Respaldo a Guaid¨®
La prioridad es el restablecimiento de la legalidad democr¨¢tica en Venezuela
El reconocimiento de Juan Guaid¨® como presidente encargado de Venezuela realizado ayer por el presidente del Gobierno de Espa?a, Pedro S¨¢nchez, es una medida acertada cuyo fin ¨²ltimo es el restablecimiento de la democracia en el pa¨ªs sudamericano. El anuncio de S¨¢nchez fue seguido en cascada por el de las principales potencias europeas, que comparten el criterio de que debe ser un Gobierno venezolano de transici¨®n el que convoque y organice unas elecciones presidenciales con las debidas garant¨ªas de limpieza y transparencia. Espa?a y la Uni¨®n Europea deber¨ªan ofrecer adem¨¢s todo el apoyo necesario al grupo de pa¨ªses latinoamericanos que tambi¨¦n ha reconocido a Guaid¨® y que puede actuar como mediador y ayudar a solucionar los indudables problemas que acarrea la desastrosa crisis que atraviesa el pa¨ªs.
La situaci¨®n institucional, econ¨®mica y social en Venezuela ha alcanzado un nivel de degradaci¨®n sin precedentes, por m¨¢s que el r¨¦gimen de Nicol¨¢s Maduro pretenda ignorarlo. La ¨²nica salida son unas elecciones que devuelvan la legitimidad democr¨¢tica incuestionable a quien el pueblo venezolano decida. El anuncio realizado por Espa?a y otros pa¨ªses europeos no respalda una ruptura de la legalidad, sino precisamente su restauraci¨®n encargada al presidente interino, reconocido por la mayor¨ªa de la Asamblea Nacional venezolana, en la que, por cierto, hay m¨¢s de un tercio de representantes chavistas, y por la comunidad internacional.
Por mucho que pa¨ªses como Rusia, China o Estados Unidos tengan grandes intereses econ¨®micos en el pa¨ªs, se trata de un conflicto interno venezolano, en todo caso con implicaciones regionales, y como tal debe ser afrontado. La ret¨®rica agresiva del presidente norteamericano, Donald Trump, no ayuda nada a quienes desean el retorno de la democracia a Venezuela. Al contrario; da alas a Nicol¨¢s Maduro y a sus seguidores. Las continuas apelaciones a una eventual intervenci¨®n militar por parte de Washington no solo suscitan una l¨®gica preocupaci¨®n internacional, sino que la Uni¨®n Europea y los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina deben de hacerles claramente frente. Se trata de una l¨ªnea roja que de ninguna manera debe ser sobrepasada. El siglo XX agot¨® las intervenciones estadounidenses en Latinoam¨¦rica.
Probablemente, resulte necesario un proceso de di¨¢logo con Maduro que gestione su salida r¨¢pida e incruenta del poder, pero este di¨¢logo debe ser ¡ªen todo caso¡ª impulsado internacionalmente por las naciones latinoamericanas. El papel de Espa?a, y de los dem¨¢s pa¨ªses de fuera de la regi¨®n, es apoyar a estas ¨²ltimas.
Junto a la emergencia institucional est¨¢ la humana, que no es menos grave. A los millones de venezolanos que han abandonado el pa¨ªs se une la aguda precariedad material que vive el pa¨ªs fruto de una gesti¨®n incompetente. Resulta fundamental, en primer lugar, paliar las necesidades m¨¢s urgentes que origina esta carest¨ªa y, en segundo t¨¦rmino, comenzar a levantar los mecanismos que permitan un regreso a la normalidad lo m¨¢s r¨¢pido posible. La democratizaci¨®n de Venezuela tambi¨¦n pasa por la mejora sustancial de las condiciones de vida de sus ciudadanos.
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