El Supremo de Trump

La designaci¨®n de Brett Kavanaugh como magistrado para cubrir una vacante en el Tribunal Supremo de Estados Unidos es una nueva muestra del giro radical a la derecha que est¨¢ dando Donald Trump tanto a la presidencia como a las instituciones en las que puede influir por su cargo.

Los miembros del Supremo estadounidense ¡ªun tribunal con mayores poderes que el Constitucional espa?ol¡ª tienen car¨¢cter vitalicio y aunque cada presidente propone para el cargo a personas m¨¢s o menos cercanas a sus postulados ideol¨®gicos, tambi¨¦n trata de que exista un cierto equilibrio en el cuerpo colegiado. Esto garantiza no solo una pluralidad de opiniones en discusiones que afectan de manera decisiva al futuro del pa¨ªs ¡ªy que puede marcar tendencia en muchos otros¡ª sino que otorga un gran prestigio, credibilidad y autoridad a la instituci¨®n. As¨ª, no es excepcional que sentencias consideradas progresistas reciban el apoyo de jueces calificados de conservadores y viceversa. Adem¨¢s, como parte de esa pol¨ªtica de cuidar al Supremo los presidentes tratan de que exista un consenso entre republicanos y dem¨®cratas a la hora de la ratificaci¨®n en el Senado.

Hasta ahora los nueves miembros del Supremo se divid¨ªan oficiosamente en cuatro progresistas y cinco conservadores. La retirada de Anthony Kennedy, de 81 a?os, de tendencia moderada, ha puesto sobre la mesa presidencial la opci¨®n de seguir con un Supremo equilibrado o aumentar la presencia conservadora. Fiel a su estilo, Trump ha optado por un perfil muy escorado pol¨ªticamente y adem¨¢s ha dejado ver que no le importa el consenso del Partido Dem¨®crata porque tiene mayor¨ªa en el Senado. Esta C¨¢mara se renovar¨¢ parcialmente en noviembre, pero Trump pretende que vote a Kavanaugh antes.

Kavanaugh, de 53 a?os, puede pasar sin problemas d¨¦cadas en el cargo. Su antecesor, Kennedy, ha permanecido 30 a?os en el puesto. El magistrado es un f¨¦rreo defensor de la posesi¨®n de armas en manos de particulares, contrario al programa de sanidad universal instaurado por Barack Obama y ha anulado fondos p¨²blicos para la protecci¨®n ambiental. Pero ante la ola ultraconservadora que barre ciertos sectores de EE?UU, el temor de numerosos grupos progresistas es que el nuevo magistrado act¨²e contra la hist¨®rica sentencia del caso Roe contra Wade que en 1973 legaliz¨® el aborto y que fue reafirmada en 1992, entre otros, por el juez a quien sustituye. Recientemente, Kavanaugh vot¨® en contra de la decisi¨®n de un juzgado que permit¨ªa abortar a una menor, inmigrante indocumentada, que permanec¨ªa bajo custodia policial.

En la campa?a electoral de 2016, buscando el favor del voto religioso, Trump prometi¨® nominar a candidatos al Supremo que fueran cr¨ªticos con el derecho al aborto. Entonces hizo p¨²blica una lista de 25 nombres aprobados por organizaciones conservadoras. De esta lista sali¨® en 2017 Neil Gorsuch, que desequilibr¨® el Alto Tribunal a favor de los conservadores. Kavanaugh es el segundo.

La ratificaci¨®n del candidato llevar¨¢ a una tensi¨®n sin precedentes en la sociedad estadounidense. No puede extra?ar que un representante dem¨®crata considere la vacante en el Supremo la ¡°m¨¢s importante en al menos una generaci¨®n¡±.