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As¨ª nos afecta el cambio clim¨¢tico, seg¨²n un informe de Greenpeace Olas de calor, fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos, especies invasoras o intensificaci¨®n de enfermedades... La organizaci¨®n ecologista analiza c¨®mo nos afecta este fen¨®meno La expansi¨®n del ladrillo por la costa en los ¨²ltimos 30 a?os ha provocado la degradaci¨®n de los beneficios ambientales que proporciona un litoral en buen estado. La capacidad de amortiguaci¨®n de inundaciones de los ecosistemas costeros ha disminuido un 10,6% en Espa?a desde 2005. La urbanizaci¨®n masiva de la primera l¨ªnea de costa har¨¢ que numerosos puntos del litoral espa?ol se vean afectados. Greenpeace/ Pedro Armestre Un bombero pasa junto a los ¨¢rboles quemados durante un incendio forestal en Tabuyo del Monte, cerca de Le¨®n, Espa?a, el martes 21 de agosto de 2012. Se desplegaron 500 soldados para ayudar a combatir un incendio forestal que las autoridades creen que quem¨® 80 kil¨®metros cuadrados. El cambio clim¨¢tico es una de las principales causas de los incendios: al descender las precipitaciones, el suelo se agosta. Cada vez se producen incendios m¨¢s intensos, que sobrepasan los esfuerzos de los equipos de extinci¨®n. La propia sequ¨ªa y las temperaturas extremas modifican la composici¨®n de la masa forestal haciendo que arda m¨¢s r¨¢pido. El abandono de la vegetaci¨®n genera un escenario perfecto para la propagaci¨®n de las llamas. Greenpeace Handout/ Pedro Armestre Espa?a es un pa¨ªs muy vulnerable a la desertificaci¨®n. Un 20% del terreno ya se puede considerar des¨¦rtico y, si no se toman medidas urgentemente, esa superficie ¨¢rida seguir¨¢ creciendo. Seg¨²n los expertos, el 75% del suelo de la Pen¨ªnsula es susceptible de sufrir desertificaci¨®n. Greenpeace recuerda que la sobreexplotaci¨®n de los recursos h¨ªdricos, las malas pr¨¢cticas agrarias en zonas de pendiente, el sobrepastoreo, la agricultura intensiva y la urbanizaci¨®n irracional son tambi¨¦n responsables de esta situaci¨®n. Greenpeace / Pedro Armestre Los sistemas costeros experimentar¨¢n episodios de inundaci¨®n y erosi¨®n debido a la subida del nivel del mar y a los cambios en la direcci¨®n e intensidad del oleaje. Con ello, muchas playas de Cantabria y del Pa¨ªs Vasco podr¨ªan quedarse sin arena. Grandes n¨²cleos habitados en Espa?a se sit¨²an en las costas, por lo que ciudades como A Coru?a, Gij¨®n o San Sebasti¨¢n, por citar tan solo algunas de ellas, se enfrentar¨¢n al hundimiento de parte de sus calles. Durante la segunda mitad del siglo, se estima que m¨¢s de 200 hect¨¢reas de terreno en la costa de Bizkaia se encontrar¨¢n en riesgo de inundaci¨®n. Greenpeace/ Pedro Armestre El aumento de la temperatura global, asociado al cambio clim¨¢tico, traer¨¢ deshielo continental, el aumento de las temperaturas del agua marina y, con ello, la subida del nivel del mar. Espa?a, debido a la gran cantidad de kil¨®metros de costa que tiene, puede verse especialmente afectada por este fen¨®meno. En la costa espa?ola, se espera una subida de entre 10 y 68 cent¨ªmetros para final de siglo. Las zonas m¨¢s vulnerables ser¨¢n los deltas y las playas. Esto causar¨¢ p¨¦rdidas de un n¨²mero importante de playas y buena parte de las zonas bajas costeras se inundar¨¢n ¨Cespecialmente, deltas del Ebro y Llobregat, Manga del Mar Menor y costa de Do?ana¨C. Greenpeace/ Pedro Armestre La tropicalizaci¨®n de los oc¨¦anos conlleva un mayor ¨ªndice de evaporaci¨®n y, por tanto, un aumento de la nubosidad, lo que facilita la formaci¨®n de fuertes tormentas y otros fen¨®menos meteorol¨®gicos. Las inundaciones han aumentado ya su frecuencia y voracidad en los ¨²ltimos a?os como consecuencia del cambio clim¨¢tico. Y seguir¨¢n haci¨¦ndolo. Habr¨¢ m¨¢s olas de calor o m¨¢s veranos sofocantes con noches t¨®rridas y un aumento de las precipitaciones de car¨¢cter torrencial. Greenpeace / Pedro Armestre El aumento de 1,5 grados de la temperatura deparar¨ªa un mayor incremento del calor extremo, las lluvias torrenciales y la probabilidad de sequ¨ªas cada vez m¨¢s prolongadas. Los inviernos m¨¢s h¨²medos y un mar m¨¢s caliente aumentar¨¢n el riesgo de inundaciones s¨²bitas en el