Nueva ¨¦poca en Pakist¨¢n

Pakist¨¢n ha vivido la semana pasada su segundo relevo democr¨¢tico consecutivo de Gobierno. El hecho, notable en un pa¨ªs gobernado por los militares durante la mitad de sus 71 a?os de historia, ha estado eclipsado por una campa?a electoral plagada de acusaciones de interferencia del Ej¨¦rcito. Las denuncias de fraude se han extendido hasta el d¨ªa de la votaci¨®n y el retraso en el recuento ha enturbiado a¨²n m¨¢s la atm¨®sfera. Tanto los observadores electorales locales como el equipo de la Uni¨®n Europea han se?alado irregularidades. Y eso ensombrece el ¨¦xito del ganador. Aun as¨ª, resulta evidente que el partido m¨¢s votado, el Movimiento por la Justicia del exjugador de cr¨ªquet Imran Khan, ha logrado ilusionar a una buena parte del electorado, en especial a los j¨®venes y los sectores educados de la sociedad paquistan¨ª.

Khan, que se declar¨® vencedor sin esperar al anuncio oficial de los resultados, tendr¨¢ que moderar su indisimulada ambici¨®n de gobernar y no poner trabas al recuento en varias circunscripciones, para evitar que el malestar de sus rivales pol¨ªticos se traduzca en protestas, sobre todo porque no ha conseguido la mayor¨ªa y tendr¨¢ que formar una coalici¨®n. El primer ministro in pectore ha prometido acabar con la pobreza y la corrupci¨®n, un objetivo muy ambicioso en un pa¨ªs de 208 millones de habitantes, con un 42% de analfabetismo y donde cerca de un cuarto de la poblaci¨®n vive con menos de un euro al d¨ªa. Adem¨¢s, se enfrenta a una situaci¨®n econ¨®mica tan delicada que muchos analistas consideran inevitable el recurso a un rescate del FMI, lo que impondr¨ªa recortes de gastos que le complicar¨ªan cumplir su programa.