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A clase con mam¨¢ En la escuela secundaria Maestro Arancibia, en Tucuman (Argentina), se ha habilitado una sala de maternidad para que las madres adolescentes y alumnas con hermanos peque?os a su cargo puedan continuar sus estudios mientras sus beb¨¦s permanecen con dos educadoras que les cuidan en un entorno adecuado La sala maternal de la Escuela Secundaria Maestro Arancibia, en el barrio Las 260 Viviendas, en Tucum¨¢n (Argentina), se abri¨® en febrero de 2018 para que sus alumnas que ya son madres, as¨ª como los estudiantes que tengan hermanos peque?os a su cargo, tengan d¨®nde dejar a sus peque?os mientras van a clase. El 13,8% de los nacidos vivos en 2016 (¨²ltimo dato disponible) en Argentina ten¨ªan una madre de menos de 19 a?os, seg¨²n el Ministerio de Salud. Una tasa de fertilidad entre las j¨®venes que se ha mantenido m¨¢s o menos estable en la ¨²ltima d¨¦cada y que en algunas provincias, como Tucum¨¢n, es incluso superior (16,4%). Julio Pantoja (Unicef) Maxi (a la derecha) y Lionel (a la izquierda) son hijos de dos alumnas del instituto. Cada ma?ana van a clase con sus madres. Ellos, se quedan en la sala maternal con dos educadoras infantiles. Julio Pantoja (Unicef) Luc¨ªa Gonz¨¢lez, de 17 a?os, (a la izquierda) estudia tercero de secundaria y es madre de Lionel, de un a?o y seis meses, al que tuvo cuando ella todav¨ªa ten¨ªa 15. Lucrecia Villada, de 16, (a la derecha) es estudiante de primero. Su hijo se llama Maxi y naci¨® hace un a?o y ocho meses. Julio Pantoja (Unicef) Entre otras actividades, en la sala maternal los ni?os toman la merienda. Hoy toca yogur. Julio Pantoja (Unicef) Las maestras de infantil ense?an a los peque?os nociones de higiene. Despu¨¦s de la merienda, hay que lavarse las manos. Como Maxi no llega al lavabo, le colocan un alza para que pueda asearse ¨¦l solo. Julio Pantoja (Unicef) Giselle Jaime y Karina Roxana Tramenelli son las educadoras infantiles que se hacen cargo de Lionel y Maxi durante el horario lectivo de sus madres. Despu¨¦s de la merienda y el correspondiente lavado de mano, Maxi tiene sue?o. Julio Pantoja (Unicef) En la sala hay tres cunas, adem¨¢s de juguetes, libros, cocina, tronas, un sof¨¢... La obra para transformar el aula en un lugar adecuado para los beb¨¦s, as¨ª como los salarios de las maestras lo cubre la provincia de Tucum¨¢n. Unicef ha asumido el gasto del equipamiento de la sala. Julio Pantoja (Unicef) Lionel es m¨¢s hablador desde que acude cada ma?ana a la sala maternal, dice su madre. ""Cantan un mont¨®n de cancioncillas y hasta se quiere poner los zapatos ¨¦l solo", asegura orgullosa. Julio Pantoja (Unicef) Las amigas y el padre de Lucrecia intentaron disuadirla de que tuviera a su hijo. "No me arrepiento. Las que me conoc¨ªan me apoyaban para que abortase. Hasta mi pap¨¢ me dec¨ªa que lo abortase. Pero yo no quer¨ªa", relata. Julio Pantoja (Unicef) Luc¨ªa dej¨® su formaci¨®n un a?o tras el nacimiento de Lionel, pero siempre pens¨® en volver y no encontr¨® m¨¢s oposici¨®n que sus propias circunstancias. Su madre, quien cuidaba del peque?o cuando ella iba a clase, encontr¨® trabajo. La apertura de la sala maternal en el instituto se produjo cuando m¨¢s la necesitaba. Julio Pantoja (Unicef) Como Luc¨ªa, Lucrecia dej¨® de estudiar para cuidar de su beb¨¦. Ha estado dos a?os sin ir al instituto. Ahora cursa primero y, aunque sus padres no quer¨ªan que retomase sus estudios, ahora est¨¢n orgullosos de ella. "Est¨¢n contentos porque han visto que he avanzado much¨ªsimo. Esta sala es de much¨ªsima ayuda", dice. Julio Pantoja (Unicef) Las maestras preparan cada d¨ªa actividades sensoriales para estimular el aprendizaje de Maxi y Lionel. La sala no ha sido beneficiosa para sus madres, sino tambi¨¦n para ellos. En la imagen juegan al paraca¨ªdas. Los ni?os r¨ªen cuando todos quedan debajo de la tela y las educadoras preguntan d¨®nde est¨¢n. Julio Pantoja (Unicef) Camila Guti¨¦rrez, de 16 a?os, y su novio Nahuel, de 18, tampoco se cuidaron, es decir, no usaron anticonceptivos en sus relaciones sexuales. Ella est¨¢ embarazada de ocho meses y cursa tercero en el centro Maestro Arancibia. No quiere perder el a?o y solo se ausenta los d¨ªas que se siente muy cansada. Mariela Toscano, la directora y profesora de matem¨¢ticas, asegura que el equipo docente ha adelantado la evaluaci¨®n de la joven "para que tenga sus notas antes de que llegue el parto". As¨ª podr¨¢ retomar sus estudios tan pronto como decida. "En dos meses", planea ella. Julio Pantoja (Unicef) Mientras Maxi y Lionel juegan y cantan en su aula, el resto de alumnos del instituto atiende a sus clases. En la Escuela Secundaria Maestro Arancibia, ubicada en el humilde barrio Las 260 Viviendas, hay dos itinerarios: ciencias y artes. Julio Pantoja (Unicef) Mariela Toscano, la directora del centro, asegura que peri¨®dicamente los chavales reciben educaci¨®n sexual y reproductiva. Julio Pantoja (Unicef)