El indescifrable enigma de Freddie Mercury

Hay algo enga?oso y dif¨ªcil de capturar en Bohemian Rhapsody, la canci¨®n de la banda brit¨¢nica Queen compuesta por Freddie Mercury para el ¨¢lbum A Night in the Opera (EMI, 1975). Millones de personas conocen de memoria sus cambios de tono y ritmo, sus extravagantes coros y falsetes y el pegadizo riff de la guitarra de Brian May. Y sin embargo, cualquiera que intente hacerse con ella en una noche de alcohol y karaoke se enfrentar¨¢ inevitablemente al fracaso.

Algo parecido les ha ocurrido a la mayor¨ªa de cr¨ªticos de cine londinenses despu¨¦s de ver el estreno del biopic del mismo nombre. La categor¨ªa de leyenda de Queen, y especialmente de Freddie Mercury, hab¨ªa generado un doble enga?o en la ansiosa espera de una pel¨ªcula, accidentada en su rodaje y que ha tardado diez a?os en ver la luz. Los logros musicales del grupo son indiscutibles. La personalidad carism¨¢tica de Mercury, con su tr¨¢gico final v¨ªctima del SIDA, tambi¨¦n.

Los ingredientes eran perfectos para una historia ¨¦pica. El estreno ha dejado un regusto plano y prescindible. ¡°Si la intenci¨®n de este film era que salieras del cine y comenzaras a descargarte la incre¨ªble m¨²sica de esta banda (y eso es efectivamente lo que hizo este cr¨ªtico), lo han conseguido. Pero si esperaban algo m¨¢s que una versi¨®n te?ida de rosa del que podr¨ªa haber sido uno de los biopics m¨¢s interesantes y conmovedores de todos los tiempos, tengan cuidado: lo disfrut¨¦, pero esto no es la vida real, es m¨¢s bien fantas¨ªa¡±, escrib¨ªa el cr¨ªtico James East en el diario The Sun, parafraseando en sus ¨²ltimas palabras una de las l¨ªneas m¨¢s famosas de la canci¨®n.

Solo se salva de la sensaci¨®n de mediocridad generalizada el actor de ascendencia egipcia?Rami Malek, que consigue personificar, si no el magnetismo de Freddie Mercury, al menos su explosividad en el escenario y su imagen inigualable. No as¨ª su voz. Han sido necesarias componendas en el estudio de grabaci¨®n para poder transmitir una intensidad similar.

El primer actor elegido fue el c¨®mico Sacha Baron Cohen ¡ªqui¨¦n no ha pensado alguna vez en su asombroso parecido con Mercury¡ª, pero desavenencias con los componentes a¨²n vivos de Queen le hicieron abandonar el proyecto. Lo mismo pas¨® con Ben Wishaw, la segunda opci¨®n. Tambi¨¦n hubo cambio de director. Y todas estas vicisitudes llevan a la conclusi¨®n de que la pel¨ªcula nunca acab¨® de tener una idea clara de lo que se quer¨ªa contar.

Bohemian Rhapsody expone la soledad, los excesos y las incertidumbres de Mercury. Y su noviazgo, primero, y amor plat¨®nico despu¨¦s, con Mary Austin, que interpreta la actriz Lucy Bointon. El ¨¦nfasis en ese amor, que fue real y se mantuvo hasta el final (Austin hered¨® la mansi¨®n y la fortuna del cantante) ha creado revuelo en las redes sociales: muchos han querido ver un intento de camuflar la homosexualidad de Mercury. La pel¨ªcula no oculta, sin embargo, ninguna de sus pasiones, pero deja una sensaci¨®n a la mayor¨ªa de los cr¨ªticos de objetivo no cumplido. Pod¨ªa extraerse algo m¨¢s de aquel provocador que lleg¨® a decir: ¡°Soy capaz de acostarme con cualquier cosa, hombre, mujer o gato¡±.

M¨¢s bien se trataba de sacar nuevo r¨¦dito a un ¨¦xito que sigue prolong¨¢ndose durante d¨¦cadas. Una pel¨ªcula ¡°perfectamente adecuada¡±, escrib¨ªa el cr¨ªtico de la BBC. Y perfectamente prescindible, seg¨²n el consenso del resto de expertos.