Mediterr¨¢neo. Greenpeace / Pedro Armestre El cambio clim¨¢tico est¨¢ acabando con los ¨²ltimos glaciares de Espa?a. En la zona pirenaica se han perdido ya m¨¢s del 80% y para 2050 podr¨ªan desaparecer irreversiblemente. Seg¨²n el Instituto Pirenaico de Ecolog¨ªa (CSIC), el glaciar de Monte Perdido ha reducido de media en cinco metros su grosor en las ¨²ltimas d¨¦cadas, aunque hay puntos en los que son hasta 14 metros menos. Esto se suma a una p¨¦rdida global de unos 50 metros entre 1980 y 2010 en todas las nieves perpetuas de Pirineos. Los estudios han documentado que de los 52 glaciares que hab¨ªa en 1850 han desaparecido ya 33, la mayor¨ªa de ellos despu¨¦s de 1980. ¡°Los Pirineos en la ¨²nica cordillera en todo el planeta donde la extinci¨®n de su hielo glaciar se producir¨¢ en una ¨²nica generaci¨®n, la nuestra¡±, afirma Jordi Camins, experto en glaciolog¨ªa y miembro del GECCC (Grupo de Expertos en Cambio Clim¨¢tico de Catalu?a). Greenpeace Handout/ Pablo Bl¨¢zquez El cambio clim¨¢tico aumenta la aparici¨®n de especies invasoras, como el mejill¨®n cebra, el mosquito tigre o la proliferaci¨®n de medusas. El mejill¨®n cebra ('Dreissena polymorpha'), originario del Mar Negro, se est¨¢ propagando r¨¢pidamente en el Ebro desde que se detect¨® por primera vez en 2001, amenazando su ecosistema. Greenpeace / Pedro Armestre Aunque el aumento de temperaturas es algo generalizado, la latitud en la que se sit¨²a Espa?a la hace especialmente vulnerable a ser golpeada por el calentamiento global con un aumento significativo. Los estudios apuntan a olas de calor m¨¢s intensas y duraderas. 2011, 2014, 2015 y 2017 han sido los a?os m¨¢s calurosos de la historia de nuestro pa¨ªs, todos en la ¨²ltima d¨¦cada. Greenpeace Handout/ Pedro Armestre Imagen a¨¦rea del incendio de Co¨ªn en M¨¢laga. 2017 super¨® la media de la ¨²ltima d¨¦cada: mayor n¨²mero de incendios forestales, de superficie afectada y de grandes incendios. En un contexto de cambio clim¨¢tico y de poblaci¨®n desligada del bosque, los grandes incendios forestales se han convertido en una prioridad ambiental y en un problema de seguridad nacional de primer nivel. Greenpeace Handout/ Pedro Armestre Seg¨²n el climat¨®logo Jonathan G¨®mez Cantero, ¡°la primavera de 2018 ha sido en algunos puntos la m¨¢s lluviosa jam¨¢s registrada, aunque es dif¨ªcil saber si las inundaciones las causa el cambio clim¨¢tico o que en los ¨²ltimos a?os se han ido ocupando urban¨ªsticamente m¨¢s zonas inundables. Se ve una dualidad, mucha lluvia en muy poco tiempo en pr¨¢cticamente toda la franja costera del Mediterr¨¢neo. En el tercio norte peninsular incluso ha aumentado la incidencia de lluvia, acumulan m¨¢s litros al a?o, y en este caso es por otro fen¨®meno cada vez m¨¢s recurrente: borrascas intensas. Son fen¨®menos que pueden dejar precipitaciones muy abundantes (debido a fen¨®menos extremos) y que provoca r¨¦cords de altura de olas de mar. Sus consecuencias se pueden ver por los da?os ocasionados en el litoral¡±. Greenpeace Handout/ Pedro Armestre ¡°Existen evidencias palpables de que hay desertizaci¨®n, no solo en base a modelos cient¨ªficos sino que ya se est¨¢ viendo en el campo, en los cultivos, en los bosques¡ Se espera una reducci¨®n progresiva de precipitaciones que se va a sumar a una mayor evapotranspiraci¨®n, hasta llegar a fen¨®menos extremos como largas olas de calor. De hecho, en n¨²meros, se puede decir que m¨¢s del 20% del territorio de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica ya es un desierto¡±, explica David Vieites, director del departamento de Cambio Global Centro Superior Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC). Greenpeace / Pedro Armestre El cambio clim¨¢tico genera alteraciones en los ecosistemas y riesgo de desaparici¨®n de flora y fauna aut¨®ctona. El Panel Intergubernamental sobre Cambio Clim¨¢tico de Naciones Unidas (IPCC) se?ala que de las especies que se han estudiado, alrededor del 50% ya se han visto afectadas por el cambio clim¨¢tico. Espa?a no est¨¢ ajena a esa problem¨¢tica. Uno de los da?os colaterales de la desaparici¨®n de las abejas se encuentra en la agricultura. El 70% de los principales cultivos en Espa?a depende de la polinizaci¨®n de insectos, como las abejas, pero