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Ocho formas de habitar el mundo Un faro, una campo de f¨²tbol o una caravana son algunas de las viviendas no convencionales que forman parte de una ocupaci¨®n del territorio cada vez m¨¢s compleja. En este caso, en Andaluc¨ªa Rosa Luz Palacios tiene 56 a?os. Una cama, un peque?o mueble y un espejo en una furgoneta le bastan. Naci¨® en Sevilla, aunque creci¨® en Par¨ªs. Madre de seis hijos, dos de ellos fallecidos por enfermedad, vive desde hace a?os, desde que muri¨® su hijo menor, en una furgoneta que le ha llevado de viaje por toda Europa, asegura. Se mantiene haciendo todo tipo de arreglos en los campings por los que pasa. Sabe que hay mucha gente, incluso sus hijos, que no comprenden su modo de vida, pero ella se defiende. ¡°En mi mundo, los locos son los dem¨¢s¡±, dice. Y: ¡°Puedo tener un chalecito donde me apetezca¡±. PACO PUENTES Las puertas del estadio del M¨¢laga Club de F¨²tbol, La Rosaleda, tienen el nombre de algunos de sus jugadores m¨ªticos. Todas, menos una, la n¨²mero 18, que lleva el nombre de Andr¨¦s Perales, el hombre que condujo el autob¨²s del equipo por toda Espa?a durante 25 a?os. Perales, de 83 a?os, nacido en Marmolejo (Ja¨¦n), cuenta que en 1982, cuando Espa?a celebr¨® el Mundial de F¨²tbol, le propusieron vivir en el estadio y compaginar la labor de ch¨®fer con la de conserje. As¨ª, unos calabozos reformados del estadio se convirtieron en una casa para ¨¦l y su mujer. A?os m¨¢s tarde, el club le construy¨® una vivienda mejor, que hoy sigue ocupando aunque ya lleva ocho a?os jubilado. El jeque Abdullah Bin Nasser Al-Thani, due?o del club, le pidi¨® que siguiera viviendo en el estadio, un gesto por el que Perales y su familia siempre est¨¢n profundamente agradecidos. "Por mi casa han pasado los mejores jugadores del mundo", destaca Andr¨¦s. Su casa alberga cada 15 d¨ªas casi 30.000 personas que le hacen vibrar cuando todos juntos cantan un gol. PACO PUENTES A S¨¦ptimio Andr¨¦s, madrile?o de 51 a?os, le pusieron el nombre, como a su padre, por el puesto que ocupa entre sus hermanos; es el s¨¦ptimo hijo de la familia. Cuenta que, amante de la aventura y aburrido de Madrid, a los 20 a?os se prepar¨® y aprob¨® las oposiciones a farero convocadas por el Ministerio de Obras P¨²blicas. Su primer destino fue en el Cabo de la Nao, en J¨¢vea (Alicante). Despu¨¦s pas¨® por el Cabo de Creus, en Cadaqu¨¦s, antes de poder elegir y llegar al Cabo de Chipiona, donde lleva ya 23 a?os. Se siente un privilegiado por vivir en un sitio tan singular, por el trabajo que hace ¡ªmarca la entrada y salida del abundante tr¨¢fico de barcos al r¨ªo Guadalquivir ¡ª y por historia que habita: el faro fue construido en el siglo I antes de Cristo bajo el nombre de 'Caepiunis Turris' o 'Torre de Cepi¨®n', y fue en su ¨¦poca el segundo m¨¢s importante, detr¨¢s del de Alejandr¨ªa. ¡°Poder subir y percibir el comportamiento de la Tierra, las estrellas, la progresi¨®n de los planetas a lo largo del a?o, te hace sentir que vives en la inmensidad del universo¡±, explica. PACO PUENTES Jos¨¦ Ricardo Gallardo el p¨¢rroco de Umbrete, en Sevilla, y, como fraile franciscano, vive desde hace un a?o en el convento de la Virgen de Loreto de Espartinas, en la misma provincia. Residir en un espacio tan singular le aporta espacio de recogimiento, meditaci¨®n, tranquilidad y silencio, explica. Pero aclara: "El espacio donde se vive no hace la vida". El lugar, admite. Despierta la curiosidad de la gente, por lo que se reciben visitas inesperadas a cualquier hora del d¨ªa. PACO PUENTES In¨¦s Mar¨ªa Navarro es una onubense 39 a?os. Ha sido feriante desde