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La Bolivia ind¨ªgena de Evo Morales Desde que el mandatario aimara lleg¨® al poder las comunidades nativas han obtenido una mayor atenci¨®n p¨²blica y reconocimiento social. Su desarrollo, sin embargo, parece estancado. Un recorrido por el altiplano del pa¨ªs retrata algunas instant¨¢neas cotidianas de sus condiciones El altiplano de Bolivia abarca cerca de los 60 municipios que comprenden los departamentos de La Paz, Oruro y Potos¨ª. Es un paisaje ¨¢rido, desolado y agresivo que, sin embargo, esconde riquezas naturales ¨²nicas. En este espacio monta?oso al oeste del pa¨ªs se concentra la mayor parte de las comunidades ind¨ªgenas. Seg¨²n un censo de 2012, representan el 40% de la poblaci¨®n total: unas 2,8 millones de personas.
El ascenso de Evo Morales a la presidencia, en 2005, dio visibilidad a estas comunidades. Por su origen uru-aimara, el l¨ªder del Movimiento al socialismo (MAS) hizo hincapi¨¦ en pol¨ªticas que reconocieran a este colectivo tradicionalmente ignorado. Uno de sus s¨ªmbolos, la ¡®wiphala¡¯, se ondeaba en m¨ªtines y manifestaciones. Esta bandera cuadrangular de siete colores la lucen con orgullo en solapas, vestimentas, casas o veh¨ªculos. Tambi¨¦n es considerada un s¨ªmbolo patri¨®tico. Morales siempre ha querido establecerse como un s¨ªmbolo de la Am¨¦rica Latina m¨¢s ind¨ªgena. Sus acciones han intentado impulsar el amor a la Madre Tierra, reconociendo sus derechos ante la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas. Tambi¨¦n ha volcado sus esfuerzos en esta parte del territorio boliviano, lo que suscit¨® grandes apoyos campesinos. En los ¨²ltimos a?os, este respaldo ha ido decreciendo. Sobre todo en las comunidades que mas apostaron por sus pol¨ªticas, recelosas de algunas decisiones de dudosas consecuencias medioambientales, como el permiso ¨Cen 2010¨C para cultivar soja gen¨¦ticamente modificada. Bolivia, aun as¨ª, es uno de los pa¨ªses m¨¢s ind¨ªgenas de Am¨¦rica. Los colores llenan sus calles. Ropas tradicionales, mercados o celebraciones muestran una est¨¦tica singular. Detr¨¢s de estos coloridos, sin embargo, aflora la falta de recursos. A pesar de que el desempleo se sit¨²a por debajo del 5%, la renta per c¨¢pita bordea los 3.000 euros al a?o y sigue siendo la m¨¢s baja de la regi¨®n. Aunque se ha avanzado en el reconocimiento de los derechos de los pueblos originarios y su participaci¨®n en las decisiones pol¨ªticas es mucho mayor que hace una d¨¦cada, los grupos ¨¦tnicos se encuentran todav¨ªa en una situaci¨®n de vulnerabilidad. Muchos logros se empa?an por la fragilidad de mantener las tierras o su soberan¨ªa frente a grandes corporaciones. El ocio en las comunidades m¨¢s alejadas sigue siendo tradicional. Atracciones de feria y folclore se dan cita permanentemente en los pueblos, que encuentran un respiro en estas celebraciones. Las minas del Potos¨ª fueron durante mucho tiempo uno de los recursos industriales m¨¢s destacados de Bolivia. La presencia cada vez menor de mineral ha llevado a las autoridades a prohibir la extracci¨®n a m¨¢s de 4.000 metros, pero los trabajos mineros siguen rigiendo la vida de esta comunidad. En el Cerro Chico de la ciudad a¨²n se comprueba el trasiego de trabajadores, expuestos a las inclemencias del subsuelo. Sin una gran tradici¨®n militar, el Ej¨¦rcito del Estado Plurinacional de Bolivia est¨¢ terminando de hacer un proceso de reestructuraci¨®n e identidad. Sus 60.000 efectivos recorren plazas y calles exponiendo su amor a la patria. La demanda a Chile (que hace 135 a?os le arrebat¨® 400 kil¨®metros de costa) para recuperar su salida al mar fue desestimada el pasado octubre por el Tribunal Internacional de La Haya. La hoja de coca, originaria de Sudam¨¦rica, juega un importante papel en Bolivia. Esta planta es la principal responsable del deterioro de las relaciones entre Bolivia y Estados Unidos. Esta naci¨®n quiso erradicarla con la ayuda de gobiernos anteriores al de Evo Morales, relacionando su cultivo con parte del narcotr¨¢fico en la zona. Su presencia, no obstante, tiene mucho que ver con la sociedad andina: se usa como remedio al mal de altura, a dolores intestinales o contra la fatiga desde hace decenas de generaciones.
A diferencia de otros pa¨ªses de Am¨¦rica Latina, en Bolivia la presencia de las mujeres en la construcci¨®n nacional y en el conflicto social ha sido permanente. El 11 de octubre se festeja el D¨ªa de la Mujer Boliviana. Se hace en homenaje al nacimiento de Adela Zamudio, pionera del feminismo en Bolivia y que ejerci¨® de escritora, maestra y luchadora social por las mujeres bolivianas. Las zonas rurales sufren, como en el resto del planeta, el problema de la despoblaci¨®n. La falta de trabajo y de recursos empieza a desplazar a muchas comunidades hacia n¨²cleos urbanos como La Paz, Oruro o Santa Cruz Con una esperanza de vida ligeramente inferior a los 70 a?os, la poblaci¨®n boliviana a¨²n sufre la precariedad del sistema de salud nacional. Con un alcance inclusivo que no entiende de etnias ni procedencias, las instalaciones sufren graves deficiencias. Generalmente en lugares alejados de las ciudades. Muchas comunidades no disponen de los medios necesarios para sostener su salud familiar. Entre los profesionales destaca la figura de los m¨¦dicos tradicionales, que suele estar presente en muchas actuaciones m¨¦dicas como la asistencia en partos.