las poblaciones de estos animales han decrecido en este siglo debido al cambio clim¨¢tico y otros factores, entre ellos el uso de neonicotinoides o la expansi¨®n de depredadores como la avispa asi¨¢tica y el abejaruco. Greenpeace / Pedro Armestre Los cambios en el entorno (como el calentamiento del agua) hacen que especies no aut¨®ctonas encuentren condiciones ¨®ptimas para establecerse. Por ejemplo, el aumento de la temperatura del agua ha disparado las tasas de mortalidad de 'Posidonia oceanica', provocando cambios generalizados en la distribuci¨®n de muchas especies que favorecen el desarrollo de especies invasoras. Greenpeace Handout/ Pedro Armestre Las llamas y el humo se elevan durante un incendio forestal en Lousame, cerca de A Coru?a, el 30 de agosto de 2013. El aumento de la temperatura media y la disminuci¨®n de las precipitaciones crear¨¢n el caldo de cultivo ideal para los incendios forestales, especialmente en las zonas de alta monta?a. En los ¨²ltimos a?os ya se est¨¢ apreciando c¨®mo los incendios superan con mayor frecuencia las 500 hect¨¢reas (los denominados Grandes Incendios Forestales) y son m¨¢s virulentos y dif¨ªciles de combatir. Greenpeace Handout/ Pedro Armestre Los estudios cient¨ªficos se?alan que el cambio clim¨¢tico transformar¨¢ el r¨¦gimen de incendios en los pr¨®ximos a?os, provocando fen¨®menos m¨¢s intensos y una deforestaci¨®n mayor por la disminuci¨®n de la capacidad de recuperaci¨®n de los bosques mediterr¨¢neos. Espa?a es propensa a los incendios forestales en verano debido a las altas temperaturas, los fuertes vientos y la vegetaci¨®n seca. El a?o pasado, los incendios forestales destruyeron unas 150.000 hect¨¢reas de tierra de enero a julio, despu¨¦s de uno de los inviernos m¨¢s secos que se hayan registrado. Llueve un 25% menos que en los a?os 50 ¨Cde 16 a 12 billones de litros¨C al mismo tiempo que se produce un ¡°ligero aumento de la temperatura media, que ha pasado de cinco grados a m¨¢s de ocho¡±. Greenpeace / Pedro Armestre Uno de los efectos m¨¢s evidentes del cambio clim¨¢tico es la intensificaci¨®n de los periodos de sequ¨ªa y sus consecuencias sobre las cuencas de los r¨ªos espa?oles. Siete de las diez cuencas hidrogr¨¢ficas con mayor estr¨¦s h¨ªdrico (sequ¨ªa cr¨®nica) de toda Europa se encuentran en Espa?a. Un problema que podr¨ªa acrecentarse en el futuro. Greenpeace considera imprescindible cambiar el modo en el que administramos los recursos naturales: modificar la pol¨ªtica hidr¨¢ulica hacia un enfoque integrado en la gesti¨®n de la demanda, implicando a todos los sectores demandantes de agua y teniendo en cuenta los caudales ecol¨®gicos; y perseguir la sobreexplotaci¨®n y la contaminaci¨®n de los recursos h¨ªdricos, la proliferaci¨®n de pozos ilegales y el mal uso del agua. Greenpeace Handout/ Pedro Armestre La estaci¨®n de esqu¨ª de Navacerrada, cerca de Madrid, se encuentra de manera inusual sin nieve a comienzos de enero. Mientras Espa?a se abrasa en verano, los inviernos son cada vez m¨¢s c¨¢lidos. Un estudio del Grupo de Meteorolog¨ªa de la Universidad de Cantabria (UC) ¡°pone en cifras lo que hasta ahora no pasaba de ser un comentario repetido invierno tras invierno: cada a?o nieva menos en el norte de Espa?a, sea cual sea la altitud¡±. Concretamente, un 60% menos en invierno ¨Cocho d¨ªas¨C y un 50% menos en primavera ¨Ccasi cuatro¨C que a principios de siglo. As¨ª, los entre cinco y ocho millones de litros de nieve que ca¨ªan en sus cumbres en los a?os sesenta y setenta se han reducido en la ¨²ltima d¨¦cada a 2,65. Greenpeace Handout/ Pedro Armestre Desde 1975, la duraci¨®n de las olas de calor ha ido en aumento en Espa?a. En 2015 se sufri¨® una ola de calor de 26 d¨ªas de duraci¨®n. Si no se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, en el a?o 2100 las olas de calor podr¨ªan durar hasta tres meses. Para ese a?o, la comunidad cient¨ªfica pronostica un aumento de la temperatura media estacional en Espa?a, que ser¨¢ m¨¢ximo en el trimestre de junio, julio y agosto, con 5,41 grados m¨¢s de media. De igual forma, se predice un incremento de los eventos de temperaturas elevadas, superiores a los 30 grados, especialmente en zonas del sur peninsular. Greenpeace Handout/ ?ngel Navarrete