El deporte femenino no existe

Carolina Mar¨ªn, Ana Peleteiro, Julia Takacs, Jessica Vall, Mar¨ªa P¨¦rez y la selecci¨®n femenina de hockey solo esta semana. La sub-19 de f¨²tbol, campeona de Europa, y la de waterpolo, bronce, este mismo verano. Una avalancha de triunfos deportivos en las m¨¢s variadas especialidades ¡ªdel b¨¢dmiton al triple salto, pasando por la nataci¨®n¡ª han sido protagonizados por mujeres en apenas unos d¨ªas. Sus logros y medallas se han abierto hueco en los telediarios y en la prensa, algunas hasta llegar a la portada. Por derecho propio.

Podr¨ªamos remontar p¨¢gina a p¨¢gina, o v¨ªdeo a v¨ªdeo, hasta llegar hasta R¨ªo 2016, hasta Londres 2012, donde ya fueron m¨¢s las medallas espa?olas ganadas por ellas que las de sus colegas masculinos. Las de la misma Carolina Mar¨ªn, Mireia Belmonte, Maialen Chourraut, Ruth Beitia, Lydia Valent¨ªn, la sincronizada, y los equipos de balonmano, baloncesto y waterpolo¡­

Las deportistas espa?olas compiten con las mejores del mundo y ganan desde hace a?os y ya nadie podr¨ªa imaginarse unos Juegos como los de Se¨²l 88, donde solo hubo una treintena de mujeres en una delegaci¨®n de m¨¢s de 200 deportistas. Igual que no se entender¨ªa que los medios no reflejaran esos triunfos que, como el de Carolina Mar¨ªn, en ocasiones no ha logrado ning¨²n hombre en Espa?a. Algunos patrocinadores ya se han dado cuenta y centran sus esfuerzos marquetinianos en las competiciones femeninas y en sus federaciones, ayudando a impulsar ligas propias y carreras deportivas. Las becas para las deportistas ol¨ªmpicas son igualitarias. Hay programas p¨²blicos para impulsar el deporte hecho por mujeres. Y, aunque ellas siguen siendo minor¨ªa en las directivas de federaciones y organismos, incluso la m¨¢xima responsable del deporte espa?ol, Mar¨ªa Jos¨¦ Rienda, es desde hace unos meses y por primera vez una mujer.

No es que las deportistas espa?olas no sigan teniendo problemas: la ley del deporte no las reconoce como profesionales y sufren las mismas dificultades que cualquier mujer (brecha salarial, despidos injustos cuando se quedan embarazadas¡­) y algunas espec¨ªficas (premios diferentes, aunque cada vez m¨¢s organizadores, sobre todo de grandes torneos, se suman a la igualdad, y menos atenci¨®n de los medios de comunicaci¨®n). Pero han tomado conciencia de s¨ª mismas como colectivo y se reivindican cada d¨ªa en la cancha y con peticiones espec¨ªficas. El 8 de marzo muchas siguieron la huelga de mujeres (#lasdeportistasparamos) y m¨¢s de 1.000 firmaron un manifiesto en el que exig¨ªan desde contratos profesionales, m¨¢s recursos y subvenciones y las mismas cuotas de pantalla que los deportistas, hasta la igualdad en la direcci¨®n de los organismos deportivos (federaciones, ¨¢rbitros, y hasta periodistas).

Seguimos lejos de algunos de esos logros, pero como en tantas otras esferas, como en el mercado laboral, la pol¨ªtica, la judicatura o la universidad, el avance de la mujer en el deporte ha sido espectacularmente r¨¢pido y ya resulta imparable. Hay que seguir apoy¨¢ndolas con subvenciones y otros recursos y reflejar sus logros para que las ni?as sigan teniendo referencias de ¨¦xito. Y, tal vez, haya llegado la hora de dejar de tratarlas como un subg¨¦nero deportivo, de abandonar la etiqueta paternalista de deporte femenino y valorar sus logros como lo que son, ¨¦xitos del deporte espa?ol. Sin etiqueta.