Mujeres en conflicto
Todos los que aseguran que la mujer en Espa?a est¨¢ sobreprotegida deber¨ªan ver la exposici¨®n de Jos¨¦ Manuel L¨®pez
En el Museo de Le¨®n (no todo tiene que pasar en Madrid y en Barcelona) se acaba de inaugurar una exposici¨®n de fotograf¨ªas cuyo t¨ªtulo puede parecer una redundancia, pero no lo es. Mujeres en conflicto habla de esas mujeres que por el hecho de serlo sufren por partida doble las consecuencias de los conflictos b¨¦licos. El autor, Jos¨¦ Manuel L¨®pez, sabe de lo que habla, pues como fotoperiodista ha trabajado en diferentes pa¨ªses en guerra, sufriendo ¨¦l mismo un secuestro en Siria de varios meses junto a otros dos periodistas espa?oles que algunos recordar¨¢n a¨²n por reciente. ?Qu¨¦ se les perder¨ªa en la guerra?, esa pregunta que muchos se hacen cuando ven a profesionales jugarse la vida para captar una imagen o enviar una cr¨®nica period¨ªstica desde el lugar de los hechos, quiz¨¢ tenga una respuesta en las 16 im¨¢genes que en la exposici¨®n de L¨®pez se cuelgan y que muestran a mujeres desoladas, desprotegidas y mudas ante la tragedia que est¨¢n viviendo, en pa¨ªses tan diferentes como Siria, Etiop¨ªa, Somalia, Irak o Ucrania. Tambi¨¦n una de Espa?a correspondiente a una anciana que vivi¨® la Guerra Civil y a la que el fot¨®grafo retrat¨® en el escenario de una de las batallas en las que particip¨® de joven.
Como dice el comisario de la exposici¨®n, David Rubio, son ¡°instantes que el fot¨®grafo le ha robado al olvido y nos trae desde alguno de los m¨²ltiples infiernos que se reparten por el mundo, como quien saca una conversaci¨®n impertinente (¡) Miradas que hablan todos los idiomas, retratos de la rabia y el miedo, paisajes llenos de ausencias, la muerte siempre asomando, a veces antes, a veces despu¨¦s, como un filo que corta la luz¡±. El propio Jos¨¦ Manuel L¨®pez, reacio a dar mucha informaci¨®n de lo que contextualiz¨® en su momento cada imagen concreta, a?ade que todas las mujeres de las fotograf¨ªas comparten el mismo sufrimiento, sean de donde sean, pues como mujeres todas comparten tambi¨¦n su condici¨®n de eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil y por lo tanto m¨¢s vulnerable en cualquier conflicto, ya sea b¨¦lico o social. Muchas han sido violadas, marginadas o explotadas sexualmente, y no s¨®lo en el curso de la guerra.
La exposici¨®n de Jos¨¦ Manuel L¨®pez no descubre nada nuevo, pero quiz¨¢ convendr¨ªa que la vieran todos esos que consideran que en las guerras todos sufren por igual. Convendr¨ªa tambi¨¦n que la vieran todos esos espa?oles que aseguran que la mujer en Espa?a est¨¢ sobreprotegida, discutiendo incluso las cifras de feminicidios que continuamente publica la prensa y que dicen que las mujeres muertas a manos de sus parejas o en el intento de su violaci¨®n por desconocidos superan ya a las de los asesinados por ETA, cuya memoria reivindican, sin embargo, incluso por encima de los familiares de algunas de las v¨ªctimas, mientras les niegan el derecho a hacer lo propio a los de los asesinados por la represi¨®n franquista, calific¨¢ndolos de revanchistas y rencorosos. Todos los muertos merecen la misma consideraci¨®n, pero los vivos merecen mayor o menor protecci¨®n de la sociedad en funci¨®n de sus circunstancias y las de las mujeres hoy por hoy no son las mismas que las de los hombres, ni siquiera en pa¨ªses en los que pretendidamente est¨¢n sobreprotegidas, como algunos en Espa?a ¨²ltimamente se empe?an en sostener. Las fotograf¨ªas de Jos¨¦ Manuel L¨®pez no s¨®lo nos hablan de guerras remotas, de conflictos b¨¦licos olvidados, sino del que d¨ªa a d¨ªa contin¨²an viviendo muchas mujeres, de pa¨ªses en guerra y de pa¨ªses en paz, porque el conflicto las acompa?a desde que nacen hasta que se mueren.
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