"Mi casa de protecci¨®n social ha sido declarada monumento". As¨ª ha cambiado la vida de los vecinos de las Casas Cubo
La realidad de 32 familias dio un giro ¡ªotro m¨¢s¡ª cuando la vivienda que ocuparon en los a?os ochenta se convirti¨® en 2009 en una atracci¨®n tur¨ªstica. Algunos han decidido explotar esta circunstancia, pero pese a la avalancha de visitantes, la comunidad sigue tan unida como sus cubos
Todo cambi¨® hace 10 a?os. Cuando en 2009 a Ed de Graaf le dijeron que su casa era un monumento. La suya y las de las otras 31 familias que viv¨ªan en una de las Kubuswoning (Casas Cubo) que el arquitecto Piet Blom hab¨ªa proyectado en 1984 para el centro de R¨®terdam (Pa¨ªses Bajos). Este complejo de viviendas, que el holand¨¦s plante¨® girando el eje convencional de una casa, recibi¨® la declaraci¨®n institucional de bien arquitect¨®nico hace una d¨¦cada y los vecinos empezaron a recibir visitas for¨¢neas de manera masiva. Unos meses despu¨¦s, Ed decidi¨® convertir su casa en un museo.
"Siempre fue una zona muy interesante para vivir, en pleno centro de la ciudad, pero decid¨ª un d¨ªa abrir mi casa a la gente y que pudieran visitarla", cuenta el propietario. Cobra 3 euros la entrada y la muestra a grupos de entre 10 y 15 personas en una visita que dura unos 45 minutos. Las 32 casas con forma de cubo, construidas en su momento como un ¨¢rea de vivienda social cercana al puerto, emergen como un bosque geom¨¦trico vecino a otro de los edificios icono de Piet Blom, el Potlood, tambi¨¦n conocido como Edificio L¨¢piz. Cada uno de los cubos, elevados sobre pilares hexagonales, acoge una casa de unos 100 metros cuadrados divididos en tres plantas.
La distribuci¨®n es muy b¨¢sica: una entrada individual desde el patio com¨²n, una primera planta con recibidor, cocina y sal¨®n, una segunda para uno o dos dormitorios y un ba?o, y una tercera que se utiliza como jard¨ªn interior, terraza o solarium.
Cuando Blom, representante del estructuralismo arquitect¨®nico europeo de los a?os 80, proyect¨® estas casas lo hizo girando los ¨¢ngulos entre pisos y paredes a 53,5 grados; de esa manera los cubos se apoyaban unos sobre otros. Tres lados del cubo mirar¨ªan al suelo y tres al cielo. Y pese a que cada tr¨ªplex se acopla sobre el del vecino, como si fuese una pieza de Lego, la intimidad no est¨¢ en riesgo: "Hay bastante visibilidad de la casa de enfrente, es cierto, pero no nos miramos los unos a los otros. Algunos han puesto cortinas, pero en realidad no nos hace falta prestar atenci¨®n a los vecinos".
"Son construcciones de fabricaci¨®n sencilla, muy personales al final", cuenta Ed.?En el interior, Blom nivel¨® el suelo. A¨²n as¨ª, la sensaci¨®n para el visitante es la de haberse subido a un barco en pleno movimiento, sobre todo cuando se pasa a la segunda y tercera planta y las ventanas comienzan a mostrar vistas la calle en picado o un bosque de tejados torcidos.
Y hay muchas ventanas. En cada tercer piso instal¨® hasta 18, perfectamente aisladas, que hacen las veces de lucernario. Adem¨¢s, Blom aisl¨® las paredes y las ventanas con paneles de vidrio: "Estas casas son f¨¢ciles de calentar en invierno". Pero es cierto que el espacio tiene sus limitaciones: "Los vecinos ya se han acostumbrado a vivir en estas dimensiones, yo lo hice toda mi vida", a?ade. "Tienes dos opciones: si metes muchos muebles, al final todo parece m¨¢s peque?o; la alternativa es hacerlos a medida".
Las familias que viven en las Casas Cubo no son de m¨¢s de tres miembros; algunos han reconvertido sus hogares en un peque?o 'hostel' o un curioso restaurante. "Alguna vivienda se ha vendido por unos 300.000 euros, que no es un precio muy caro para una casa firmada por un arquitecto como Blom", incide el propietario.
Las zonas comunes y almacenamiento para los vecinos que el holand¨¦s plante¨® hace tres d¨¦cadas siguen a pleno rendimiento: trasteros detr¨¢s de las escaleras, garaje de bicicletas¡ La idea de comunidad que quiso crear Blom sigue intacta ¡ªpese al turismo¡ª, pues aqu¨ª todos se conocen. Eso s¨ª, sin meter las narices en la casa del vecino: la discreci¨®n centroeuropea acampa en un icono poco ¨ªntimo de la arquitectura del ¨²ltimo siglo.
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