C¨®mo Noruega ha reinventado su turismo gracias a las antiguas carreteras
El Gobierno del pa¨ªs escandinavo impuls¨® un proyecto de 18 rutas panor¨¢micas con las que pretende ir m¨¢s all¨¢ de las visitas de crucero, en conjunci¨®n con una arquitectura vanguardista
Este v¨ªdeo es el primero que publica EL PA?S con sistema 4K-HDR.?El contenido est¨¢ disponible en el canal de Youtube.
Nuestro camino empieza en la nada. Rodeados de monta?as y soledad, en un lugar donde uno se siente la ¨²nica persona en el mundo. Estamos en los fiordos noruegos, pero este recorrido tiene algo de especial: a este punto solo se llega por una sinuosa y estrecha carretera en desuso, que ser¨¢ el eje del viaje. Utsikten, en el sureste de la pen¨ªnsula escandinava, es uno de los miradores construidos a lo largo de las 18 rutas panor¨¢micas que atraviesan el pa¨ªs de norte a sur. Un proyecto que recorre los 1.100 kil¨®metros de los fiordos noruegos con el que el Gobierno pretende ir m¨¢s all¨¢ del turismo de crucero.?
El mirador de Utsikten no es un simple balc¨®n al fiordo. La mole construida al final de la carretera de?Gaularfjellet consta de tres tri¨¢ngulos de cemento que se levantan formando una especie de abanico en posici¨®n casi perpendicular al suelo. Porque tanto este como el resto de miradores de las 18 rutas panor¨¢micas son obras "innovadoras y provocadoras" de arquitectos j¨®venes para revitalizar carreteras secundarias ahora muy poco transitadas.?La iniciativa del Gobierno noruego pretende llevar a los visitantes hasta puntos remotos con el atractivo de estas construcciones y potenciar as¨ª el turismo de estas zonas. "Esta ruta de Gaularfjellet tuvo su m¨¢ximo esplendor en los a?os 70 y 80, pero luego se construyeron nuevas carreteras y t¨²neles y el tr¨¢fico empez¨® a disminuir. Y desde que abrimos esta ruta panor¨¢mica y construimos este espectacular mirador, el tr¨¢fico no ha parado de aumentar", explica Trine Kanter Zerwekh, project manager de las rutas panor¨¢micas. Un viaje que realiz¨® EL PA?S invitado por la empresa estatal Innovation Norway.
La iniciativa aprovech¨® el entramado de v¨ªas secundarias que serpentean por las diminutas islas de los fiordos noruegos. El pa¨ªs tiene poco m¨¢s de 5.300.000 habitantes con una baja densidad de 16 residentes por kil¨®metro cuadrado. El proyecto se lanz¨® en 1994 y est¨¢ previsto que termine en 2020, pero sus responsables esperan que contin¨²e despu¨¦s de esta fecha. Hasta ahora se han completado unas 150?construcciones y quedan otras 100 por levantar. Pero a lo largo de las carreteras no solo se han construido miradores, sino tambi¨¦n ¨¢reas de descanso, ba?os o hitos art¨ªsticos, todos bajo una est¨¦tica vanguardista. Algunos se han hecho tan famosos como el aseo p¨²blico Ureddplassen, en la ruta Helgelandskysten,?que cruza el C¨ªrculo Polar ?rtico y es la m¨¢s larga de las 18. Este ba?o fue calificado por una publicaci¨®n especializada como el m¨¢s bonito del mundo el a?o pasado.
Las estructuras construidas a lo largo de las 18 rutas panor¨¢micas son obras vanguardistas de arquitectos j¨®venes en simbiosis con el entorno
Un ¨¦xito que ha tenido un efecto directo en la econom¨ªa local. "Las empresas que hay a lo largo de las rutas han duplicado sus ingresos y algunas incluso las han triplicado", subraya Kanter Zerwekh. Noruega registr¨® m¨¢s de seis millones de pernoctaciones en sus fiordos en 2018, unas 200.000 m¨¢s que el a?o anterior, seg¨²n datos del Gobierno. Muchos los visitan en crucero, pero este?proyecto intenta que los turistas planifiquen el viaje en sus propios veh¨ªculos o alquilados, y dise?en un periplo con paradas en las localizaciones donde est¨¢n ubicadas estas construcciones. "Lo que queremos es que la gente no solo venga y los cruce r¨¢pidamente [los fiordos], sino que se quede m¨¢s tiempo y gaste m¨¢s dinero", a?ade la project manager. El fin ¨²ltimo es crear una red tur¨ªstica que englobe a restaurantes, hoteles o empresas de multiaventura para dar trabajo a los residentes de la zona y evitar as¨ª la despoblaci¨®n de estas peque?as localidades.
