La Espa?a hemipl¨¦jica
La voluntad de recordar resiste a cualquier prohibici¨®n
Lo dijo hace poco Santiago Abascal, el l¨ªder de Vox: ¡°A los espa?oles no se les puede imponer una memoria sobre la Guerra Civil, la Rep¨²blica o la Transici¨®n¡±. Y a?adi¨®, para justificar su intenci¨®n de derogar la Ley de Memoria Hist¨®rica si llega al poder, como ya ha ocurrido en Andaluc¨ªa: ¡°Somos la voz de aquellos que tuvieron padres en el bando nacional y se resisten a tener que hacer una condena de lo que hicieron sus familias. De aquellos que no quieren que se cambie el nombre de su calle por fanatismo pol¨ªtico de quienes quieren una Espa?a hemipl¨¦jica¡±.
Como hijo de una persona que hizo la guerra con los nacionales, lo que no le impidi¨® condenar las barbaridades que hicieron los suyos ni dejar de buscar a un hermano del otro bando desaparecido y querer por igual a los otros independientemente de la trinchera en la que combatieron, me sorprendi¨® la declaraci¨®n de Santiago Abascal, no solo por su contundencia sino porque lo que yo entiendo por Espa?a hemipl¨¦jica es precisamente la que ¨¦l defiende. Y no solo ¨¦l, para desgracia de los espa?oles. La senadora popular que declar¨® en el Senado estos d¨ªas que los restos de los m¨¢s de cien mil compatriotas que contin¨²an a¨²n enterrados en fosas comunes son solo ¡°unos cuantos huesos¡± es un ejemplo de que no solo en Vox, el partido de la ultraderecha, hay quien considera que reivindicar la memoria de los perdedores de la Guerra Civil despu¨¦s de medio siglo en el que la ¨²nica memoria que se permiti¨® por ley fue la de los vencedores es hemiplejia ideol¨®gica.
Juan Pablo Fusi, historiador tan poco hemipl¨¦jico como respetado por sus compa?eros, pon¨ªa el dedo en la llaga de la cuesti¨®n en una entrevista en este peri¨®dico al hablar de si memoria e historia pod¨ªan ser antag¨®nicas. ¡°La memoria est¨¢ hecha de mitos, impresiones, evocaciones. La historia es un cuerpo sustantivo de conocimiento y la escriben los historiadores¡±, dijo. El problema para ¨¦l es que en Espa?a mucha gente confunde historia y pol¨ªtica, lo que lleva a afirmaciones como las de Santiago Abascal o la senadora popular, impropias de nuestros tiempos y que en alg¨²n pa¨ªs europeo como Alemania podr¨ªan ser incluso materia de persecuci¨®n penal. Querer imponer un relato de la historia es grave, pero descalificar la memoria de la mitad de la sociedad adem¨¢s de grave es in¨²til, puesto que esta va a seguir recordando lo que conoci¨® o vivi¨® y la prueba es que despu¨¦s de d¨¦cadas de prohibici¨®n franquista de esa memoria millones de espa?oles siguen haci¨¦ndolo.
Conoc¨ª a un hombre, hijo de un paseado en la Guerra Civil, que en la vejez se puso a escribir sus recuerdos de esta con el fin de dejar constancia de ellos. El ejercicio de recordar le sirvi¨® de entretenimiento y consuelo, tanto que, ante el temor de sufrir un ictus que le afectara al hemisferio cerebral del que depende la capacidad de escribir, aprendi¨® a hacerlo con las dos manos. Si alguien quiere una prueba de que la voluntad de recordar resiste a cualquier prohibici¨®n ser¨ªa esta. As¨ª que pretender derogar la memoria de la mitad de la sociedad a estas alturas de nuestra historia indica un grado de fanatismo solamente equiparable al de cinismo que delata el hecho de que quienes califican de hemipl¨¦jica la memoria de la mitad de los espa?oles sean precisamente quienes durante d¨¦cadas impusieron al resto la suya o aceptaron en silencio que se hiciera, si no ellos s¨ª sus padres, esos de los que ahora se erigen en defensores.
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