En el verano del 2014, Sinyar, la principal ciudad iraqui? de la poblacio?n yazidi?, fue atacada por el Daesh, asedio que duro? ma?s de cuatro meses. Los yazidi?es que lograron regresar a sus casas se encontraron con una ciudad derruida y llena de artefactos explosivos improvisados. En la fotograf¨ªa, una de las casas en proceso de reconstrucci¨®n.Durante el asedio, muchos yazidi?es lograron hui?r hacia las montan?as situadas al norte de la ciudad. Ma?s de 10.000 personas siguen viviendo en un asentamiento en ellas por miedo a volver a sus casas.Un ni?o lleva agua a los trabajadores en la construcci¨®n. Actualmente, Naciones Unidas en Irak junto con ONU-H¨¢bitat, emprende un programa de reedificaci¨®n financiado por el gobierno de Alemania, que ya cuenta con ma?s de 562 viviendas rehabilitadas.En la reconstruccio?n trabaja gente de la propia Sinyar, hombres en su mayori?a. Ma?s de 3.000 personas han vuelto con el programa de desarrollo urbano, segu?n afirma Alan Miran, representante de ONU-H¨¢bitat.Vista desde la ventana en una casa a las afueras de Sinyar. Actualmente la ciudad es un territorio en disputa, ya que tienen presencia tanto las milicias chii?tas de Hashd Al-Sha¡¯abi, como el PKK con sus filiales yazid¨ªes, YBS? e YJE?.Naciones Unidas estima que el Estado Isla?mico ha matado m¨¢s de 5.000 hombres yazidi?es. Por su parte, las mujeres eran secuestradas, esclavizadas sexualmente y obligadas a convertirse a la religio?n musulmana. En la fotograf¨ªa, una mujer y sus dos hijos en la casa a la que acaban de regresar.Los yazidi?es siempre se han dedicado a la agricultura y el pastoreo. Al sol esta? secando el "kes?k", yogur agrio obtenido de la leche orden?ada de las cabras, con el que preparan "mehit", una nutritiva sopa elaborada junto con trigo y portulaca.El¨ªas, su mujer y sus cuatro hijos acababan de llegar a lo que fuera su hogar, cuando se tom¨® esta fotograf¨ªa. Afirma que apenas tienen recursos ni trabajo que hacer, ma?s alla? de lo que dure el proyecto emprendido por Naciones Unidas.Muchas de las casas au?n se encuentran contaminadas o en peligro por restos explosivos de la guerra. Adema?s, las familias, con la ayuda de Naciones Unidas, deben demostrar a las autoridades locales la propiedad de sus hogares.Dos hombres toman un descanso en medio de su jornada de trabajo. Pese a todos los esfuerzos, au?n es necesaria la reparacio?n de las infraestructuras p¨²blicas y el apoyo del gobierno local para la prestacio?n de atencio?n me?dica y otros servicios esenciales.