Merkel se va
La canciller inicia su retirada de la vida pol¨ªtica alemana
El abandono de Angela Merkel de la presidencia de su partido y el anuncio de que en ning¨²n caso ser¨¢ canciller de Alemania despu¨¦s de 2021 ¡ªcuando est¨¢ previsto que acabe la presente legislatura¡ª ponen fin a una importante etapa tanto en la pol¨ªtica de Alemania como de Europa. Merkel ha sido una de las mujeres m¨¢s importantes de Alemania en el ¨²ltimo siglo y de la pol¨ªtica europea de la ¨²ltima d¨¦cada. Adem¨¢s, ha jugado un important¨ªsimo papel en el continente en momentos de grave dificultad ¡ªpor motivos financieros, sociales y pol¨ªticos¡ª del proyecto de construcci¨®n europea.
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El pr¨®ximo domingo, la todav¨ªa l¨ªder democristiana dejar¨¢ la presidencia de la CDU, su formaci¨®n. Lo hace en un momento de gran desgaste tanto en su prestigio pol¨ªtico personal como en el de la Uni¨®n Dem¨®crata Cristiana, que est¨¢ encadenando una serie de malos resultados electores en comicios locales, ya sean estos derrotas o exiguas victorias donde se pone de manifiesto una notable p¨¦rdida de votos. Un buen ejemplo sucedi¨® el pasado domingo en el Estado federal de Hesse, donde, aunque venci¨®, la CDU se dej¨® 11 puntos con respecto a los comicios de 2011. Merkel, quien siempre se ha caracterizado por el pragmatismo, ha entendido correctamente que su tiempo pol¨ªtico, al menos en Alemania, ha terminado.
Es cierto que en los ¨²ltimos a?os la canciller ha tenido que hacer frente a una situaci¨®n muy compleja tanto en Alemania como en el marco europeo. En el interior, tras 13 a?os en el Gobierno, Merkel preside desde marzo un Ejecutivo formado por una fr¨¢gil coalici¨®n en minor¨ªa donde su socio natural ¡ªla b¨¢vara Uni¨®n Social Cristiana¡ª se ha mostrado peligrosamente atra¨ªdo por el discurso populista de la extrema derecha. Un planteamiento adem¨¢s que con gran ¨¦xito electoral est¨¢ explotando la Alternativa por Alemania (AfD) de car¨¢cter nacionalista y xen¨®fobo. Ha sido precisamente en el tema de la inmigraci¨®n donde Merkel ha encontrado la mayor contestaci¨®n interna y donde puso a prueba su talla como l¨ªder pol¨ªtica. En 2015, durante la crisis de refugiados y desplazados m¨¢s grave vivida en Europa desde el final de la II Guerra Mundial, Merkel orden¨® que Alemania abriera sus puertas a cientos de miles de personas que se agolpaban en sus fronteras. Aquella medida ¡ªque siempre ha calificado como ¡°excepcional¡± y no ha vuelto a repetir¡ª le cost¨® la retirada de confianza del electorado m¨¢s conservador. La decisi¨®n sorprendi¨®, por el contrario, a sectores pol¨ªticos en toda Europa, muchos de ellos cr¨ªticos con la canciller, que lo interpretaron correctamente como un claro mensaje de que hay situaciones donde hay que hacer lo correcto aunque pol¨ªticamente sea perjudicial.
En el contexto europeo, Merkel encarn¨® el rigorismo y la intransigencia econ¨®mica durante la crisis financiera. La inflexibilidad ante las dificultades, principalmente de Grecia, someti¨® a la UE a una tensi¨®n nunca vista. La canciller encarn¨® una pol¨ªtica de austeridad presupuestaria que ha tenido funestas consecuencias en la vida de millones de europeos y, en gran medida, ha sido el origen del euroescepticismo creciente que hoy padece la Uni¨®n. Tambi¨¦n es responsable del bloqueo actual de las reformas institucionales y del euro que plante¨® su hom¨®logo Macron. Acabado su papel en Alemania, Merkel sigue siendo, no obstante, una de las personas que mejor conoce y que m¨¢s influencia tiene en Europa, en un momento en el que la Uni¨®n necesita de estas figuras. Su adi¨®s a Alemania no tiene por qu¨¦ ser un adi¨®s a Europa.
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