Arte fuera de lugar
La restituci¨®n de obras de arte expoliadas durante el colonialismo debe ser estudiada caso por caso
El presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, ha relanzado el debate sobre el retorno a sus pa¨ªses de origen de objetos art¨ªsticos saqueados durante la colonizaci¨®n y conservados en alguno de los principales museos de Occidente. En un discurso en el que anunci¨® la restituci¨®n a ?frica de varias obras especialmente relevantes, Macron habl¨® de "arte africano prisionero en Europa" y encarg¨® un informe a dos expertos, cuyas recientes conclusiones han resonado como una amenaza para importantes colecciones etnogr¨¢ficas europeas. Su recomendaci¨®n es que cada vez que un pa¨ªs africano presente una demanda de restituci¨®n de un objeto debe ser devuelto, salvo que el actual propietario logre demostrar que no fue robado. Esto es, la carga de la prueba recae sobre el museo, incluso cuando se trata de objetos cuyo periplo dej¨® muy pocas huellas documentales.
El informe solo se refiere a ?frica, un caso excepcional de saqueo porque se calcula que el 90% del arte africano se encuentra fuera del continente. Sin embargo, es dif¨ªcil que no se abra una causa general, sobre todo en torno a piezas reclamadas desde hace d¨¦cadas, como el busto de Nefertiti, conservado en el Neues Museum de Berl¨ªn, o el mo¨¢i de la isla chilena de Pascua Hoa Hakananai'a y que fue robado en 1868 y cedido al Museo Brit¨¢nico. Estas dos reclamaciones, por ejemplo, han sido reactivadas recientemente, al igual que la que ata?e a los frisos del Parten¨®n.
Ni se puede lanzar una enmienda a la totalidad contra los museos europeos, ni tampoco estas instituciones pueden cerrar los ojos ante peticiones que son justas y razonables. En el caso de ?frica, no tiene sentido que la mayor parte de su patrimonio art¨ªstico est¨¦ repartido por otros continentes, sobre todo cuando la calidad creciente de algunos museos africanos puede garantizar su perfecta conservaci¨®n y cuando en muchos casos se trata de piezas cuya importancia va m¨¢s all¨¢ del arte para las culturas que las crearon. Sin embargo, los problemas que plantean las restituciones son enormes porque el arte no pertenece a un determinado Gobierno, sino al Estado o, como en el caso de los museos brit¨¢nicos, a instituciones con un estatuto especial. Es un asunto que requerir¨¢ d¨¦cadas, reformas legales y que, sobre todo, debe ser estudiado caso por caso.
Por otro lado, no es posible dejar de considerar que instituciones como el British Museum, el Quai Branly de Par¨ªs o el Humboldt Forum de Berl¨ªn, que se abrir¨¢ el a?o pr¨®ximo y cuyos responsables se han comprometido a analizar el origen de sus piezas, se alzan como un homenaje a la creatividad humana por encima de credos y culturas y reflejan un mundo diverso y complejo. Su desmantelamiento ser¨ªa una p¨¦rdida global injustificable.
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