peque?ita, de hecho hered¨® de su padre la ¡°ruta de las ferias¡± de los pueblos de Huelva y Sevilla. De abril a octubre recorre m¨¢s de 40 localidades junto a su marido y uno de sus hijos; siete meses atendiendo su negocio (una atracci¨®n llamada El tren de la escoba), que les da para vivir el a?o entero. Durante este tiempo viven en el remolque de un gran cami¨®n acondicionado como vivienda, los otros cinco meses lo hacen en una casa en su pueblo natal, Escacena del Campo, Huelva. Al contrario que su padre, In¨¦s Mar¨ªa cuenta que prefiere "vivir en una casa de verdad y bajo un techo seguro". A veces siente miedo de noche cuando anda de ferias: "Una vez cierras la atracci¨®n y te metes a dormir, no sabes qui¨¦n puede merodear por los alrededores". PACO PUENTES Mar¨ªa Vadanta (43 a?os) vive en la caseta anexa a una antigua instalaci¨®n el¨¦ctrica en La Pa?oleta, en la localidad sevillana de Camas. En 2011 fue desahuciada junto a su pareja de su casa y, tras habitar durante unos meses una chabola en el Charco de la Pava, a orillas del Guadalquivir, en abril de 2012 localiz¨® y prefiri¨® esta caseta. Se gana la vida aparcando coches en los alrededores y con lo que recibe de C¨¢ritas y la gente cercana. Lo que peor lleva de su situaci¨®n, cuenta, son las condiciones de higiene, el extremo calor en verano y el fr¨ªo en invierno. PACO PUENTES Juan Jes¨²s P¨¦rez y Mar¨ªa Puente viven desde hace tres a?os y medio en una casa ecol¨®gica construida por ellos mismos, ubicada en El Calabacino, Huelva, un antiguo poblado. Decidieron construir su casa con los materiales m¨¢s factibles de conseguir por proximidad y para realizar una arquitectura tradicional, entendiendo tradicional no como arquitectura t¨ªpica del lugar, sino la pr¨¢ctica milenaria de utilizar los materiales m¨¢s cercanos. Nacieron y se criaron en ciudad, pero cuando pudieron decidir, eligieron lugares m¨¢s acordes con su manera de entender la vida. Han vivido en otras casas ecol¨®gicas, de piedra, tierra e incluso en cuevas. Les satisface haber construido la suya propia utilizando elementos que dejan una m¨ªnima huella ecol¨®gica. Tambi¨¦n su capacidad aislante, tanto t¨¦rmica como ac¨²stica, la sensaci¨®n acogedora que transmiten la tierra y la paja, las formas org¨¢nicas de las paredes y saber que es un h¨¢bitat biodegradable. En Espa?a no existen c¨®digos t¨¦cnicos sobre la construcci¨®n en paja, tapial, tierra o tejados verdes. Se tienen que usar c¨®digos de otros pa¨ªses y eso dificulta y encarece este tipo de construcciones. Al utilizar materiales no abrasivos, como la paja y el barro, sus hijos pudieron participar, en la medida de su capacidad, en la construcci¨®n. PACO PUENTES Pedro Silva es un sevillano de 75 a?os. Trabaj¨® como arquitecto municipal de Mairena del Aljarafe durante 35, actividad que compatibiliz¨® con un estudio junto a dos socios m¨¢s. Pero un d¨ªa se cans¨® de su profesi¨®n y de su vida, lo que inclu¨ªa su vivienda en una urbanizaci¨®n llamada Sim¨®n Verde. Por eso se fue en 2004 a vivir a sus dos barcos, a veces en el mar -uno de ellos, m¨¢s peque?o, lo usa para navegar, a veces en tierra, como ahora, en el puerto de Gelves (Sevilla). Para esto segundo usa el que aparece en la fotograf¨ªa, de nombre 'Erakles', que est¨¢ reformando para poderlo botar en breve. Amante tambi¨¦n de los coches antiguos ¨Cha restaurado una veintena de ejemplares de la marca Mercedes-, no ve ninguna pega a vivir en un barco. ¡°Cuando salgo al mar los problemas se quedan en tierra¡±. Nunca olvidar¨¢ una noche en la que le rode¨® un grupo de delfines en alta mar mientras escuchaba la ¨®pera 'Trist¨¢n e Isolda' de Wagner. PACO PUENTES