Diane Hanna, psic¨®loga australiana de M¨¦dicos Sin Fronteras, pas¨® 9 meses en Irak brindando servicios de salud mental a centenares de desplazados por el conflicto armado. A trav¨¦s de sus dibujos cuenta la historia de algunos de sus compa?eros y pacientes
Diane Hanna, psic¨®loga australiana de M¨¦dicos Sin Fronteras, pas¨® nueve meses en Mosul, Irak, brindando servicios de salud mental a centenares de personas desplazadas por el conflicto armado. A trav¨¦s de sus dibujos cuenta la historia de algunos de sus compa?eros y pacientes."Para la mayor¨ªa de nosotros resulta imposible imaginar el trauma tan enorme que conlleva el tener que dejar apresuradamente tu hogar, viendo c¨®mo los edificios arden en llamas detr¨¢s de ti, huyendo de las bombas que siguen cayendo y de las balas silban a pocos metros de distancia", contaba un paciente a la artista. En este dibujo, el sol parece ser el ¨²nico testigo del sufrimiento de una mujer que huye con su beb¨¦ en brazos y con las pocas pertenencias que logr¨® llevarse. Representa la desesperaci¨®n y la falta de esperanza en una cultura donde no es com¨²n expresar emociones en p¨²blico.Hanna explica su trabajo diario: "Las elevadas temperaturas, que son incluso m¨¢s altas dentro de las tiendas de campa?a, hacen que el llanto desolado de los beb¨¦s resulte estremecedor para cualquiera. Todas las ma?anas nuestro equipo en Qayyarah ve¨ªa a padres que caminaban hasta cinco kil¨®metros junto a sus hijos, soportando el calor y las tormentas de arena, sin comida y con muy poca agua, solo para poder llegar hasta nuestra cl¨ªnica".Un d¨ªa agridulce para la especialista: "En un lugar como Mosul pasas calor y sed y al final del d¨ªa acabas cansado y dolorido por la falta de comodidades y la intensidad del trabajo al que nos enfrentamos. Sin embargo, cuando de repente llega una madre que te cuenta c¨®mo vio morir a su hijo mientras estaba en sus brazos, comprendes que ninguna de esas cosas tiene importancia alguna".El tratamiento de casos de desnutrici¨®n aguda severa no solo consiste en proporcionar alimentos y cuidados m¨¦dicos al paciente. En muchos casos es necesario tambi¨¦n llevar a cabo una intervenci¨®n psicol¨®gica, ya que la salud del beb¨¦ tambi¨¦n depende de ello. "Los factores de estr¨¦s causados por el trauma de la guerra o la escasez de alimentos pueden hacer que una madre se a¨ªsle psicol¨®gicamente y, a su vez, que el ni?o se vuelva ap¨¢tico y no est¨¦ bien", indica la psic¨®loga.El tratamiento m¨¢s efectivo para la desnutrici¨®n aguda severa es la alimentaci¨®n terap¨¦utica junto con el apoyo psicosocial que brindaban personas como Hanna, que relata el procedimiento: "Nuestro equipo en Qayyarah proporcionaba alimento terap¨¦utico ambulatorio a los beb¨¦s mayores de seis meses. El equipo de salud mental proporcionaba servicios de psicoterapia individuales y grupales, actividades para los ni?os, intervenciones conductuales, psicoeducaci¨®n, masajes para beb¨¦s y grupos de estimulaci¨®n psicosocial".El equipo de salud mental organizaba actividades de pintura y dibujo para que los ni?os participaran. "Distribu¨ªamos pinturas de colores y papel a un desierto lleno de ni?os. Cuando llev¨¢bamos a cabo esta actividad, se produc¨ªa una peregrinaci¨®n de peque?os artistas que se hac¨ªan camino hasta la puerta principal de nuestras instalaciones, donde esperaban pacientemente para poder hacer sus dibujos", se?ala Hanna. La doctora asegura recordar con mucho cari?o a Amira, una peque?a que siempre esperaba hasta que ella volviera del otro campo, bajo un calor implacable, para poder mostrarle sus dibujos."En el camino que hac¨ªamos todas las ma?anas desde la ciudad de Qayyarah hacia el campo de Jeda¡¯ah ve¨ªa a los ni?os que caminaban por los alrededores, cubiertos de polvo, con las ropas sucias y ra¨ªdas y buscando algo que hacer. Esta imagen representa el sentimiento de soledad y de frustraci¨®n que imaginaba estar¨ªan sintiendo aquellos ni?os", describe la artista.Muchas mujeres y hombres recordaban con l¨¢grimas en los ojos c¨®mo era su vida en Mosul antes de que ¨¦sta se volviera "negra", un t¨¦rmino usado para describir el per¨ªodo de ocupaci¨®n del grupo del Estado Isl¨¢mico. La forma en que resplandec¨ªan sus rostros al hablar de sus vidas pasadas est¨¢ representada en esta ilustraci¨®n de Hanna en la que una mujer que abraza con ternura sus recuerdos de la ciudad.A pesar de la abrumadora tristeza que sufr¨ªan muchas de aquellas mujeres, la mayor¨ªa demostraba tener tambi¨¦n una gran fortaleza emocional y una enorme capacidad de resiliencia. "Me emocionaba la impresionante capacidad de empat¨ªa y los gestos de apoyo que se daban las unas a las otras cuando compart¨ªan sus historias de trauma y tragedia durante las sesiones psicosociales grupales que llev¨¢bamos a cabo", cuenta la doctora.Un dibujo para hablar de la responsabilidad de las madres y padres hacia sus hijos. "Una vez que el beb¨¦ era admitido en el programa de nutrici¨®n para pacientes ambulatorios en Qayyarah, comunic¨¢bamos a la persona a su cargo que deber¨ªa traerlo de vuelta cada cierto tiempo para poder hacer seguimiento de su evoluci¨®n. Varios abandonaban el programa a medias, pues no siempre les resultaba f¨¢cil regresar, pero la mayor¨ªa de los padres terminaban llenos de felicidad cuando ve¨ªan que sus hijos estaban sanos de nuevo"."Me encantan las enciclopedias y libros antiguos que tienen delicadas ilustraciones m¨¦dicas dibujadas a l¨¢piz. Por ello quise dibujar el ¨²ltimo lugar donde la mayor¨ªa de los ni?os de Mosul estuvieron relativamente seguros: el vientre de su madre", relata la doctora.Este ¨²ltimo dibujo sirve a la doctora como reflexi¨®n personal, a modo de resumen, de sus meses de misi¨®n en Mosul: "A pesar de que el dolor es universal, no podemos comparar el nuestro con el de los dem¨¢s. Apenas me es posible imaginar el desgarro que supone perder un hijo y querer abandonar el mundo tambi¨¦n. Por ello me dibujo flotando en el solitario Tigris, un r¨ªo en el que se han encontrado muchos cad¨¢veres no identificados, tratando de comprender lo que supone sufrir un golpe as¨ª".
