Planeta rojo
Vital, visceral, din¨¢mico y tambi¨¦n tab¨², el rojo colorea cada vez m¨¢s edificios de la arquitectura actual. Un libro re¨²ne 150 ejemplos recientes de inmuebles escarlata levantados por todo el mundo
Picasso dec¨ªa que utilizaba el rojo cuando se quedaba sin azul. Tiziano, que un buen pintor solo necesita tres colores: blanco, negro y rojo. Christian Louboutin est¨¢ convencido de que, aunque a uno no le gusten los colores, acaba siempre teniendo algo rojo. Por eso, aunque la autora del libro de la editorial Phaidon RED, Stella Paul, sostiene que la condici¨®n humana es roja, la humanidad no ser¨ªa capaz de ponerse de acuerdo para describir qu¨¦ es el rojo. Lo anunci¨® Josef Albers. ¡°Si 50 personas oyeran la palabra rojo, 50 rojos distintos aparecer¨ªan en sus mentes¡±.
El color de los colores para los renacentistas, el color del peligro y la prohibici¨®n para la circulaci¨®n, el carm¨ªn de la seducci¨®n, la marca del tab¨², la huella del crimen y la referencia de la tierra. El rojo pompeyano evoca riqueza y sofisticaci¨®n, el bermell¨®n de los alquimistas, componentes t¨®xicos; el escarlata, las suntuosas coronaciones de los pr¨ªncipes medievales, los ropajes de los generales romanos y el trabajo de los gremios de tintoreros. El rojo es a la vez el color del martirio y el de los cardenales, el de las novias chinas y el del partido comunista. El del enfado y el de la prosperidad. Por eso el rojo puede ser met¨¢fora, marcar contraste, indicar dinamismo y anunciar a los bomberos. O a Coca-cola, cada vez con menos az¨²car y, tal vez por ello, cada vez menos roja.
Lina Bo Bardi fue una de las primeras arquitectas en emplearlo en edificios recientes. Lo hizo para destacar la estructura de su Museo de Arte MASP en S?o Paulo. Tambi¨¦n Ricardo Bofill bautiz¨® sus viviendas en Calpe como la Muralla Roja. Souto de Moura cubri¨® de rojo la Casa das Historias que levant¨® para Paula Rego en Cascais (Portugal), Frank Gehry pint¨® de encarnado sus oficinas para el puerto de D¨¹sseldorf y hasta Foster colore¨® el Pabell¨®n de los Emiratos ?rabes Unidos en la Expo de Mil¨¢n. Es cierto que el Hotel Danieli de Venecia lleva m¨¢s de seis siglos contrastando su teja con la Laguna. Tambi¨¦n que el Fuerte Rojo de Nueva Delhi habla tanto de los emperadores mogoles como de la tierra sobre la que construyeron.
La Casa das Artes Miranda do Corvo (Portugal) es un s¨ªmbolo: un lugar de encuentro. Por eso sus autores; Future Architecture Thinking, la han hecho hablar desde su arquitectura din¨¢mica y angular y desde su rojo brillante exterior, para anunciarla.
En lugar de para destacar la arquitectura, en San Petersburgo, los arquitectos Vitruvius and Sons emplearon el rojo para camuflar su edificio. Demostraron que algo tan visible y molesto como un c¨®digo de barras desaparece bajo una mano de pintura. Este centro comercial no enga?a a sus visitantes, pero transforma el ubicuo s¨ªmbolo de la vida moderna convirtiendo los n¨²meros y los cortes en ventanas y puertas. Es lo que es, pero el rojo, en lugar de destacarlo, lo camufla.
En Estocolmo la cooperativa de vivienda sueca SKB encarg¨® al estudio Wingardh Arkitektkontor 100 viviendas de ladrillo en las que los balcones parecen salir disparados. Tambi¨¦n en la Universidad de Gotemburgo, estos arquitectos eligieron el rojo para anunciar a los barcos que amarran en el puerto su edificio Kuggen, el departamento de educaci¨®n. Los proyectistas hablan de la nueva catedral para la ciudad del siglo XVI. El dise?ador de moda Bill Blass dec¨ªa que el rojo es la cura total para la tristeza.
Babelia
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