Verg¨¹enza
Me sonrojo de que haya espa?oles entre los promotores y apologetas del chavismo, de que los haya hoy para disculpar a Maduro
El squire Trelawney, entusiasta y bobalic¨®n mecenas del viaje de la Hispaniola a la isla del tesoro, cont¨® a sus amigos que una vez, regresando de Am¨¦rica en un barco de pasajeros, avistaron a lo lejos el pabell¨®n negro de Flint, el pirata. ¡°Todos se echaron a temblar y yo, Dios me perdone, me alegr¨¦ de que fuese ingl¨¦s¡±. No soy tan patriota como para celebrar las fechor¨ªas de mis conciudadanos, aunque me alegro sinceramente de sus (?nuestros!) ¨¦xitos deportivos, literarios, cinematogr¨¢ficos, cient¨ªficos... Y en ese gozo compartido incluyo al resto de los pa¨ªses hispanoamericanos, elenco del que Espa?a creo que forma parte como uno m¨¢s. Pero esos sentimientos extensivos e inclusivos tienen fecha de caducidad... y ciertos l¨ªmites prudenciales. Por eso me cuesta fingir pesadumbre cuando se me reprochan abusos de hace siglos, los cometiese Francisco Pizarro en Per¨² o el general Santa Anna en Texas. Y desde luego sostengo que la responsabilidad de los actos es de quien los lleva a cabo, no de sus compatriotas o de sus parientes. Sea para bien o para mal...
Sin embargo, ahora siento una agobiante sensaci¨®n de verg¨¹enza cuando veo lo que est¨¢ ocurriendo en Venezuela. Me sonrojo de que haya espa?oles entre los promotores y apologetas del chavismo, de que los haya hoy para disculpar a Maduro. Son los nuevos encomenderos, los virreyes del peor imperialismo: el colectivismo incompetente, liberticida y mentiroso. Busquen sus caras en YouTube, las conocen de nuestras televisiones. Y cuando oigo a esos colegas ideol¨®gicos de quienes han dejado a los venezolanos sin medicinas, sin alimentos, sin maestros... pontificar contra los recortes en sanidad o educaci¨®n que seg¨²n ellos trajo el PP a Espa?a y presentarse como necesaria alternativa, siento m¨¢s verg¨¹enza todav¨ªa. Pero sobre todo siento miedo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.