D¨ªas de miedo, d¨ªas de obstrucci¨®n
La pol¨ªtica practicada por el Partido Republicano, con evidente mala fe, ha hecho que la crisis provocada tras la ca¨ªda de Lehman Brothers se haya prolongado m¨¢s tiempo del que hubiera debido
Lehman Brothers quebr¨® hace 10 a?os. La econom¨ªa estadounidense ya estaba en recesi¨®n, pero el caos causado por la ca¨ªda de Lehman la precipit¨® por un acantilado: a lo largo del a?o siguiente, se perdieron 6,5 millones de empleos. Fueron tiempos aterradores.
Aun as¨ª, no experimentamos una repetici¨®n completa de la Gran Depresi¨®n, y hay quien ha afirmado que el sistema funcion¨®, en el sentido de que los legisladores hicieron lo que se ten¨ªa que hacer para evitar la cat¨¢strofe.
Pero esto es cierto solo a medias. Evitamos el desastre total, aunque, no obstante, experimentamos una ca¨ªda del empleo enorme y sostenida, que tuvo como consecuencia un inmenso coste humano y econ¨®mico. Es muy posible adem¨¢s que allanara el camino hacia la actual crisis constitucional de Estados Unidos. ?Pero por qu¨¦ dur¨® tanto la depresi¨®n?
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Hay m¨²ltiples respuestas, pero el factor m¨¢s importante fue el de la pol¨ªtica: el obstruccionismo c¨ªnico y de mala fe practicado por el Partido Republicano.
Un aspecto crucial que me parece que en general sigue sin entenderse es que, a pesar de lo aterradora y lo perjudicial que result¨® la crisis financiera ¡ªla interrupci¨®n de los mercados de cr¨¦dito que sigui¨® al hundimiento de Lehman¡ª, fue bastante breve. Las mediciones del estr¨¦s financiero, que incluyen cosas como el diferencial de tipos de inter¨¦s de los activos de riesgo, se dispararon durante unos meses, pero enseguida volvieron a la normalidad. El aspecto puramente financiero de la crisis estaba b¨¢sicamente superado en el verano de 2009.
Pero la crisis econ¨®mica m¨¢s general dur¨® mucho m¨¢s tiempo. El desempleo subi¨® hasta casi el 10%, y despu¨¦s baj¨® con dolorosa lentitud; de hecho, no volvi¨® al 5% hasta siete a?os despu¨¦s de la ca¨ªda de Lehman. ?Por qu¨¦ la r¨¢pida recuperaci¨®n financiera no fue seguida por una r¨¢pida recuperaci¨®n econ¨®mica?
En un nivel b¨¢sico, la respuesta es que la crisis financiera no fue m¨¢s que un s¨ªntoma de un problema m¨¢s grande: el estallido de una gigantesca burbuja inmobiliaria. El pinchazo de la burbuja desencaden¨® una poderosa corriente descendente en la econom¨ªa, tanto porque provoc¨® una ca¨ªda en picado de la inversi¨®n residencial como porque asest¨® un duro golpe a la riqueza de las familias, lo que redujo el gasto de los consumidores.
La crisis financiera no fue m¨¢s que un s¨ªntoma de un problema m¨¢s grande: la burbuja inmobiliaria
Por tanto, lo que exig¨ªa la crisis eran pol¨ªticas de fomento del gasto, para compensar los efectos de la crisis inmobiliaria. Pero la respuesta normal ¡ªreducir los tipos de inter¨¦s¡ª no estaba disponible, porque los tipos ya rondaban el 0%. Lo que necesit¨¢bamos, por el contrario, era un est¨ªmulo fiscal: aumento de las inversiones p¨²blicas y bajada de impuestos para las familias de rentas bajas y medias, que probablemente dedicar¨ªan ese dinero a gastos.
Y, en efecto, tuvimos un est¨ªmulo considerable. Pero no lo suficientemente grande, y lo que es a¨²n m¨¢s importante: perdi¨® fuerza demasiado pronto. Hacia 2013, con el desempleo todav¨ªa por encima del 7%, la Administraci¨®n p¨²blica en todos los niveles apenas proporcionaba m¨¢s respaldo econ¨®mico que en 2007, cuando la vivienda experimentaba todav¨ªa un fuerte auge.
