En el estado de R¨ªo de Janeiro existen 1.018 favelas en las que se agrupa el 22% de la poblaci¨®n. Recorremos una controlada por los se?ores de la droga que se dividen el dominio de los barrios
En el estado de R¨ªo de Janeiro existen 1.018 favelas en las que se agrupa el 22% de la poblaci¨®n seg¨²n datos del IPP de 2016 (Instituto Municipal de Urbanismo). Rocinha es una de las m¨¢s grandes de Brasil, situada en la zona sur de la ciudad, donde gran parte de sus habitantes son brasile?os que emigraron del noreste del pa¨ªs en busca de mejores oportunidades. En esta favela la densidad de poblaci¨®n es de 48.258 habitantes por kil¨®metro cuadrado, nueve veces m¨¢s que Madrid.En la favela la vida diaria transcurre de forma calmada a la espera de que aparezca alguna oportunidad de trabajo que permita incrementar los ingresos de la familia. La escasez de centros educativos hace que las calles sean frecuentadas por ni?os a cualquier hora del d¨ªa, y en muchos casos son los menores quienes regentan los peque?os comercios de venta de productos alimenticios.Seg¨²n el censo de 2012, en Rocinha conviven 70.557 personas que son atendidas por dos centros de salud de atenci¨®n primaria y dos centros de salud con algunas especialidades. Esto significa que para enfermedades graves la poblaci¨®n tiene que desplazarse fuera de la favela para poder ser atendido.El desempleo en Brasil afecta al 12,5% de la poblaci¨®n (6,2 millones de personas), y R¨ªo de Janeiro es una de las regiones con m¨¢s paro. Los m¨¢s afectados son los j¨®venes de 14 a 26 a?os. La carencia de centros de educaci¨®n secundaria y el elevado coste del alquiler de viviendas en otros barrios de la ciudad dan como resultado la dificultad que tienen los j¨®venes para formarse y abandonar la favela.La favela Rocinha, a pesar del caos de caminos estrechos que conectan todo su interior, es una de las pocas favelas que busca en el turismo una alternativa para su desarrollo ofreciendo visitas guiadas. En los ¨²ltimos a?os se est¨¢n multiplicando los espacios de venta de comida r¨¢pida, galer¨ªas de arte local, cibercaf¨¦ y otros comercios que intentan modificar poco a poco el paisaje urbano de la favela. De esta manera, se abren nuevas oportunidades de empleo antes inexistentes. Entre el laberinto de callejones y edificios de varios pisos, la poblaci¨®n de Rocinha tan s¨®lo cuenta con dos plazas o espacios verdes para ocio p¨²blico, por lo que la vida social se lleva a cabo en las puertas de las casas y los cruces de calles donde ni?os y mayores se re¨²nen a diario.Dentro de la favela la seguridad est¨¢ en manos de los diferentes grupos de narcotraficantes que se dividen el control de los barrios, y la polic¨ªa solo hace acto de presencia en la entrada y salida de la favela, (salvo en los operativos especiales cuando intervienen por alg¨²n motivo). Con m¨¢s de 18.000 habitantes menores de 14 a?os, la favela Rocinha cuenta con 16 guarder¨ªas, siete escuelas de educaci¨®n preescolar y tres centros de educaci¨®n primaria. Para realizar los cursos de educaci¨®n secundaria han de salir de la favela hacia otros barrios donde ofrecen los cursos superiores.El estado de las infraestructuras dentro de la favela es bastante precario, y la mayor¨ªa de la poblaci¨®n tiene acceso a electricidad sin pagar, generando un decorado singular que se extiende por cada callej¨®n.En Brasil, el 40,8% de las personas con un empleo realizan un 'trabajo informal', es decir, sin contrato, y sin contribuci¨®n de impuestos para el estado, seg¨²n datos del IBGE 2018 (Instituto Brasileiro de Geograf¨ªa e Estatistica). Gran parte de las viviendas han sido autoconstruidas por las familias que las habitan, aprovechando al m¨¢ximo el espacio disponible, y moldeando el paisaje caracter¨ªstico de las favelas, que mientras luchan por conseguir mejorar sus condiciones de vida, cubren sus necesidades b¨¢sicas.