enclave y hospeda a una decena de habitantes. Alrededor, todo es bosque de hayas, robles, pinos y otros ¨¢rboles. El investigador asegura que los cursos de agua, la flora y la fauna en este valle est¨¢n en condiciones mucho mejores que en el resto de la cornisa cant¨¢brica. ¡°Este sitio se ha conservado de forma exquisita¡±, comenta. Tan as¨ª es que los cient¨ªficos consideran Artikutza, incluido en la Red Natura 2000, una referencia para los estudios de conservaci¨®n. ¡°Es el bosque m¨¢s natural que hay. Si queremos saber c¨®mo eran los r¨ªos antes de estar afectados [por el hombre], venimos aqu¨ª¡±, asegura.
El Ayuntamiento de San Sebasti¨¢n ya ha empezado el vaciado controlado de la presa. La inversi¨®n necesaria para compensar la falta de mantenimiento de los ¨²ltimos 30 a?os supondr¨ªa un gasto desproporcionado, seg¨²n consideraron los t¨¦cnicos municipales. Y al aspecto econ¨®mico se suman los efectos ambientales da?inos para el ecosistema. ¡°Por un lado, creamos un h¨¢bitat totalmente artificial, muy malo para la mayor parte de los organismos del r¨ªo. Por el otro, estamos afectando el cauce del agua. El caudal que circula deja de ser natural¡±, detalla Elosegi. Los diques crean una barrera que divide las comunidades de especies distribuidas lo largo del r¨ªo, seg¨²n explica el investigador. Y la calidad del agua empeora, porque en los embalses pueden generarse metales por la escasa presencia de ox¨ªgeno.
El Ayuntamiento estudia la manera mejor para que el r¨ªo Enobieta vuelva a su cauce natural. Actualmente se est¨¢ elaborando un proyecto de puesta fuera de servicio definitiva de la pared, para evitar que se derrumbe de golpe y el vaciado se descontrole. Fuentes municipales explican que se prev¨¦ completarlo en 2020, aunque este plazo podr¨ªa cambiar por la complejidad de la operaci¨®n. De momento se han arreglado unas compuertas de la misma presa que permiten expulsar poco a poco el agua, para reducir el volumen del pantano y poder estudiar en mejores condiciones c¨®mo inhabilitar el dique. Los costes finales de las obras todav¨ªa no se conocen.
El Consistorio cree que en lo que queda de a?o y en el siguiente el nivel del agua ya habr¨¢ descendido de forma considerable. Pero esta previsi¨®n podr¨ªa necesitar una revisi¨®n, porque depende de las condiciones meteorol¨®gicas. Las fuertes lluvias de esta primavera de hecho han anulado parcialmente los efectos del vaciado de los meses anteriores. En algunos puntos, el fondo del pantano puede estar a m¨¢s de 30 metros de calado. Y actualmente el nivel del agua no baja m¨¢s de unos 15 cent¨ªmetros al d¨ªa, algo no visible a simple vista. Desde los 40 metros de altura del dique, en cambio, este embalse de dos kil¨®metros enclavado en un entorno monta?oso tan excelentemente preservado deja impresionado a cualquier observador.
Cuatro bi¨®logos de la UPV hacen trabajo de campo en distintos puntos del valle. ¡°Sabemos muy poco de las consecuencias de la demolici¨®n o la puesta fuera de servicio de grandes embalses¡±, comenta Elosegi. Los investigadores analizan el estado de los caudales en diferentes tramos del r¨ªo principal y de tres afluentes. Tienen previsto seguir con las mediciones y comparar los resultados para ver qu¨¦ cambia durante y despu¨¦s del vaciado, seg¨²n afirma Mirien Atristain, quien con este proyecto, llamado Desembalse, prepara su tesis doctoral. La investigaci¨®n de la UPV ha recibido una financiaci¨®n de 98.000 euros por parte de la Fundaci¨®n BBVA.
Elosegi saca un corrent¨ªmetro, un ox¨ªmetro y un medidor de nivel, instrumentos ¨²tiles para tomar muestras de la actividad y de las condiciones de los r¨ªos. Tras ponerse botas de pesca, los coloca en distintos puntos del afluente Elama para recoger datos y analizarlos en laboratorio. El efecto m¨¢s esperable de la eliminaci¨®n de la presa, seg¨²n explica el investigador, es que poco a poco el r¨ªo principal ¡°se vaya pareciendo a los que no est¨¢n afectados por el embalse¡±.
