La segunda vida de las ¡®celebrities¡¯ gracias a la telerrealidad

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Hace ya una d¨¦cada de la tormenta de fotograf¨ªas de Lindsay Lohan entrando y saliendo de clubs y discotecas del mundo. El mismo tiempo ha pasado desde que empez¨® su proceso de rehabilitaci¨®n, lleno de altibajos y que a¨²n genera titulares, seg¨²n ella, por cada error que comete: cuando confundi¨® a una familia por refugiados sirios, su defensa de Weinstein¡­ ¡°Me gustar¨ªa saber por qu¨¦ la prensa me machaca constantemente. Podr¨ªa hacer 99 cosas bien y una mal, pero es esa mala en la que se van a centrar¡±, se quejaba hace unos d¨ªas en la portada de la revista Paper, en una de las muy contadas entrevistas que ha concedido en los ¨²ltimos a?os.

Lindsay Lohan ha tomado el control de lo que se proyecta de ella ah¨ª fuera. No solo a trav¨¦s de sus redes, como el resto de celebrities, o limitando casi a cero su aparici¨®n en medios o eventos p¨²blicos y mud¨¢ndose a Dub¨¢i, su residencia desde 2015 porque los paparazi est¨¢n prohibidos; ahora tambi¨¦n con su propio reality show para MTV, Lindsay¡¯s Lohan Beach Club, que estrena este martes y con el que espera forzar el cambio de literatura escrita sobre ella. Ya no es Lindsay el juguete roto, la fiestera, el icono juvenil que perdi¨® su camino. ¡°El pasado se queda en el pasado¡±, continuaba en Paper y repiti¨® en New Yor Times.

Despu¨¦s de que la juzgaran durante a?os por ir a clubs, ha decidido abrir el suyo propio, en Mykonos, muy cerca de la playa en la que su prometido, Egor Tarabasov, la atacara en 2016. El reality habla de una Lindsay Lohan mujer de negocios, que ha convertido lo peor de su pasado en una nueva forma de vida. Es un programa sin guion, como todo reality, sobre el que ella tiene absoluto control creativo y la retrata como jefa siendo sus empleados los protagonistas del show.

Est¨¢n los realities que crean famosos y los realities que reciclan famosos o sirven como apoyo para auparles. Entre la primera clase, est¨¢ Gran Hermano; en la segunda, los Gran Hermano VIP, los Dancing With the Stars, o los familiares como Las Kardashians o Wahlburgers, por ejemplo, el programa de la cadena de hamburgueser¨ªas de los hermanos Wahlberg que Mark, el m¨¢s rico de todos apoya, pero en realidad es fuente de ingresos y popularidad para los otros dos, Donnie y Paul.

El nuevo reality de Lindsay tambi¨¦n est¨¢ entre los ¨²ltimos. Para la actriz este es el primero porque nunca lleg¨® a participar en el que protagonizaron su madre y su hermana Ali, Living Lohan, precisamente, cuando ella viv¨ªa los peores momentos de su carrera. De aquello, y de c¨®mo su madre perdi¨® el control creativo, tambi¨¦n ha aprendido. El suyo se enmarca tambi¨¦n en una tradici¨®n de realities personales, que vivieron su apogeo hace una d¨¦cada o m¨¢s, antes de que el boom de las redes sociales abriera los mundos privados de esos famosos y la curiosidad se saciara. Fueron programas que triunfaron, sobre todo, aireando los trapos de pareja. Como el programa de Britney Spears y su marido Kevin Federline; o el que tuvieron Bobby Brown y Whitney Houston, incitado por ¨¦l; o el de Kevin Jonas, el mayor de los Jonas Brothers, y su mujer Danielle Deleasa, intentando buscar una ocupaci¨®n tras abandonar la m¨²sica. Jessica Simpson tambi¨¦n trat¨® de rentabilizar su vida rom¨¢ntica en esa ¨¦poca con su entonces marido Nick Lachey, y el show dur¨® casi tanto como su matrimonio. Ahora su hermana, Ashlee Simpson, que ya hizo sus pinitos en la telerrealidad, ha recuperado el formato con un nuevo programa estrenado en septiembre, Ashlee+Evan, en el que mete las c¨¢maras en su vida familiar, con su hija y su marido, Evan Ross, hijo de la cantante Diana Ross.

Algunas de las Kardashian (Khlo¨¦, Rob) tambi¨¦n lo han intentado por separado y en pareja, una prueba m¨¢s de que, aunque se tienda a pensar que las redes sociales son ahora la fuente de la celebridad, la televisi¨®n no ha perdido su poder. Por algo las Kim Kardashian no abandona su programa. Y para estrellas de otro tiempo con ganas de volver al candelero la telerrealidad sigue siendo la respuesta. Hay casos muy recientes, como el de Mischa Barton. Actriz de la serie The O.C., icono de moda moment¨¢neo, como Lohan vio c¨®mo su aura se desvanec¨ªa y destru¨ªa en fotos y titulares cr¨ªticos. Ahora regresa como una de las protagonistas en el relanzamiento de uno de los realities m¨¢s populares de la primera d¨¦cada del siglo XX, The Hills. El mismo que dio sus cinco minutos de fama (y algo m¨¢s) a Lauren Conrad, Kristin Cavallari o Audrina Patridge.

Denise Richards es otra de las actrices que ha anunciado su regreso a la peque?a pantalla y a un reality. Tras su sonado divorcio con Charlie Sheen al que ya sac¨® r¨¦dito en el programa Denise Richards: It¡¯s Complicated, creado por el mismo productor que el de las Kardashian, Ryan Seacreast, la int¨¦rprete quiere recuperar su imagen medi¨¢tica y se ha unido al equipo de The Real Housewives of Beverly Hills, uno de esos shows que lo mismo produce nuevas famosas, como Yolanda Hadid (la madre de Gigi y Bella Hadid) o Lisa Vanderpump, como les da una segunda vida a las que un d¨ªa lo fueron, como Richards o Lisa Rinna.

Aunque en menor medida, en Espa?a tambi¨¦n hay famosos carne de reality. Es el caso de la familia Campos que, en un intento de imitar al clan Kardashian, Mar¨ªa Teresa Campos y sus hijas Terelu Campos y Carmen Borrego han televisado durante 2018 algunos de sus momentos m¨¢s ¨ªntimos, donde no han faltado viajes y conversaciones personales. Otro ejemplo ha sido la participaci¨®n del c¨®mico ?ngel Gar¨® en la ¨²ltima edici¨®n de Gran Hermano VIP. Poco se sab¨ªa del famoso humorista que encandil¨® a la audiencia en los a?os noventa hasta estos ¨²ltimos a?os cuando, adem¨¢s de acaparar titulares porque su expareja le denunci¨® por malos tratos, ha sido uno de los concursantes m¨¢s queridos de la ¨²ltima edici¨®n de GH VIP. Lo mismo le ha ocurrido en el mismo reality a El Koala, el artista que se hizo famoso en 2006 por su ¨²nico tema Op¨¢, yo voy a hacer un corral; o al tambi¨¦n cantante Francisco, que resurgi¨® el a?o pasado en Supervivientes tras una mala ¨¦poca de altibajos profesionales y problemas econ¨®micos.