Solidaridad en Grecia: los perros y los gatos, primero

La acci¨®n de decenas de voluntarios, coordinados gracias a varias iniciativas online, ha permitido recuperar muchas mascotas, y sobre todo informar de su localizaci¨®n y estado, por si sus due?os han sobrevivido y, c¨®mo no, los est¨¢n buscando. Algunos incluso se han hecho famosos, como Fire (fuego), la gatita parda que lleg¨® quemada a la cl¨ªnica Vets 4 Life y fue adoptada por los veterinarios. Los voluntarios encontraron tambi¨¦n a este chucho en Mati, la zona cero del incendio. Pensaron que estaba muerto pero se acercaron y vieron que respiraba con dificultad. El can fue evacuado a una cl¨ªnica de Atenas, donde se recupera satisfactoriamente a la espera de dar con sus due?os¡­ o con alguien que le adopte. Ese es tambi¨¦n el prop¨®sito de veterinarios y voluntarios: darles una segunda oportunidad si sus humanos han perdido la vida en la tragedia.

Una vez extinguido el fuego, los voluntarios recorrieron Mati casa por casa ¨Co lo que queda de ellas, no m¨¢s que escombros en muchos casos- dejando a la puerta cuencos con agua y pienso por si all¨ª viv¨ªan mascotas. Christina, voluntaria ataviada con un chaleco naranja de la asociaci¨®n con la que colabora, acarreaba sacos de pienso y bidones de agua. ¡°Pensar¨¢n que estamos locos, ocup¨¢ndonos de animales cuando ha habido tantos muertos¡­ Pero no son s¨®lo animales, son miembros de la familia, adem¨¢s de seres vivos que sienten y padecen. A los griegos, adem¨¢s, nos gustan especialmente los gatos y los perros, no pod¨ªamos dejar a estos abandonados a su suerte, los que han sobrevivido a las llamas¡­¡±. El impacto psicol¨®gico ha sido tan grande para los animales que algunos, como este perro de lanas hallado en una casa en ruinas, necesitaron hasta dos horas y media de atenci¨®n y cuidados por parte de los voluntarios para tranquilizarse.

Algo parecido le pas¨® al gato de Maria Athanasiadou, que abandon¨® a la carrera su chal¨¦ en Mati junto con sus padres y el felino, envuelto, casi amortajado, en una toalla para evitar que escapara. Cercados por las llamas que descend¨ªan hasta el agua, los cuatro miembros de la familia aguardaron a la orilla del mar durante cuatro horas hasta ser rescatados por un barco, con el minino en brazos, pegado muy fuerte al pecho. El suyo fue un final feliz, aunque ¡°desde que llegamos a nuestra casa de Atenas el gato no se mueve m¨¢s que lo imprescindible, al arenero y poco m¨¢s. Sigue paralizado, aterrorizado por lo que vivi¨®, ni siquiera ma¨²lla. Pero por fortuna est¨¢ con nosotros, no puedo imaginar que le hubiera pasado algo¡±.

Los que lo pasaron algo peor fueron los due?os de Lukum¨¢ (bu?uelito), un gatazo blanco y gris que el jueves, tres d¨ªas despu¨¦s del incendio, segu¨ªa refugiado en la copa de un alt¨ªsimo ¨¢rbol. Sus d¨¦biles maullidos atrajeron la atenci¨®n del periodista de La Ser ?lvaro Zamarre?o ¨Cconfeso gatuno-, que oy¨® en ese momento c¨®mo los due?os de Lukum¨¢ le buscaban, llam¨¢ndole por su nombre, desde una finca vecina. El periodista les inform¨® de la presencia de un gato subido al ¨¢rbol, y entonces se produjo el maravilloso reconocimiento: los due?os a l¨¢grima viva por encontrarle, y el gato con unos maullidos rabiosos, desesperados, de amor peludo y de vida.