6 fotosLas mujeres que luchan por la igualdad en EslovaquiaUna profesora universitaria, una l¨ªder sindicalista y dos funcionarias del Departamento de Igualdad reclaman mayores avances para la mujer en el pa¨ªs centroeuropeoCarlos Mart¨ªnezBratislava - 31 oct 2018 - 22:19CETWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceLa profesora Svetlana Fialova, 33 a?os, volvi¨® en septiembre, tras unas vacaciones en la isla de Rodas y en Nueva York, para iniciar su tercer curso como profesora universitaria en Kosice, la segunda ciudad de Eslovaquia. Esta docente de Artes Visuales descubri¨® poco antes de comenzar el curso que sus tres nuevos compa?eros, tres hombres, iban a empezar con un salario mayor al suyo. Sin intenci¨®n de perjudicar a sus compa?eros, Fialova denunci¨® su situaci¨®n, primero en un post en Facebook y despu¨¦s con una queja formal que todav¨ªa espera respuesta. Su compa?era Eva, la ¨²nica otra mujer que trabaja en su departamento, le inform¨® de que ella tambi¨¦n se encontraba en la misma situaci¨®n.C. M.Cuando cumpli¨® los 30, Fialova decidi¨® regresar a Kosice, su ciudad natal, y encontr¨® trabajo en la Facultad de Artes. Lo que m¨¢s disfruta de su profesi¨®n es la cercan¨ªa con los alumnos. Explica que sus clases suelen tener una clara mayor¨ªa de alumnas, pero que tanto su facultad como el resto de la universidad est¨¢n claramente dominadas por los hombres. Fialova cree que las eslovacas que vivieron la etapa comunista son m¨¢s conformistas. ¡°No han luchado nunca por sus derechos como mujer¡±, sostiene. La profesora conf¨ªa en que sea la nueva generaci¨®n la que lidere el cambio por un futuro mejor para la mujer.Fialova, formada durante seis a?os en Londres y otros tres en Praga, compagina su trabajo como profesora universitaria de Artes Visuales con su carrera profesional como dibujante de arte figurativo. En su estudio, en el centro de Kosice, Fialova nos explica que el apoyo que le brinda el Ministerio de Cultura le permite desarrollar su arte. Por su trabajo como docente universitaria solo percibe 600 euros mensuales, 120 m¨¢s que el salario m¨ªnimo en el pa¨ªs centroeuropeo.C.M.Olga Pietruchova dirige el Departamento de Igualdad de G¨¦nero e Igualdad de Oportunidades del Ministerio de Trabajo, Asuntos Sociales y Familia desde 2011. En su despacho en Bratislava, la capital del pa¨ªs, esta funcionaria de 56 defiende los resultados logrados en materia de desigualdad salarial entre hombres y mujeres. Pietruchova argumenta que el incremento de las inspecciones laborales han contribuido notablemente a reducir la brecha, que hoy ya es menor que la de Reino Unido o Alemania. Pietruchova tambi¨¦n explica que los sectores en los que m¨¢s trabaja la mujer (educaci¨®n, trabajo social, gesti¨®n administrativa...) suelen tener salarios muy precarios, y que es en las zonas rurales del pa¨ªs donde es m¨¢s dif¨ªcil luchar contra las irregularidades.C. M.Lubica Rozborova trabaja con Olga Pietruchova en el Departamento de Igualdad de G¨¦nero e Igualdad de Oportunidades. Tras haber vivido varios a?os en Noruega, Rozborova cree que los avances de la mujer en Eslovaquia deben acelerarse. Preocupada por la violencia contra la mujer, Rozborova trabaja tratando de concienciar a las j¨®venes eslovacas sobre los peligros tecnol¨®gicos. El pa¨ªs tiene uno de los ¨ªndices de ciberacoso y porno venganza (difusi¨®n de im¨¢genes sexuales sin consentimiento) m¨¢s altos de entre todos los pa¨ªses comunitarios. A Rozborova le inquieta que en su pa¨ªs siga siendo habitual la doble victimizaci¨®n en los casos de violencia sexual.C. M.Monika Uhlerova es vicepresidenta de la Confederaci¨®n de Sindicatos de Eslovaquia. La sindicalista cree que la reducci¨®n de la brecha salarial de g¨¦nero se ha estancado en los ¨²ltimos debido a la falta de nuevas medidas. Uhlerova reclama muchas m¨¢s prestaciones sociales orientadas al desarrollo de la mujer y de la infancia. "M¨¢s guarder¨ªas, m¨¢s ayudas a las madres solteras", reclama en su despacho de Bratislava. Uhlerova, la segunda mujer en ocupar su cargo, explica que muchas mujeres eslovacas est¨¢n dispuestas a cobrar un salario menor que sus colegas del sexo opuesto con tal de estar empleadas. "Hace falta m¨¢s esp¨ªritu cr¨ªtico", sostiene.C. M.