Suiza se une a Argentina con los versos de Alfonsina Storni

Cuando aquel d¨ªa de 1896 la peque?a Alfonsina dejaba junto a sus padres el pueblo de Sala para ir a Argentina, no pod¨ªa imaginar que d¨¦cadas m¨¢s tarde su nombre ser¨ªa celebrado con exposiciones, conciertos y lecturas p¨²blicas en su regi¨®n natal. Si bien el suicidio de la poetisa feminista tuvo lugar en Mar del Plata la noche del 25 de octubre de 1938, la comuna de Capriasca ha decidido rendirle homenaje anticipado aprovechando la sesi¨®n estival. Uno de estos eventos ha sido el festival La carezza perduta (o La caricia perdida, t¨ªtulo de uno sus poemas emblem¨¢ticos), en el que un grupo de m¨²sicos y artistas locales montaron una marat¨®n de eventos en torno a su figura y obra.

Madre soltera en la conservadora Argentina de los a?os veinte, la vida de Storni no fue f¨¢cil, lo que le llev¨® a acercarse a los incipientes movimientos feministas, socialistas y sindicales. Con su libro Languidez obtuvo el reconocimiento de especialistas y p¨²blico. Entonces iniciaba la relaci¨®n que acabar¨ªa siendo fatal con el escritor Horacio Quiroga, a cuya muerte por c¨¢ncer sigui¨® el suicidio de la escritora suiza.

Aunque lo curioso del caso es que si bien Alfonsina Storni es una figura legendaria de la cultura argentina, no es precisamente una celebridad en su pa¨ªs de origen. A menudo, los suizos conocen m¨¢s la m¨ªtica canci¨®n de Ariel Ram¨ªrez Alfonsina y el mar que su obra literaria. Incluso los argentinos descubrieron el v¨ªnculo helv¨¦tico-argentino tard¨ªamente, gracias a un periodista que descubri¨® su casa natal por casualidad y se interes¨® por sus or¨ªgenes.

Pero si bien fuera del cant¨®n Tesino es una referencia secundaria, en su regi¨®n el recuerdo persiste. ¡°En Sala mantenemos su casa natal y dimos su nombre a una plaza¡±, afirma Davide Conca, alcalde de Capriasca. Aunque hoy el recuerdo de la poetisa feminista sigue m¨¢s vivo que nunca en su pueblo, tal como nos explica Conca: ¡°A cada pareja que se casa, le regalamos las obras completas de Alfonsina Storni. Es algo que se ha convertido ya en una tradici¨®n¡±.