La historia de ¡®Montsy¡¯ y Freddie
La canci¨®n ¡®Barcelona¡¯, asociada a los Juegos Ol¨ªmpicos de 1992, uni¨® a la soprano con el l¨ªder de Queen en una ic¨®nica imagen musical fruto de una amistad
Se le plant¨® ¨¦l de improviso en el entonces Hotel Ritz de Barcelona con su productor, Mike Moran, y un potente equipo de m¨²sica y, ante el piano, se puso a cantar Exercises in Free Love, haciendo ¨¦l, en falsete, las partes que le corresponder¨ªan a ella, si aceptaba. Era a principios de 1987 y as¨ª se conocieron personalmente Freddie Mercury y Montserrat Caball¨¦. Y ah¨ª naci¨® el embri¨®n de la que ser¨ªa una de las mejores iconograf¨ªas tanto de la m¨²sica contempor¨¢nea como de la idea de modernidad cl¨¢sica que quiso vender la Barcelona ol¨ªmpica de 1992: el histri¨®nico rockero y la sobria diva cantando juntos el himno popular Barcelona, ep¨ªtome sonoro del evento.
Mercury estaba musicalmente loco y obsesionado con ella desde que la viera cantar en 1983 en la Royal Opera House de Londres, en una representaci¨®n de Un ballo in Maschera, de Verdi. Por la v¨ªa de los representantes el brit¨¢nico no paraba de hacerle llegar su inter¨¦s en conocerla y poder cantar alg¨²n d¨ªa juntos. En p¨²blico, no se cansaba de repetir que su int¨¦rprete preferida era ¡°Montsy¡±, en la particular pronunciaci¨®n del cantante. Ese Exercises in Free Love (que acabar¨ªa siendo el tema Ensue?o) fue el pasaporte. A Caball¨¦ le gust¨® ese personaje que, contrariamente a lo que aparentaba, vend¨ªa su voz en vez de su imagen. ¡°Cuando se puso al piano a improvisar, me di cuenta de que estaba ante un m¨²sico de verdad¡±. El impacto fue tal que acordaron verse de nuevo, ya en Londres, en casa del propio vocalista de Queen, para hacer una maqueta.
Con letra y m¨²sica creadas por Mercury y Mike Habiten surgi¨® Barcelona. Seguramente no del todo casual: la soprano ten¨ªa el deseo y encargo del alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, de que interpretara alguna pieza en la ceremonia inaugural de los Juegos, quiz¨¢ el himno. Maragall ya hab¨ªa hecho participar a Caball¨¦ en un acto en Lausanne para la candidatura de la ciudad ante el COI, pocos meses antes de la nominaci¨®n. Con el tiempo, fue el propio hermano de la cantante, Carles, seg¨²n la propia soprano, quien sugiri¨® la idea de que cantar¨¢n juntos ella y el l¨ªder de Queen.
Aquella jornada en Londres estuvieron hasta las seis de la ma?ana para hacer la maqueta. Huelga decir que encandil¨® tanto al alcalde como a los miembros del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Espa?ol. Pero el milagro de la excelencia musical era m¨¢s humano que t¨¦cnico. Como dir¨ªa despu¨¦s Mercury, efectivamente les preocupaba que las voces y registros antag¨®nicos ¡°pudieran acoplarse¡±, pero no fue nada complicado por ¡°el sentimiento que surgi¨®¡±, seg¨²n admitir¨ªa ella a?os despu¨¦s. Caball¨¦, de car¨¢cter fuerte, pero muy humana, qued¨® prendada de la ¡°personalidad sencilla¡± de una estrella como Mercury, ¡°nada que ver cuando sal¨ªa al escenario cantando con Queen¡±. Tambi¨¦n la sacudi¨® (y les uni¨®) la mirada religiosa, a pesar de que el cantante segu¨ªa el culto zoro¨¢strico: ¡°Yo soy creyente y ¨¦l hablaba de Dios y me dec¨ªa: ¡®No importa qu¨¦ camino y qu¨¦ nombres toma, pero Dios solo hay uno¡¯, y yo estaba de acuerdo¡±, rememor¨® a?os despu¨¦s.
Solo esa qu¨ªmica personal entre ambos explica que lo que iba a ser una canci¨®n, que en 1987 ya ocup¨® el octavo puesto en el ranking de los hits en Gran Breta?a, se convirtiera en el proyecto de un disco, trabajo que se alarg¨® durante m¨¢s de a?o y medio, torpedeado por las agendas art¨ªsticas de ambos y, sobre todo, por la enfermedad del sida que desarroll¨® Mercury. ¡°Me lo dijo. Entonces tuvimos la oportunidad de crear canciones en las que todas tienen significado¡ Me emocion¨® porque est¨¢bamos haciendo algo muy especial y eso no pasa a menudo; no siempre tienes la suerte de cantar con alguien que se va, que lo sabe, y estar interpretando con ¨¦l su ¨²ltimo adi¨®s¡±, evoc¨® en una entrevista a la agencia Efe hace unos a?os.
Caball¨¦ guard¨® silencio sobre la enfermedad de Mercury, algo que los uni¨® m¨¢s estrechamente y que no impidi¨® que actuaran juntos en diversas ocasiones, en especial una recordada actuaci¨®n promocional para la Espa?a de 1992 que tuvo lugar en la discoteca Ku de Ibiza?en mayo de 1987. Mercury falleci¨® ocho meses antes de la inauguraci¨®n de los Juegos, por lo que la interpretaci¨®n juntos, a pesar de la imagen que ha quedado en el imaginario colectivo, no fue posible. Fue entonces cuando se busc¨® otra canci¨®n y la organizaci¨®n se decant¨® por Amigos para siempre que cant¨® Josep Carreras.
Pero?Barcelona, primera canci¨®n del ¨¢lbum hom¨®nimo, qued¨®: la cl¨¢usula impuesta por el Consistorio barcelon¨¦s de que las conexiones con las televisiones de todo el mundo para las retransmisiones ten¨ªan que ser con Barcelona ayudaron, por ejemplo, a que la canci¨®n, ese 1992, se colocara segunda en el ranking musical brit¨¢nico. Cuestiones art¨ªsticas aparte (de alguna manera, Caball¨¦ fue pionera en la popularizaci¨®n de las incursiones de los cantantes de ¨®pera en el g¨¦nero del rock y su puesta en escena), la inimaginable pero dulcemente chocante qu¨ªmica entre Montsy y Freddie (¡°gracias a m¨ª se ha convertido ahora en una rockera¡±, bromeaba ¨¦l) hizo el resto. Tanto, que el ingl¨¦s quiso que la canci¨®n sonara en su entierro.
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