"Este tipo de viaje me permite organizar mejor el tiempo. Y puedo moverme libremente, sin estar sujeto a un horario estricto ni a un grupo [como en los cruceros]. Conducir me permite aparcar en cualquier sitio para ver las vistas y las estructuras", cuenta Kalek Wamgy, de 29 a?os y nacionalidad china, que viaja junto a su novia. "Algunas noches hemos dormido en hoteles, pero tambi¨¦n en Airbnb y en casas de gente local", manifiesta delante del puente de Hulvagbrua, en la ruta Atlanterhavsvegen. Junto a Wamgy, otro grupo de turistas asi¨¢ticos baja de un minib¨²s para fotografiar la estructura, que conecta dos de las peque?as islas. Porque en las estrechas carreteras secundarias se mezclan quienes optan por el coche y quienes lo hacen por el trayecto con m¨¢s personas. Sophie Dabikles es conductora de uno de estos autocares y subraya que el turismo de las rutas panor¨¢micas ha ido en aumento en los ¨²ltimos a?os: "En la temporada alta de verano tengo unos cuatro o cinco viajes al mes que duran cinco d¨ªas con 30 o 35 personas. Llevo a todo tipo de turistas, muchos espa?oles, alemanes, y sobre todo americanos, Tambi¨¦n algunos chinos y japoneses".
Una red de econom¨ªa local
En el puerto de Geiranger, una de las localidades m¨¢s conocidas de las rutas esc¨¦nicas, varios empresarios de la zona se mezclan con los turistas. Todos montan en el peque?o barco que recorre el fiordo en un trayecto de en torno a hora y media. Mientras los turistas sacan fotograf¨ªas a las cascadas y al dibujo serpenteado de las carreteras en la ladera, los due?os de los negocios ponen en com¨²n sus impresiones sobre el sector. "Nuestra temporada alta es julio, pero nos gustar¨ªa tener m¨¢s turismo a lo largo del a?o. Ese es nuestro principal objetivo. Y creo que las rutas panor¨¢micas pueden ayudar a esta meta", manifiesta Kenneth Loken, due?o de uno de los restaurantes del pueblo junto a su esposa. El matrimonio tiene tres hijos que van a la guarder¨ªa junto a otros ni?os del municipio. En la localidad no solo residen noruegos, sino tambi¨¦n polacos, ingleses o espa?oles, atra¨ªdos por la oferta de empleo, que excede a los habitantes de Geiranger. "Adem¨¢s trabajamos con empresas locales como electricistas o fontaneros, compramos la carne en la carnicer¨ªa del pueblo... As¨ª que influimos mucho en la econom¨ªa local", subraya Tore Haldorsen, director del hotel Geiranger.?
Impacto medioambiental
Pero no todo fueron buenas palabras en sus or¨ªgenes. Algunos residentes criticaron la construcci¨®n de unas estructuras cuya arquitectura vanguardista romp¨ªa con el entorno salvaje del fiordo. Otros se quejaron de que en algunos lugares el material utilizado no era de origen local. Pero el auge de la econom¨ªa acab¨® por superar a las cr¨ªticas. "Algunos ecologistas reaccionaron mal al proyecto, pensaban que un mirador como este era demasiado invasor con el paisaje", recuerda la project manager en?Utsikten. "Al principio la gente estaba preocupada con esta arquitectura moderna en las monta?as", manifiesta Hilde Bakke, portavoz de una centena de empresas tur¨ªsticas de la regi¨®n. El dise?o de las construcciones busca una simbiosis con el entorno natural, utilizando como recurso las l¨ªneas y colores del paisaje. El mirador de Trollstigen, por ejemplo, supuso una inversi¨®n de m¨¢s de 207.700 euros y ocho a?os de trabajo. Respecto a la contaminaci¨®n por el tr¨¢fico de veh¨ªculos,?Trine Kanter Zerwekh subraya que con las rutas panor¨¢micas se esparce el tr¨¢fico por todo el territorio en lugar de centrarse en algunas zonas. Adem¨¢s, seis?de cada 10 coches vendidos en Noruega son el¨¦ctricos, siendo?el primer pa¨ªs del mundo por porcentaje de este tipo de veh¨ªculos.
Evitar la despoblaci¨®n
En la ruta Geiranger-Trollstigen se encuentra la ciudad de??ndalsnes, de unos 3.000 habitantes. La urbe basa gran parte de su econom¨ªa en el sector tur¨ªstico con empresas dedicadas a deportes al aire libre, alojamientos hoteleros o un gran museo sobre escalada. Lars Olavhustad es su alcalde: "Somos un pueblo peque?o y yo, como alcalde, quiero que la gente joven quiera quedarse aqu¨ª. Pero para eso tenemos que conseguirles trabajo, y con el turismo y gracias a las rutas panor¨¢micas hay m¨¢s empleo". Una idea que comparte Bakke: "El problema de peque?as localidades como esta es que cuando no hay muchas cosas interesantes por hacer se marchan a ciudades m¨¢s grandes, pero cuando podemos ofrecer buenos puestos para trabajar, la gente viene aqu¨ª en lugar de irse. Y mantenemos a nuestra gente joven en el pueblo". Parad¨®jicamente, el Gobierno ha proyecto una macroautov¨ªa para 2026 que har¨¢ m¨¢s accesible la conexi¨®n entre las islas de los fiordos. Pero la segunda vida de las peque?as carreteras seguir¨¢ con las rutas panor¨¢micas.
Una red tur¨ªstica en 360?
En el entorno que rodea a las rutas han proliferado empresas de multiaventura, dentro de la red de negocios locales que han surgido y se nutren de las carreteras panor¨¢micas. Algunas ofrecen la posibilidad de ver glaciares, como en el v¨ªdeo inferior, en el que se reproduce un ascenso al glaciar Briksdal. Puede ver el recorrido en un v¨ªdeo en 360 grados.