Flores de tela
Iba el se?or a su pueblo a ponerle flores a su se?ora, muerta en 1986, en un rito que repite cada a?o por Los Santos a pesar de que, desde entonces, ha vivido lo suyo
Ayer cog¨ª un tren en Alicante. Ven¨ªa a reventar de mayores de un viaje del Imserso, seg¨²n pregonaba su bronceado, su ropa de vacaciones y sus bolsas de un hotel de Benidorm con un bocata para el tr¨¢nsito. No me sorprendi¨® que mi compa?ero de asiento fuera un anciano. Pero ¨¦l viajaba solo. Su atuendo tampoco era como el del resto. Luc¨ªa cual dandi con su camisa, su jersey de pico, su americana, su abrigo y su gorra bajo el brazo. Una iba, para variar, estresadita perdida pensando trabajar para no perder tiempo o echar una cabezada para ganar sue?o, Imposible. Mi hombre empez¨® a hablar antes de salir y solo dej¨® al bajarme yo en Atocha, porque ¨¦l segu¨ªa viaje. Iba el se?or a su pueblo a ponerle flores a su se?ora, muerta en 1986, en un rito que repite cada a?o por Los Santos a pesar de que, desde entonces, ha vivido lo suyo.
Cinco mujeres ha tenido en su vida y su esposa fue la segunda, siendo la primera una francesa que conoci¨® cuando emigr¨® a Lille el a?o que lleg¨® al poder De Gaulle, y que le dej¨® plantado, a¨²n no sabe por qu¨¦, porque se quer¨ªan con locura. Mal est¨¢ que ¨¦l lo diga, pero mi viejo bailaba de esc¨¢ndalo, ten¨ªa perras, gastaba una Vespa, y las se?oras acud¨ªan como moscas al ruido de su moto, seg¨²n tuvo a bien informarme. Yo no sab¨ªa d¨®nde meterme. Fui al bar, abr¨ª el port¨¢til, cerr¨¦ los ojos. Nada. ?l, a lo suyo. Eso es la perdici¨®n, clam¨®, al verme con el m¨®vil. Dos amigos tiene enganchados al porno, cuando el cuerpo es sabio y sabe cu¨¢ndo puede obrar y cu¨¢ndo se acab¨® lo que se daba, advirtiome, apocal¨ªptico, mientras me se?alaba lo hermosas que estaban las vi?as tras la ventanilla. Al final se me hizo corto el viaje. Mi viejo se llama Fabriciano, el santo del d¨ªa, y me cont¨® su vida en dos horas y media. No es ni mejor ni peor que un milenial o una cincuentona por ser anciano. Solo quiere lo que queremos todos. Si se topan con un Fabri, esc¨²chenle. Vale la pena.
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