La derecha se divorcia

Es el lamento m¨¢s antiguo de la izquierda. Nuestro voto se divide entre muchos partidos mientras que, por el contrario, la derecha siempre est¨¢ unida. Pero, en estos momentos, quien se est¨¢ fracturando en las democracias occidentales es precisamente la derecha.

El ancestral cainismo de la izquierda ha saltado a la otra orilla. Las viejas corrientes de derechas, m¨¢s liberales o m¨¢s conservadoras, que sobreviv¨ªan en matrimonios de conveniencia en las naciones de nuestro entorno, se est¨¢n divorciando. Y no es una separaci¨®n amistosa. En EE?UU, las disputas entre republicanos de toda la vida y alt-right son irreconciliables. En la Europa del Este, se ha levantado un tel¨®n de acero entre liberales y nacionalistas. Han pasado de ser pragm¨¢ticos aliados a enemigos ac¨¦rrimos. Y el juego sucio del Brexit, con tensiones dentro y fuera del partido conservador brit¨¢nico, ha enterrado todo vestigio de esp¨ªritu caballeresco en la derecha m¨¢s arraigada de Europa.

Por eso, es cuestionable la predicci¨®n m¨¢s reciente sobre nuestra derecha. Que, dada la dura competici¨®n entre PP y Ciudadanos, no hay espacio para que surja un partido como Vox. Puede ser, pero la tendencia global es que las formaciones de derechas muten y se reproduzcan. En otros pa¨ªses europeos, m¨¢s peque?os que Espa?a, podemos encontrarnos con tres o cuatro partidos de centro derecha (como liberales, conservadores y democristianos) y uno de extrema derecha.

Las causas de la multiplicaci¨®n de las derechas son diversas. Y no obedecen solo al triunfo de la posverdad y los mensajes populistas simplificadores. De hecho, el nacimiento de nuevos movimientos, que ayer afectaba a la izquierda y hoy a la derecha, es el resultado de unas ciudadan¨ªas con un mayor nivel educativo y que conf¨ªan menos en las etiquetas de los grandes partidos. Prefieren unas formaciones pol¨ªticas m¨¢s a medida.

Esta customizaci¨®n pol¨ªtica ha llegado tambi¨¦n a Espa?a. La pregunta no es si hay sitio para un nuevo partido de derechas como Vox. Con un sistema proporcional, y sobre todo en las elecciones al Parlamento Europeo, hay votos para todos. La cuesti¨®n es en qu¨¦ nicho de votantes se especializa cada formaci¨®n. La supervivencia de los partidos de derecha ya no pasa por apelar a todos los ciudadanos ideol¨®gicamente afines.

En la era de los mensajes pol¨ªticos sencillos, ganar¨¢n los que sepan elaborar un discurso m¨¢s sofisticado. @VictorLapuente