12 fotosCuando la homofobia pesa m¨¢s que la guerraLas mujeres refugiadas transexuales luchan por labrarse una nueva vida en GreciaEl Pa¨ªsAtenas - 19 dic 2018 - 09:24CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceTatiana (nombre ficticio), una mujer transexual de 42 a?os procedente de Bagdad (Irak), recoge sus enseres personales y se prepara para mudarse a un nuevo apartamento en Atenas proporcionado por una ONG griega. Tiene una cicatriz en el brazo izquierdo. Hace unos a?os, unos extra?os que descubrieron que era homosexual la atacaron con un cuchillo en su ciudad natal. M¨¢s de un mill¨®n de personas de pa¨ªses de Oriente Pr¨®ximo y el norte de ?frica, entre las que hay miembros de la comunidad LGTB que han sido perseguidas por su familia y la sociedad local, han entrado en Europa a trav¨¦s de Grecia en los cuatro ¨²ltimos a?os.En el sof¨¢ hay una peluca. Aunque las chicas transexuales suelen dejarse crecer el pelo a lo largo de los a?os, algunas prefieren llevar pelucas para parecer m¨¢s femeninas ya que por alguna raz¨®n tuvieron que conservarlo corto. El n¨²mero exacto de refugiados LGTB que ha entrado en Grecia es dif¨ªcil de precisar, pues muchos de ellos todav¨ªa tienen miedo de salir del armario y revelar su verdadera naturaleza. A lo que m¨¢s temen es a su propia comunidad de refugiados, ya que la homosexualidad se considera algo malo en los pa¨ªses de los que procede la mayor¨ªa. Anna, una mujer de 24 a?os de Oriente Pr¨®ximo (pidi¨® que no se revelase su nombre verdadero ni nacionalidad por razones de seguridad), sostiene un gato, que es su nuevo compa?ero de piso en su apartamento en el centro de Atenas. Aunque la mayor¨ªa de las mujeres refugiadas transexuales han vivido la guerra en sus pa¨ªses de origen y han perdido a miembros de su familia y a amigos debido a ella, lo que les llev¨® a decidir abandonar la tierra de sus padres fue su identidad sexual. Para la mayor¨ªa de ellas, la guerra fue solo un motivo, no la causa. Tatiana y Anna viven en el mismo apartamento en Atenas, en un barrio conocido por la importante presencia de inmigrantes. Muchas de las ni?as ten¨ªan que llevar ropa de hombre cuando andaban por las calles de sus pa¨ªses de origen por el miedo a que las atacasen o incluso a que las matasen. Solo cuando volv¨ªan a casa se pod¨ªan vestir como mujeres. Incluso ahora en Grecia, algunas de las chicas todav¨ªa no se sienten lo suficientemente c¨®modas para llevar ropa de mujer fuera de la intimidad de su apartamento. Tatiana lleva un collar con la palabra ¡°amor¡± escrita. Antes de huir de Irak, ocultaba su identidad transexual llevando ropa de hombre y trabajaba de camarera en una cafeter¨ªa popular en Bagdad. Tambi¨¦n manten¨ªa una relaci¨®n seria con un hombre, que sigue en Irak y con el que habla frecuentemente por tel¨¦fono. Sue?an con trasladarse juntos a Alemania o a cualquier otro pa¨ªs del norte de Europa y con casarse.Yoanna (nombre ficticio por razones de seguridad) es una mujer transexual de 28 a?os nacida en Marruecos. Posa para una foto en el apartamento de una amiga en el centro de Atenas. Huy¨® de Marrakech, su ciudad natal, a Estambul (Turqu¨ªa), y luego a Grecia en un bote hinchable de goma. La gran mayor¨ªa de las refugiadas transexuales que vivieron en Estambul, aunque fuera durante un corto periodo de tiempo, tuvieron que trabajar como prostitutas para sobrevivir y ganar algo de dinero para marcharse del pa¨ªs. Anna camina por una oscura calle del centro de Atenas para ir a ver a sus amigas. Algunas de las chicas siguen trabajando como prostitutas mientras viven en Grecia, sobre todo recorriendo los parques de la ciudad, donde refugiados e inmigrantes ofrecen habitualmente sus servicios sexuales, o usando populares aplicaciones m¨®viles de citas como Tinder o Grindr. Anna recibe clases de ingl¨¦s organizadas por una ONG griega para refugiados LGTB. Ella tuvo que dejar el colegio a una edad muy temprana cuando inici¨® una relaci¨®n homosexual con su profesor, que era mucho m¨¢s mayor. La pareja huy¨® del pa¨ªs, pero solo dos a?os m¨¢s tarde se qued¨® sola porque su novio la abandon¨® para casarse con una mujer. Yoanna y Anna est¨¢n en casa de una amiga viendo videoclips musicales en la televisi¨®n. Poco despu¨¦s de llegar a Atenas, Yoanna empez¨® a salir con un chico griego al que conoci¨® en la red social Tinder. La pareja estuvo quedando abiertamente durante unos meses hasta que se separaron despu¨¦s de una gran pelea. Lo que esperan todas estas chicas al venir a Europa es tener un novio formal y vivir una vida normal. Es su sue?o. Anna anda por la calle hacia la estaci¨®n de metro cercana a su apartamento. La han atacado verbalmente muchas veces mientras recorr¨ªa las calles de Atenas, y ahora a veces tiene miedo de caminar sola. La mayor¨ªa de los refugiados LGTB que vive en Grecia admite que el pa¨ªs es mucho m¨¢s conservador de lo que pensaban. En el pasado hubo noticias de ataques contra mujeres refugiadas transexuales en las islas griegas. Tatiana posee dos cajas de hormonas m¨¦dicas en la mesilla de noche. Cuando cruz¨® el mar Egeo desde Turqu¨ªa hasta la isla griega de Chios, iba vestida como un hombre. ¡°Cuando estaba en el barco de camino a Chios estaba lloviendo y tuve que quitarme el sombrero que cubr¨ªa mi pelo. Un hombre sirio con tres ni?os vio mi cabello largo y me pregunt¨® si era un hombre o una mujer. No dije nada, pero lo entendi¨®. Me amenaz¨® con ahogarme en el agua¡±, recuerda. Tatiana ahorra 20 euros cada semana para ir a una cl¨ªnica de belleza que est¨¢ lejos de su casa y hacerse una terapia de l¨¢ser para eliminar el vello facial. Por esa raz¨®n no tiene que afeitarse la barba, que intenta ocultar con maquillaje entre una sesi¨®n y otra.