Orb¨¢n y el PP

En una decisi¨®n hist¨®rica, el Parlamento Europeo (PE) recomend¨® ayer aplicar el art¨ªculo 7 de los Tratados de la UE contra Hungr¨ªa, lo que incluir¨ªa como castigo la p¨¦rdida del derecho de voto de Budapest en el Consejo. Es la primera vez, desde el comienzo del proceso de uni¨®n pol¨ªtica y comercial continental en 1957, que la Euroc¨¢mara inicia un proceso de estas caracter¨ªsticas contra un pa¨ªs debido a la deriva autoritaria emprendida por su Gobierno. La resoluci¨®n ¡ªadoptada por 448 votos a favor y 197 en contra¡ª es de una extraordinaria gravedad. Por un lado, revela lo lejos que han llegado las veleidades populistas del Gobierno presidido por Viktor Orb¨¢n y, por otro, muestra la determinaci¨®n de los ¨®rganos de gobierno de la Uni¨®n de no tolerar que el proyecto europe¨ªsta sea socavado desde dentro.

Desde luego, Orb¨¢n no puede argumentar que la decisi¨®n de la Euroc¨¢mara le haya tomado por sorpresa. Ha recibido numerosas cr¨ªticas y advertencias, entre otras cosas, por su pol¨ªtica de hostigamiento a ONG y a instituciones educativas independientes, sus trabas a la libertad de expresi¨®n y su negativa a aceptar acuerdos alcanzados por todos los socios de la UE respecto a la acogida de refugiados. Es cierto que la votaci¨®n de ayer en el Parlamento Europeo es apenas el primer paso de un largo y complicado proceso ¡ªse necesitar¨¢ la unanimidad de los dem¨¢s Estados miembros¡ª, cuyo objetivo parece casi m¨¢s lograr que el rebelde entre en raz¨®n antes que aplicar la sanci¨®n efectivamente. Pero eso no resta un ¨¢pice a que el art¨ªculo 7 se aplica por violar valores b¨¢sicos de la UE como los derechos humanos o el imperio de la ley.

La votaci¨®n supon¨ªa una piedra de toque para el Partido Popular Europeo (PPE), al que pertenecen las grandes formaciones de centroderecha de la UE ¡ªentre ellas el PP¡ª y de la que todav¨ªa ¡ªincomprensiblemente¡ª es miembro el xen¨®fobo Fidesz de Orb¨¢n. Hasta el momento, el PPE ha evitado la expulsi¨®n de ese partido, pero ayer no tuvo m¨¢s remedio que retratarse. Al final, opt¨® por dar libertad de voto.

Pero mientras los grandes partidos del centroderecha europeo, entre los que destaca la democracia cristiana alemana (CDU), se decantaron mayoritariamente por apretar el apodado bot¨®n nuclear de la UE contra Orb¨¢n, la mayor¨ªa de los eurodiputados del PP obedecieron ¨®rdenes y emitieron una tibia abstenci¨®n. Siguiendo una decisi¨®n atribuida a la direcci¨®n del partido en Madrid, nueve eurodiputados populares se abstuvieron y otros tres desobedecieron, pero no para apoyar a la CDU, sino para defender a Orb¨¢n. Resulta adem¨¢s llamativo que el jefe del grupo popular espa?ol, Esteban Gonz¨¢lez Pons, ni siquiera participase en la votaci¨®n.

La primera decisi¨®n importante del PP en pol¨ªtica exterior bajo el liderazgo de Pablo Casado ha sido notablemente desacertada. Ayer, ten¨ªa la oportunidad de demostrar el compromiso con la Europa de los valores democr¨¢ticos que trata de construirse desde hace d¨¦cadas. La abstenci¨®n es un bal¨®n de ox¨ªgeno al populismo autoritario de Orb¨¢n, contra quien votaron incluso los diputados del derechista canciller austriaco Sebastian Kurz. Se trata de una decisi¨®n que a¨ªsla a sus propios diputados en una resoluci¨®n hist¨®rica a favor de la democracia y la libertad en Europa.?