Portisch transforma con arte

Blancas: Ta1, Tf1, Rh1, Dd2, Cc3, Ad3, Ae3, Ce2; peones en a2, b2, d5, f3, g2 y h2.

Negras: Ta8, Ac8, Dd8, Tf8, Rh8, Ag7, Cf6, Ch5; peones en a7, b7, d6, e5, f5 y h7.

Los asiduos al c¨¦lebre torneo de Linares (Ja¨¦n), el Wimbledon del ajedrez, no olvidaremos nunca la potente voz de bar¨ªtono del h¨²ngaro Lajos Portisch, que retumbaba cada d¨ªa a media ma?ana por los pasillos del hotel An¨ªbal. Era su manera de activar el cerebro pocas horas antes de enfrentarse en el tablero a un colega de la ¨¦lite. Todos le tem¨ªan por su enorme dureza: nacido en 1937, Portisch disput¨® ocho Torneos de Candidatos, fue ocho veces campe¨®n de Hungr¨ªa y estuvo entre los mejores del mundo unos 30 a?os (1962-1992, aproximadamente). Su entrenamiento minucioso y tenaz (no menos de ocho horas diarias) fue la clave. Este v¨ªdeo glosa una gran partida contra otro de los pocos no sovi¨¦ticos temidos por todos, el yugoslavo Sv¨¦tozar Gl¨ªgoric (1923-2012), en el dur¨ªsimo torneo de Mil¨¢n de 1975, donde el magiar fue el vencedor de su primera fase, por delante de K¨¢rpov. Petrosi¨¢n, Ljub¨®jevic, Tal y Larsen, entre otros (luego cay¨® en la final ante K¨¢rpov por 3,5-2,5). Portich detecta una debilidad peculiar: un caballo vulnerable, y la atornilla hasta rematar con gran brillantez y elegancia.