Pocos metros m¨¢s all¨¢, Aitor Larra?aga saca sedimentos del fondo con una red y los filtra en un cubo. Busca bichos peque?os como insectos, lombrices y crust¨¢ceos. ¡°Los invertebrados tienen un alto valor de bioindicaci¨®n¡±, explica el bi¨®logo. ¡°Sabiendo qu¨¦ especies tenemos, conoceremos qu¨¦ condiciones tienen en su entorno¡±. El profesor de la UPV espera que el vaciado de la presa produzca modificaciones en el h¨¢bitat de estas especies. Los cambios podr¨ªan llevar a algunas de ellas a desaparecer. ¡°La idea es hacer un seguimiento para ver si llega a ocurrir¡±, asegura. Otro objetivo es ver hasta qu¨¦ punto la presa representa una barrera para estos peque?os habitantes de Artikutza. Larra?aga analiza si hay diferencias gen¨¦ticas en las poblaciones de la misma especie que viven aguas arriba o aguas abajo del embalse.
En un silencio interrumpido solo por el canto de unas aves, los trabajos prosiguen tambi¨¦n dentro de la propia presa. Dos investigadores catalanes expertos en r¨ªos y pantanos y uno de un centro alem¨¢n colaboran con Daniel Von Schiller, bi¨®logo de la UPV, en la toma de muestras de los sedimentos y de las aguas del embalse. La maciza pared de la presa aparece enorme al acercarse a ella con una de las barcas que los cuatro usan para sus operaciones de campo.
A bordo de la lancha, Biel Obrador, investigador de la Universidad de Barcelona, saca del agua una botella conectada con un embudo. Es una trampa para las burbujas de gas metano que se generan en el fondo. Junto al CO2, esta es una de las sustancias que los sedimentos acumulados en el embalse emiten en la atm¨®sfera. ¡°Son dos formas gaseosas de carbono que tienen mucho que ver con el efecto invernadero¡±, asegura Von Schiller. Su prop¨®sito es medir el nivel de estas emisiones antes y despu¨¦s de la eliminaci¨®n del embalse.
En la cola del pantano ya se ven los primeros efectos del vaciado. La retirada de las aguas ha dejado descubiertos los sedimentos acumulados en el fondo. Elosegi se muestra convencido de que la eliminaci¨®n de la presa supondr¨¢ grandes beneficios para el ecosistema de Artikutza. ¡°Durante cien a?os aqu¨ª no ha habido pr¨¢cticamente ninguna actividad humana, salvo el embalse. Y vamos a eliminar ese embalse, as¨ª que pensamos que el nivel de naturalidad de ese valle va a aumentar todav¨ªa un escal¨®n m¨¢s¡±.
Uno de los ¨²ltimos refugios para el desm¨¢n de los Pirineos
Artikutza es uno de los pocos valles que a¨²n hospedan al desm¨¢n de los Pirineos, un peque?o mam¨ªfero que vive en r¨ªos de aguas limpias. Este animal est¨¢ amenazado por la progresiva reducci¨®n de las zonas adecuadas para su h¨¢bitat, antes distribuidas en el ¨¢rea pirenaica de Francia, en la mitad norte de Espa?a y en Portugal.
El consultor ambiental Jorge Gonz¨¢lez participa en el estudio del impacto del embalse de Enobieta y de los efectos de su vaciado con el objetivo espec¨ªfico de evaluar c¨®mo esta situaci¨®n puede afectar al desm¨¢n. "Este animal ha sufrido un fuerte declive y es muy importante que todos los a?os vayamos constatando c¨®mo sus poblaciones van evolucionando", asegura.
Gonz¨¢lez explica que el desm¨¢n es una especie "muy elusiva y nocturna", por lo que "resulta dif¨ªcil conseguir informaci¨®n" sobre ella. Por eso ha creado un peque?o refugio artificial que este animal, pariente de los topos de jard¨ªn, considera atractivo para depositar sus heces. A partir del an¨¢lisis gen¨¦tico de los excrementos, los investigadores pueden saber de qu¨¦ se alimenta el desm¨¢n y de ah¨ª, qu¨¦ condiciones tiene su entorno.
Entre sus alimentos favoritos est¨¢n muchos peque?os invertebrados, explica el bi¨®logo Aitor Larra?aga. As¨ª, del estudio de las condiciones de estas especies en Artikutza, se puede evaluar si el valle seguir¨¢ siendo un buen h¨¢bitat para el desm¨¢n tras el vaciado del embalse de Enobieta. "Su destino est¨¢ vinculado al de los r¨ªos de gran calidad. Por eso lo utilizamos habitualmente como una referencia del estado de conservaci¨®n del agua", asegura Gonz¨¢lez.