Adictos a las pantallas
Una desmesurada dedicaci¨®n a las redes sociales o a los chats puede desembocar en una grave dependencia
Impulsadas por la revoluci¨®n tecnol¨®gica, las sociedades modernas se est¨¢n haciendo cada vez m¨¢s dependientes de las pantallas digitales. Las actividades econ¨®micas, laborables, educativas y familiares no se conciben hoy en d¨ªa sin los tel¨¦fonos m¨®viles, las tabletas, las consolas de videojuegos o la televisi¨®n. Estos artilugios han entrado a formar parte de la rutina, especialmente para los ni?os, que desde pr¨¢cticamente su nacimiento viven conectados a los dispositivos m¨®viles. Pero estar sometidos a un excesivo tiempo de exposici¨®n ante los contenidos que albergan estas pantallas puede tener efectos perniciosos sobre su desarrollo cognitivo, como acaba de verificar un ambicioso trabajo realizado por investigadores canadienses. Lo que durante mucho tiempo ha sido objeto de mera sospecha parece ahora comprobado: existe una correlaci¨®n directa entre el uso de los dispositivos m¨®viles por parte de los menores y su maduraci¨®n intelectual. Se podr¨ªa decir que, parad¨®jicamente, los tel¨¦fonos inteligentes no hacen m¨¢s listos a los ni?os que los utilizan.
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El problema no est¨¢ en el uso sino en el abuso. Una desmesurada dedicaci¨®n a las redes sociales o a los chats puede desembocar en una grave adicci¨®n. La tecnolog¨ªa es considerada ya como una sustancia nociva para la salud o el equilibrio ps¨ªquico, comparable a las drogas o el alcohol, capaz de provocar efectos perjudiciales tanto en el plano individual como social. J¨®venes y ni?os son colectivos especialmente vulnerables, y hacia ellos se deben dirigir las acciones preventivas. Un paso en esta direcci¨®n es la inclusi¨®n este a?o de la dependencia tecnol¨®gica en el Plan Nacional de Adicciones elaborado por el Ministerio de Sanidad. Otro modelo es el aplicado en Francia, donde se han prohibido los tel¨¦fonos m¨®viles en los colegios.
Como poblaci¨®n de riesgo, el foco debe estar puesto en los menores para que, como proponen los cient¨ªficos canadienses, se reduzca a un m¨¢ximo de dos horas diarias su exposici¨®n a las pantallas. Eso significa recortar a la mitad el tiempo que actualmente pasan delante del m¨®vil, la tableta o la televisi¨®n en Espa?a, que se aproxima a las cuatro horas diarias. Cumplir este objetivo exige un cambio de h¨¢bitos tendente a fomentar otras actividades de ocio. Inculcar la pr¨¢ctica deportiva evitar¨ªa de paso el sedentarismo que propicia navegar por Internet o ver la televisi¨®n.
Tal y como apuntan los expertos, la tecnolog¨ªa es una industria basada en la extracci¨®n: nos separa de la familia, los amigos y nos quita horas de sue?o. Y si bien aporta innumerables ventajas, tambi¨¦n acarrea peligros que hay que combatir de manera coordinada desde la Administraci¨®n, la escuela y la familia.
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