Hijos bajo contrato
Lo ocurrido en India y otros pa¨ªses es que son las mujeres pobres, y no las que tienen medios, las que se prestan a un contrato de gestaci¨®n subrogada
En breve se discutir¨¢ en el Congreso de los Diputados la proposici¨®n de ley presentada por Ciudadanos para regular en Espa?a la gestaci¨®n subrogada. En ella se propone que una mujer pueda gestar para otros siempre que sea de forma altruista. Como ocurre con frecuencia con los avances cient¨ªficos, la realidad va muy por delante de nuestra capacidad para asimilarla. En Espa?a la gestaci¨®n subrogada est¨¢ prohibida, pero en otros pa¨ªses no, y muchas parejas viajan a ellos para recurrir a esta t¨¦cnica.
La cuesti¨®n es compleja. Por un lado, existe una t¨¦cnica, segura y eficiente, que permite que una mujer pueda gestar un beb¨¦ con el que no tiene ninguna relaci¨®n biol¨®gica, pues ha sido engendrado in vitro con el ¨®vulo de una donante y el esperma del padre contratante. El car¨¢cter disruptivo de esta t¨¦cnica es que permite dar soluci¨®n al deseo de paternidad de las parejas homosexuales, que hasta ahora ten¨ªan que recurrir a la adopci¨®n.
Los promotores de la regulaci¨®n apelan a la libertad de la mujer para decidir. Si se reconoce la libertad para disponer del propio cuerpo y abortar, dicen, tambi¨¦n se debe reconocer la libertad de gestar para otra. Si se pudiera garantizar el altruismo, las objeciones no ser¨ªan tan fuertes, aunque seguir¨ªa habi¨¦ndolas. Cabe pensar que una mujer pudiera querer gestar de buen grado el hijo de su hermana est¨¦ril. O una madre gestar al hijo de su hija. El ¨²nico inconveniente ser¨ªa en este caso la distorsi¨®n de las relaciones familiares.
Pero, ?qu¨¦ mujer va a querer gestar para unos desconocidos por puro altruismo? Podemos enga?arnos y decir que, si cabe la posibilidad de tanta generosidad, hay que regularla. Pero lo que puede ocurrir en la pr¨¢ctica es que la compensaci¨®n por las molestias y los riesgos del embarazo que propone el proyecto de ley se convierta en el precio. Un precio camuflado. Y siempre habr¨¢ mujeres suficientemente pobres para necesitarlo. Lo ocurrido en India y otros pa¨ªses es que son las mujeres pobres, y no las que tienen medios, las que se prestan a un contrato de gestaci¨®n subrogada. Vivimos en una sociedad muy mercantilizada, pero debemos pensarlo dos veces antes de permitir que las relaciones mercantiles gobiernen la maternidad. Y si el hijo nace defectuoso, ?qu¨¦ dice el contrato?
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