Lo que la OTAN deber¨ªa aprender de Roma
Los desprecios de Trump a Europa no son solo una an¨¦cdota
Si fuera una persona, podr¨ªamos decir que la Historia es, como m¨ªnimo, bastante revirada. Conocerla bien resulta a veces ¡ªdemasiadas¡ª inc¨®modo y hasta doloroso. Desconocerla por completo es peligros¨ªsimo. Es conveniente saber de ella para evitar que repitamos los mismos errores. Y si no sabemos nada, influye en nosotros aunque no seamos conscientes de ello. En este mundo de conocimiento inmediato y olvido instant¨¢neo en el que nos zambullimos a diario, est¨¢ quedando cada vez m¨¢s arrinconada. La etiquetan como una afici¨®n de raros ¡ªperd¨®n de frikis¡ª cuando en realidad constituye no solo el cofre de la herencia com¨²n del pasado sino una ¨²til herramienta para afrontar el futuro.
La Historia nunca se repite exactamente, pero hay cosas que son curiosamente parecidas. El asombro y desasosiego que produce el discurso de Donald Trump entre sus aliados cuando este desprecia la OTAN que hemos conocido hasta ahora y trata a los europeos con desd¨¦n bebe directamente ¡ªaunque sus protagonistas no lo sepan¡ª de algo que sucedi¨® en el siglo II antes de Cristo.
Entonces, los Estados que formaban Grecia se vieron invadidos por Roma. Oficialmente no fue una invasi¨®n. Los romanos segu¨ªan una pol¨ªtica expansiva basada en ayudar a quienes se lo solicitaban. Luego se quedaban. Pero con Grecia fue diferente. Los macedonios ¡ªlos de verdad, los descendientes de Alejandro¡ª amenazaban a los griegos y los romanos acudieron en su ayuda. Al mando de Tito Quinto Flaminio, las legiones romanas vencieron en la batalla de Cinosc¨¦falos pero el resultado fue que los griegos quedaron a merced de Roma. Relata Indro Montanelli en su Historia de Roma que para sorpresa de los griegos Flaminio ¡°proclam¨® que todos sus pueblos y ciudades eran libres (...) y que pod¨ªan gobernarse con sus propias leyes¡±. Naturalmente, fue una gran alegr¨ªa griega. Eran libres y estaban protegidos. Montanelli remata certero que durante algunos a?os Roma practic¨® una pol¨ªtica ¡°de tolerancia y respeto, muy similar a la que Estados Unidos ha practicado en Europa despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial. Interven¨ªa en sus asuntos internos solo si era solicitada, y procuraba apuntalar el orden constituido. Por esto recog¨ªa las antipat¨ªas de todos los descontentos, que la acusaban de reaccionaria¡±.
EE?UU ayud¨® a Europa para que la Alemania hitleriana no se apoderada de ella y a continuaci¨®n la protegi¨® de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Aunque nos parezca de lo m¨¢s normal tras varias generaciones en paz, lo hizo mediante una excepci¨®n en la Historia igual que Roma tras Cinosc¨¦falos. Y el instrumento militar que ha empleado para ello es la OTAN. Bajo ese paraguas Europa se reconstruy¨®, prosper¨®, extendi¨® la democracia en su territorio y comenz¨® a fusionarse pol¨ªticamente. Los presidentes de EE?UU desde Harry Truman a Barack Obama han sido Flaminio. Como ¨¦l, han acudido a una colina llamada Capitolio para explicar su pol¨ªtica y en sus s¨ªmbolos han tenido ¨¢guilas y fasces. Y los europeos les han aclamado, tolerado, criticado, aborrecido o todo a la vez.
Trump no es Flaminio, es Lucio Mumio, quien ve¨ªa en Grecia a un grupo de pueblos decadentes, indolentes y de poco fiar. Destruy¨® Corinto y solo le import¨® que sus obras de arte no se rompieran por su valor econ¨®mico. Acab¨® con la autonom¨ªa griega. La historia no se repite. Pero avisa.
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