Educar en valores ¨¦ticos
Establecer una asignatura de valores c¨ªvicos en la educaci¨®n espa?ola es una buena noticia porque de esa manera los futuros profesionales tendr¨¢n un espacio para reflexionar sobre las metas y valores de su actividad
El 17 de junio pasado lleg¨® a Valencia el buque Aquarius con 630 inmigrantes a bordo, rescatados d¨ªas antes en el Mediterr¨¢neo. Aunque el viaje era largo, otros puertos m¨¢s pr¨®ximos no se prestaron a recibirlos y fue el puerto valenciano el que lo hizo. Naturalmente, los comentarios de todo tipo inundaron las p¨¢ginas de la prensa, las cadenas de radio y televisi¨®n y las redes sociales, desde los agoreros cansinos que insistieron, como siempre, en pronosticar un efecto llamada que acarrear¨ªa toda suerte de males, hasta el entusiasmo de una ciudadan¨ªa, orgullosa de saberse y sentirse solidaria.
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Los tres poderes sociales ¡ªel ciudadano, el pol¨ªtico y el econ¨®mico¡ª se un¨ªan para atender a los m¨¢s vulnerables. Era el momento m¨¢gico de las sinergias entre las fuerzas sociales a favor de lo mejor que tenemos los seres humanos. Era un brote valioso de hospitalidad.
Claro que aquello era solo un comienzo, y a partir de ese punto deb¨ªa empezar el proceso de organizar, discernir y, en su caso, llevar a cabo la integraci¨®n, porque la acogida es un bien menor, cuando no se ha logrado resolver los problemas en los pa¨ªses de origen para que nadie se vea obligado a dejar su hogar, pero integrar a los reci¨¦n llegados era todav¨ªa la asignatura pendiente.
Recuerdo la ingeniosa respuesta de un profesor latinoamericano a quien pregunt¨¦ c¨®mo no mejoraba la situaci¨®n de su pa¨ªs, teniendo en cuenta la creatividad de sus gentes: ¡°Es que¡±, me dijo, ¡°tenemos muchas iniciativas, pero pocas acabativas¡±. Y ten¨ªa raz¨®n, pero no solo para su pa¨ªs, sino para muchos otros; entre ellos, Espa?a y esa precaria uni¨®n supranacional, que es la Uni¨®n Europea.
Una sociedad demuestra qu¨¦ materias considera indispensables cuando las incluye en las aulas
Los problemas pol¨ªticos y econ¨®micos han venido poni¨¦ndole trabas desde el comienzo, pero hoy en d¨ªa se han sumado las deficiencias ¨¦ticas: la falta de acuerdo real en los valores de los que queremos vivir, que son los que constituyen nuestras se?as ¨¦ticas de identidad. Como dir¨ªa Jos¨¦ Luis Aranguren, nuestra moral vivida, adem¨¢s de nuestra moral pensada.
En la forja de esa moral es una pieza clave la educaci¨®n, tanto formal como informal, tanto la que se plasma en curr¨ªculos escolares y universitarios como la que se propaga a trav¨¦s de la vida cotidiana.
Porque las personas no nacen ciudadanas, sino que se hacen. La persona ¡ªrecordaba Kant¡ª lo es por la educaci¨®n, es lo que la educaci¨®n le hace ser. Y en este tiempo en que en Espa?a se debate sobre una reforma de la ley de educaci¨®n, que venga a superar deficiencias de la LOMCE, es una buena noticia saber que una asignatura de ¡°valores ¨¦ticos y c¨ªvicos¡± va a formar parte de los planes de estudios escolares como un cap¨ªtulo en la formaci¨®n de todo el alumnado.
Hay que reforzar la filosof¨ªa, pues con ella empez¨® el conjunto de la sabidur¨ªa secularizada
A fin de cuentas, hace a?os constaba una asignatura con el t¨ªtulo ¡°La vida moral y la reflexi¨®n ¨¦tica¡±, que se ocupaba del conjunto de valores ¨¦ticos compartidos en las sociedades pluralistas y democr¨¢ticas, es decir, de su ¨¦tica c¨ªvica, y de los proyectos que desde ella se han ido incorporando. Una asignatura que contaba con el apoyo de todos los grupos sociales.
