Grietas chinas
La estabilidad social a trav¨¦s del imperio incuestionable de la autoridad del Partido Comunista es el principal objetivo de Xi
China celebr¨® en diciembre pasado los primeros 40 a?os del inicio de la pol¨ªtica de reforma y apertura. En un discurso conmemorativo, el presidente Xi Jinping evit¨®, al igual que en anteriores ocasiones, contraponer los tiempos de Mao y de Deng Xiaoping. Y ese hilo de continuidad sigue con ¨¦l. Pese a todo, un sentimiento de relativa nostalgia invade la China de hoy, cuando las dificultades asoman en el horizonte a despecho del tono persistentemente triunfalista de la comunicaci¨®n xiista.
Otros art¨ªculos del autor
La amenaza de que la econom¨ªa muestre un acentuado declive en el primer semestre de este a?o sugiere una preocupaci¨®n a?adida en las autoridades y la sociedad. La ¡°nueva normalidad¡± que anunciara el primer ministro Li Keqiang, de crecimiento m¨¢s lento aunque de mejor calidad, afronta dificultades agravadas por las tensiones comerciales con EE?UU. El profesor de Econom¨ªa de la Renmin Daxue Xiang Songzuo ha dado la voz de alarma con una visi¨®n que contrasta con la oficial. La crisis de la Bolsa, la inquietud desatada en el sector privado o la abultada deuda de los Gobiernos locales (2,66 billones de d¨®lares a finales de noviembre) ser¨ªan, entre otras, manifestaciones de un devenir caracterizado por la p¨¦rdida de impulso. En medio de acusaciones de manipulaci¨®n de las estad¨ªsticas, Xiang considera que el crecimiento real de la econom¨ªa china no alcanz¨® en 2018 siquiera el 2%, con una meta gubernamental del 6,5%. Un rango lejos de ser razonable para el argot oficial.
El Gobierno chino se afana por moderar la preocupaci¨®n respecto al futuro inmediato y alienta una sibilina reconfiguraci¨®n de las prioridades y del discurso que deja atr¨¢s el exceso de confianza para instituir una prudencia y cautela m¨¢s acordes con la paciencia estrat¨¦gica habitual del denguismo. Ahora como siempre, la estabilidad social es el principal objetivo y solo cabe lograrlo a trav¨¦s del imperio incuestionable de la autoridad del PCCh.
Pero el a?o reci¨¦n finalizado ofrece un balance de no pocas incertidumbres, con cr¨ªticas expresadas desde dentro tambi¨¦n en el orden pol¨ªtico, lo cual pudiera ser bien revelador del nerviosismo reinante. Aunque Xi sigue siendo objeto de reconocimiento y elogios, es apreciable un desgaste de su popularidad. Pese al prop¨®sito de infundir confianza cortando el paso abruptamente a toda disensi¨®n por t¨ªmida que sea, en la opini¨®n p¨²blica cunde la preocupaci¨®n por lo delicado del momento y no falta quien responsabiliza a Xi de un error de apreciaci¨®n de la situaci¨®n. A los avisos sugeridos por algunos veteranos del partido se suman cr¨ªticas directas como las efectuadas por Deng Yuwen o Xu Zhangrun, aludiendo a asuntos sensibles como el restablecimiento del l¨ªmite de mandatos presidenciales, urgiendo poner fin al culto a la personalidad o instando la restauraci¨®n de la direcci¨®n colegiada, aspectos todos ellos que gozan de cierto predicamento en esa sociedad china que mejor¨® su calidad de vida al abrigo de las reformas denguistas. No faltan tampoco otras advertencias oblicuas, como las efectuadas por el propio primog¨¦nito de Deng Xiaoping apelando a actuar con menos arrogancia y m¨¢s realismo. L¨ªderes locales y regionales ya no rinden el mismo nivel de tributo, con hiperelogios salidos de tono que abundaban en el mito creado en torno a Xi. Es perceptible un ajuste y moderaci¨®n.
Aunque el presidente siga control¨¢ndolo todo con el aval de un partido m¨¢s disciplinado y reforzado, su segundo mandato no ser¨¢ un camino triunfal
La p¨¦rdida de confianza tiene igualmente una dimensi¨®n exterior. Crece la hostilidad y la rivalidad geopol¨ªtica donde antes predominaba la cooperaci¨®n y la complicidad. En consecuencia, Xi deber¨¢ resolver en los pr¨®ximos meses la encrucijada sobre qu¨¦ direcci¨®n tomar en aspectos clave: o bien mantener el enrocamiento en su discurso o bien efectuar concesiones para congraciarse con Occidente haciendo las reformas que este le reclama no solo en el orden de la econom¨ªa, aprovechando el cambio en el modelo de desarrollo para instar un cambio estructural de mayor calado, sino igualmente trascendiendo la frialdad de la reforma pol¨ªtica. Xi acceder¨¢ si no le queda otra opci¨®n. Su apuesta no ofrece duda: ni un ¨¢pice de renuncia en los ¡°intereses centrales¡±.
La exageraci¨®n, temeraria seg¨²n sus cr¨ªticos, de las capacidades internas y la insistencia ideol¨®gica en cierto retorno a los or¨ªgenes habr¨ªan afectado a su influencia y ser¨ªan la causa principal de que la confianza interna y exterior se hayan resentido. Pese a ello, la figura de Xi es incuestionable y no es previsible un cambio de orientaci¨®n sustancial en su pol¨ªtica, ya nos refiramos a una privatizaci¨®n a gran escala de las empresas p¨²blicas o una apertura ilimitada del mercado interno a los inversores extranjeros, por citar dos referencias simb¨®licas. No quiere esto decir tampoco que los ajustes por venir, t¨¢cticos por naturaleza, sean ¨ªnfimos o despreciables, pero que nadie se haga ilusiones vanas. En cualquier caso, las dudas persistir¨¢n y, aunque Xi siga control¨¢ndolo todo con el aval de un partido m¨¢s disciplinado y reforzado, el transcurso de este su segundo mandato apunta a que no ser¨¢ un camino triunfal.
Xulio R¨ªos es director del Observatorio de la Pol¨ªtica China.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.