Livingstone
El LHC puede estar ignorando justo el tesoro m¨¢s preciado en ciencia: las part¨ªculas que ni siquiera hemos sido capaces de imaginar
Como el m¨¦dico y explorador escoc¨¦s David Livingstone hab¨ªa perdido contacto con la civilizaci¨®n durante seis a?os, el New York Herald decidi¨® en 1869 enviar al periodista Henry Morton Stanley a buscarlo por los alrededores del Tanganica, el mayor lago de agua dulce del mundo. Lo encontr¨® dos a?os despu¨¦s en el pueblo de Ujiji, oeste de Tanzania, y la forma en que lo salud¨® ha pasado a la historia por lo flem¨¢tica e improcedente: ¡°?El doctor Livingstone, supongo?¡±. La comicidad del saludo proviene de que Livingstone era probablemente el ¨²nico hombre blanco en mil kil¨®metros a la redonda, pero bueno, el caso es que Stanley hab¨ªa ido all¨ª con el objetivo fijo de buscarlo y lo acab¨® encontrando. Si, durante los dos a?os que pas¨® busc¨¢ndolo, Stanley se hubiera tropezado con el unicornio o con el yeti, lo m¨¢s seguro es que ni se hubiera percatado, o incluso que le hubiera preguntado al yeti si hab¨ªa visto a Livingstone.
Algo as¨ª le est¨¢ ocurriendo a la mayor instalaci¨®n cient¨ªfica del mundo, el Gran Colisionador de Hadrones (LHC, en sus siglas en ingl¨¦s), junto a Ginebra. El LHC se ha dedicado hasta ahora a buscar al doctor Livingstone: part¨ªculas postuladas por alg¨²n modelo te¨®rico, y cuyo rastro en las colisiones de protones puede predecirse con bastante aproximaci¨®n. El LHC descubri¨® el bos¨®n de Higgs en 2012 porque lo estaba buscando, y porque 40 a?os de perfeccionamiento del modelo est¨¢ndar de la f¨ªsica de part¨ªculas hab¨ªan pintado a la perfecci¨®n su retrato robot. El LHC ha usado la misma estrategia en otros casos, como la b¨²squeda de las part¨ªculas de la supersimetr¨ªa, esta vez sin ning¨²n resultado. Hasta ah¨ª todo bien.
Pero un creciente grupo de f¨ªsicos relacionados con el colisionador de Ginebra est¨¢n empezando a pensar que, al igual que Stanley, el LHC se puede estar perdiendo al unicornio y al yeti. Con su obsesi¨®n stanleinesca en encontrar el bos¨®n de Higgs o las part¨ªculas supersim¨¦tricas que predicen una u otra teor¨ªa, el LHC puede estar ignorando justo el tesoro m¨¢s preciado en ciencia: las cosas que no ha predicho nadie, las part¨ªculas que ni siquiera hemos sido capaces de imaginar, los t¨²neles abiertos a una f¨ªsica que vaya m¨¢s all¨¢ del modelo est¨¢ndar. Estos f¨ªsicos, seg¨²n informa Nature, quieren cambiar las b¨²squedas guiadas por otras generales, que examinen todo lo que sale de all¨ª sin ninguna concepci¨®n previa. Es un problema t¨¦cnico formidable, pero esperan abordarlo con la ayuda de la inteligencia artificial moderna: la que encuentra pautas que no estaba buscando.
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