Nuestros tatarabuelos ten¨ªan su propio Ikea en el siglo XIX y esta es su silla m¨ªtica
Thonet invent¨® la silla 14, la primera con instrucciones de montaje, y que conquist¨® a la gran pantalla y a los intelectuales de la ¨¦poca
Un alem¨¢n emprendedor y tozudo como un bulldog consigui¨® dar un inesperado giro argumental a la historia del mueble cuando se empecin¨® en combar la madera ¡ªque hasta entonces solo se usaba en ese formato en los astilleros para fabricar los cascos de los barcos y para hacer ruedas¡ª con el objetivo de hacer piezas resistentes, funcionales y econ¨®micas con ella. De esto hace ahora 200 a?os, cuando Michael Thonet (1796-1871), como se llamaba aquel empresario devenido en carpintero-ebanista, cre¨® la firma que lleva su apellido desde el taller que abri¨® en Boppard del Rin (Alemania) en 1819.
De aquel estudio sali¨® su silla n¨²mero 14 (este a?o cumple su 160 aniversario), con la que inaugur¨® la historia del mueble moderno, y que ha tenido cameos en escenas de pel¨ªculas m¨ªticas como Cabaret (Bob Fosse, 1972) o?Poltergeist (Tobe Hooper, 1982). Hasta ha aparecido en retratos sujetando las nobles posaderas de Einstein o Picasso.
Tras muchos intentos, infinitas pruebas y varios batacazos estrepitosos, Thonet dio con el material ¡ªel haya, flexible, con fibras alargadas y pocos nudos¡ª y la t¨¦cnica ¡ªcalentar los listones a 100¡ãC, presion¨¢ndolos en moldes de hierro fundido curvos y luego sec¨¢ndolos a aproximadamente 70¡ãC durante alrededor de 20 horas¡ª para dar forma a una silla de perfiles curvados, ligera y elegante. Bastaban para montarla seis piezas, dos tuercas y 10 tornillos tan f¨¢ciles de ensamblar que podr¨ªa hacerlo hasta un ni?o. Se escrib¨ªa as¨ª el primer rengl¨®n de la historia del dise?o de muebles moderno y nac¨ªa la silla m¨¢s rentable e ic¨®nica de todos los tiempos: la silla n¨²mero 14 de Thonet (hoy rebautizada como 214).
El abuelo de Ikea
Corr¨ªa por aquel entonces el a?o 1859 y solo unos meses despu¨¦s, la se?ora Anna Daum, influyente dama de la alta sociedad vienesa, decor¨® con ellas su Caf¨¦ Daum, uno de los m¨¢s reputados de la capital donde, seg¨²n contaba The New York Times en 1897, se reun¨ªan "pol¨ªticos famosos, arist¨®cratas, militares, estadistas y cortesanos, algunos de los nombres m¨¢s conocidos en la historia austriaca de los ¨²ltimos d¨ªas".
Entre su distinguida clientela las sillas tuvieron un gran impacto. Eran mucho m¨¢s livianas, frescas y diferentes a las del resto de los caf¨¦s, pero adem¨¢s ten¨ªan dos ventajas fundamentales, eran m¨¢s econ¨®micas y su asiento de rejilla infinitamente m¨¢s sencillo de limpiar que la cl¨¢sica tapicer¨ªa de los recargados modelos de la ¨¦poca. A partir de ah¨ª la fama de Thonet y su mobiliario comenz¨® a difundirse por Europa a la velocidad del rayo. Era todo un s¨ªntoma de estatus y de modernidad y por eso, antes o despu¨¦s, todos los grandes personajes del siglo XIX y XX, de Lenin a Charles Chaplin y de Picasso a Einstein, fueron retratados en una n¨²mero 14.
Pero el m¨¦rito de la n¨²mero 14 no fue solo su original dise?o, ni siquiera su funcionalidad, sino el hecho de que inaugur¨® una forma de producci¨®n en serie hasta entonces desconocida, con todos los procesos diferenciados, un protocolo de empaquetamiento estandarizado y un marketing, por catalogo, muy moderno. Hoy aquellas gu¨ªas de compra, impresas en varios idiomas, y con dibujos para facilitar los encargos desde cualquier lugar, son tambi¨¦n joyas de coleccionista. "La silla caf¨¦ supuso algo revolucionario, el primer mueble que se export¨® en serie", explican desde el estudio Studio Besau Maguerre, encargado de dise?ar la versi¨®n que conmemora el 160 cumplea?os de la ic¨®nica pieza y el segundo centenario de Thonet. "Fue posible porque las sillas se pod¨ªan desmontar en piezas y transportar hasta 36 unidades en una caja de un metro c¨²bico para enviarse y venderse por todo el mundo".
