El lenguaje. Ah, las posibilidades m¨¢gicas de nuestro idioma y sus eufemismos. No diga "min¨²sculo", diga "coqueto". No diga "decorado con restos de saldo", diga "a capricho". No diga "cabe una persona y gracias", diga "ideal parejas". No diga "oscuro y deprimente", diga "acogedor e ¨ªntimo".
Otro giro ret¨®rico es hablar del piso como si fuese una muchacha casadera del siglo XIX, una t¨¦cnica de las agencias para que a la persona interesada le entre la prisa porque nadie se le adelante y le quite la casa. Por ejemplo, para una vivienda muy solicitada: "Tiene el carnet de baile lleno", "le han salido muchos pretendientes"¡
Por ¨²ltmo, no diga "hecho un desastre", diga "con muchas posibilidades", o incluso "ideal inversores". Un t¨¦rmino muy popular ¨²ltimamente que suele aplicarse a pisos muy peque?os, antiguos y necesitados de una reforma pero a los que la subida escandalosa del precio del alquiler otorga un atractivo inmediato para sablear al inquilino desesperado por encontrar d¨®nde meterse.