La abuela de Bouray Ba tiene 78 a?os y lleva toda su vida viviendo en Namarel. Asegura que cuando era peque?a el clima era mucho m¨¢s ben¨¦volo, llov¨ªa y hab¨ªa pasto para los animales. Ahora, el terreno es cada vez m¨¢s des¨¦rtico y la subsistencia, por consiguiente, m¨¢s dif¨ªcil.
Las mujeres que se quedan al cuidado del hogar, el ganado y los ni?os viven de las reservas hasta que estas se agotan. ¡°Luego, de la solidaridad de sus vecinos, y cuando ven que todos est¨¢n en la misma situaci¨®n, muchas madres se van a las ciudades a mendigar¡±, explica la reportera. En N¨ªger, donde pas¨® el ¨²ltimo tramo del mes de julio documentando la misma sequ¨ªa, Arango se top¨® con un caso que la conmocion¨®: ¡°Conoc¨ª a una madre que ten¨ªa 13 hijos, los tres ¨²ltimos eran trillizos y el marido se hab¨ªa ido a Libia con intenci¨®n de cruzar el Mediterr¨¢neo, pero no sab¨ªa si estaba vivo o muerto porque no hab¨ªa vuelto a tener noticias suyas¡±. Los trillizos ten¨ªan pocos meses y los tres padec¨ªan desnutrici¨®n aguda con complicaciones, seg¨²n la fot¨®grafa. ¡°Y la mujer se hab¨ªa visto obligada a pedir en la calle, pero claro, con los tres ni?os. Los hijos que iban delante, m¨¢s mayores, le ayudaban a cargarlos, porque ella no pod¨ªa sostenerlos y, encima, mendigar¡±.