?Por qu¨¦ se qued¨® corta la respuesta ante una econom¨ªa deprimida? Podemos debatir hasta el infinito si el Gobierno de Obama podr¨ªa haberle sacado al Congreso un est¨ªmulo mayor y m¨¢s sostenido; lo que est¨¢ claro es que algunos responsables no ve¨ªan la necesidad de pol¨ªticas m¨¢s fuertes. Cuando Christina Romer, la economista jefe del Gobierno, propuso que se aumentase el est¨ªmulo, Tim Geithner, el secretario del Tesoro, descart¨® la propuesta tach¨¢ndola de ¡°az¨²car¡±. Aparte de eso, los esfuerzos para combatir el desempleo tuvieron que enfrentarse al extra?o consenso entre los pol¨ªticos de Washington de que ¡ªa pesar del elevado desempleo y de unos tipos de inter¨¦s ins¨®litamente bajos¡ª el verdadero problema no resid¨ªa en el empleo, sino en la deuda.
Pero la raz¨®n m¨¢s importante por la que la profunda depresi¨®n dur¨® tanto fue la arrasadora oposici¨®n republicana a todo aquello que pudiera haber ayudado a contrarrestar los efectos colaterales del descalabro del sector inmobiliario.
Y cuando escribo ¡°arrasadora¡±, no exagero. No olvidemos que en el verano de 2011 los republicanos del Congreso amenazaron con provocar una nueva crisis financiera al negarse a elevar el l¨ªmite de deuda. Su objetivo era chantajear al presidente Barack Obama para obligarlo a recortar el gasto en un momento en el que el desempleo se manten¨ªa en el 9% y los costes reales del endeudamiento en Estados Unidos segu¨ªan cercanos al 0%.
Los republicanos c¨ªnicos y con mala intenci¨®n sacrificaron millones de puestos de trabajo
Ahora bien, los republicanos afirmaban que su oposici¨®n a todo aquello que pudiera limitar el desempleo masivo estaba guiada por un profundo compromiso con la responsabilidad fiscal. Pero era pura hipocres¨ªa, algo evidente para cualquiera que mirase el contenido real de las propuestas presupuestarias del Partido Republicano, que dejaban corta la estrategia de humo y espejos. Hab¨ªa que ser extremadamente cr¨¦dulo para tomarse en serio la preocupaci¨®n de los republicanos por el d¨¦ficit; por desgracia, hab¨ªa un mont¨®n de expertos cr¨¦dulos por ah¨ª.
En cualquier caso, los acontecimientos de los dos ¨²ltimos a?os han dejado perfectamente clara la realidad de lo que ocurri¨®. Los mismos pol¨ªticos que declaraban fervorosamente que Estados Unidos no pod¨ªa permitirse gastar dinero en sostener los puestos de trabajo durante una profunda y prolongada recesi¨®n, acaban de forzar la aprobaci¨®n de una enorme rebaja de impuestos para las grandes empresas y los ricos que har¨¢ que se dispare el d¨¦ficit, a pesar de que en la actualidad la econom¨ªa est¨¢ cerca del pleno empleo. No, no es que hayan abandonado su compromiso con la responsabilidad fiscal; es que, para empezar, nunca les han importado los d¨¦ficits.
De modo que si queremos entender por qu¨¦ la Gran Depresi¨®n que empez¨® en 2008 se prolong¨® tanto, arruinando la vida de tantos estadounidenses, la respuesta es la pol¨ªtica.
Concretamente, la pol¨ªtica fracas¨® porque los republicanos c¨ªnicos y de mala fe prefirieron sacrificar millones de puestos de trabajo a dejar que algo bueno le ocurriese a la econom¨ªa mientras un dem¨®crata ocupaba la Casa Blanca.
Paul Krugman es columnista de opini¨®n desde 2000 y catedr¨¢tico del Centro de Estudios de Posgrado de la Universidad de la Ciudad de Nueva York. En 2008 obtuvo el Premio Nobel en ciencias econ¨®micas por su trabajo sobre comercio internacional y geograf¨ªa econ¨®mica. ? The New York Times Company, 2018.
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