Objeto de culto
El ¨¦xito y los reconocimientos le llegaron pronto a la n¨²mero 14. En 1867 gan¨® la medalla de oro de la Exposici¨®n Universal de Par¨ªs y en 1889 la compa?¨ªa ya ten¨ªa siete f¨¢bricas, distribuidas en las actuales Rep¨²blica Checa, Hungr¨ªa y Rusia, que produc¨ªan sillas, mesas, divanes, percheros, cunas y la exitosa mecedora ¡ªla madre de todas las mecedoras¡ª, que sali¨® al mercado en 1860.
Los artistas de la Secesi¨®n vienesa, Josef Hoffmann, Adolf Loos y Otto Wagner, fueron sus grandes admiradores a principios del siglo XX, igual que, a?os m¨¢s tarde, grandes nombres de la Bauhaus, como Mies van der Rohe o Marcel Breuer, las piropearon sin descanso consider¨¢ndolas la quintaesencia de la modernidad (incluso dise?aron para la marca). Le Corbusier dijo de ella: "Nunca ha sido creado algo m¨¢s elegante y mejor concebido, m¨¢s preciso en su ejecuci¨®n y m¨¢s excelentemente funcional".
Tampoco el cine se ha resistido a los encantos de la 214. Los escen¨®grafos de ayer, hoy y siempre la han considerado un valor seguro para formar parte de sus decorados. Adem¨¢s de en Cabaret o Poltergeist (en Espa?a, Fen¨®menos extra?os), podemos verla desde en A night out, de Charles Chaplin (1915) o en disparatadas escenas de las peleas entre El Gordo y el Flaco, y m¨¢s recientemente en Beginners (Mike Mills, 2010); en?Coco, de la rebeld¨ªa a la leyenda de Chanel (Anne Fontaine, 2009) o en El americano (Anton Corbijn, 2010).
La 214 en 2019
Dos siglos despu¨¦s Thonet contin¨²a siendo una empresa familiar, y est¨¢ asentad¨ªsima como una aut¨¦ntica referencia en el mundo del dise?o industrial contempor¨¢neo: "Muy pocas empresas pueden celebrar su segundo centenario con cl¨¢sicos ic¨®nicos y dise?os contempor¨¢neos s¨®lidos en su porfolio", aseguran en Studio Besau Marguerre.
Lo mismo sucede con la n¨²mero 14. Desde su nacimiento han pasado exactamente 160 a?os y es como Sophia Loren: no envejece o si lo hace, lo hace con el mismo estilo y dignidad. Es venerada y reverenciada en los m¨¢s grandes museos: en el MOMA de Nueva York tienen dos ejemplares, uno de 1881 y otro de 1855-58; tambi¨¦n se expone en el Centre Pompidou en Par¨ªs (Francia), el Design Museum y el Victoria and Albert Museum, en Londres (Reino Unido), el Vitra Design Museum, en?Weil am Rhein (Alemania), y la Pinakothek der Moderne, en M¨²nich (Alemania).
Hoy sigue vendi¨¦ndose como churros (van m¨¢s de 50 millones desde 1930) y ha inspirado diferentes ediciones especiales y revisiones, como la que sac¨® James Irvine, director creativo de Thonet en colaboraci¨®n con Muji en 2008. Ahora le toca el turno a Studio Besau Marguerre, que ha creado por encargo de la compa?¨ªa una versi¨®n de la silla 14 que estar¨¢ a la venta solo durante este a?o en dos colores, blanco y negro y rojo terciopelo y sage.
En ella hay mucho de nuevo, pero tambi¨¦n mucho de las l¨ªneas originales. "Mantuvimos el dise?o de 1859 y trabajamos con matices muy sutiles para no interferir demasiado en ¨¦l y al mismo tiempo dotar al producto de un nuevo atractivo diferencial. Al te?ir los elementos de conexi¨®n de la silla varios tonos m¨¢s claros que el anillo del asiento y las patas, atrae la vista la ingeniosa construcci¨®n minimalista y, al mismo tiempo, transporta la silueta cl¨¢sica a un contexto contempor¨¢neo". Un revival en el que quiz¨¢s merezca la pena invertir como hizo la Se?ora Daum hace 160 a?os.
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