Cu¨¢l ser¨ªa el hilo conductor de esa materia no es dif¨ªcil de imaginar: reflexionar sobre la superioridad de la libertad frente a la esclavitud, el adoctrinamiento y la manipulaci¨®n; degustar el valor de la igualdad entre las personas, que tienen dignidad y no un simple precio, sea cual fuere su raza, religi¨®n, edad, g¨¦nero o su orientaci¨®n sexual; respetar activamente, y no solo tolerar, las ideas de quienes piensan de forma distinta, pero moralmente aceptable; apreciar el di¨¢logo como camino para resolver los conflictos, cuando est¨¢n puestas las condiciones para que el di¨¢logo sea aut¨¦ntico, y tomar nota de que la apuesta por la justicia no es un mero consejo, sino la exigencia indeclinable que constituye el quicio de cualquier sociedad pluralista y democr¨¢tica. Si la justicia falla, como valor y como virtud social, la sociedad est¨¢ desquiciada. Con claro perjuicio para todos, pero sobre todo para los m¨¢s vulnerables.
Contar con una materia semejante en el curr¨ªculo escolar es imprescindible, entre otras razones, porque una sociedad demuestra qu¨¦ materias considera indispensables para la formaci¨®n cuando las incluye en un plan de estudios; en este caso, para ayudar a formar una buena ciudadan¨ªa, conocedora de sus derechos y de sus responsabilidades y capaz de vivirlos en la pr¨¢ctica.
La escuela y la universidad bien pueden vincularse con actividades que encarnen la moral pensada en la moral vivida como parte del curr¨ªculo escolar. El trabajo conjunto con organizaciones c¨ªvicas solidarias se hace aqu¨ª imprescindible.
Es verdad que educamos en tiempos de incertidumbre, ignoramos qu¨¦ habilidades y competencias cient¨ªficas y t¨¦cnicas ser¨¢n las m¨¢s adecuadas para encontrar un lugar en el mundo laboral, pero s¨ª que sabemos que es desde los valores ¨¦ticos mencionados desde los que deber¨ªa orientarse el quehacer de las ciencias y las t¨¦cnicas.
Por eso ser¨ªa aconsejable introducir en el temario de la educaci¨®n espa?ola una asignatura de ¨¦tica en cada uno de los grados universitarios y en la formaci¨®n profesional, de modo que los futuros profesionales tengan un espacio para reflexionar sobre las metas y valores de su actividad.
Naturalmente, la ¨¦tica, que es ¡°filosof¨ªa moral¡±, igual que hay filosof¨ªa de la ciencia o de la t¨¦cnica, es una parte de la filosof¨ªa, ese saber de tan larga y acreditada historia que con ella empez¨® el conjunto de la sabidur¨ªa secularizada, al menos en Occidente.
Mantener la asignatura de filosof¨ªa como obligatoria en primero de bachillerato y aumentar su peso en segundo es una de las reivindicaciones, m¨¢s que justificadas, de la Red Espa?ola de Filosof¨ªa, a las que hace unos d¨ªas dedic¨® un espacio Juan Cruz en las p¨¢ginas de este diario.
Pero en su calidad de ¨¦tica para la Ense?anza Secundaria Obligatoria, con un alumnado m¨¢s joven, es necesario potenciarla muy especialmente para que tome cuerpo en la vida social esa Declaraci¨®n Universal de Derechos Humanos, que el 10 de diciembre cumplir¨¢ 70 a?os, y que tiene por base expl¨ªcitamente la dignidad de las personas, la dignidad de todos los miembros de la familia humana.
Adela Cortina es catedr¨¢tica em¨¦rita de ?tica y Filosof¨ªa Pol¨ªtica de la Universidad de Valencia, miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Pol¨ªticas y directora de la Fundaci¨®n ?TNOR.
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