Marruecos y Espa?a, unidos en la diversidad
El viaje que hoy comienzan los Reyes es estrat¨¦gico. Ambos pa¨ªses, a los que les acerca mucho m¨¢s de lo que les separa, est¨¢n llamados a caminar juntos para hacer frente a los retos de la globalizaci¨®n
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Espa?a y Marruecos estamos llamados, m¨¢s que nunca, a caminar juntos para hacer frente a los retos de la globalizaci¨®n. Es mucho lo que nos acerca. Somos pa¨ªses vecinos, ba?ados por los mares Mediterr¨¢neo y Atl¨¢ntico, que confluyen en el estrecho de Gibraltar, el punto m¨¢s pr¨®ximo entre los continentes europeo y africano, de los que somos su frontera sur y norte. Pero nos aproxima, sobre todo, una cultura com¨²n, unida ¡ªs¨ª unida, no separada¡ª por el Mare Nostrum. Por eso, aun siendo nuestro pa¨ªs protagonista del proceso de integraci¨®n europea, nuestro coraz¨®n y nuestros intereses est¨¢n tambi¨¦n en el sur.
El coraz¨®n habla con afectos y emociones. Lo s¨¦ porque cada vez que visito Marruecos ¡ªy desde hace ya mucho tiempo lo hago con bastante frecuencia¡ª no dejo de rememorar mi infancia en una villa del interior de Valencia, cuyo nombre, X¨¤tiva, evoca la lengua ¨¢rabe tanto como su barrio antiguo, su bullicio, sus olores, sus sabores¡. La cercan¨ªa de nuestros pa¨ªses y sus gentes no es ret¨®rica, pues tiene como base una vieja savia de cari?o familiar que nos une por encima de diferencias coyunturales. Bien puede decirse, parafraseando el lema de la Uni¨®n Europea, que Espa?a y Marruecos tambi¨¦n estamos unidos en la diversidad.
Es evidente que somos distintos. Pero nuestra literatura habla el mismo lenguaje y nuestra novela o poes¨ªa cuentan historias y describen sentimientos en los que podemos reconocernos; la celebraci¨®n durante estos d¨ªas del Sal¨®n Internacional de la Edici¨®n y del Libro de Casablanca, donde Espa?a es el pa¨ªs invitado, dan buen testimonio de ello. Tambi¨¦n la arquitectura construye espacios majestuosos, con est¨¦tica e inspiraci¨®n parecidas; pasear en Marraquech por los jardines Majorelle y observar el minarete de Kutubia inevitablemente despierta recuerdos granadinos o sevillanos. En verdad, hasta el f¨²tbol nos hermana; no es anecd¨®tico, por tanto, que pensemos en una candidatura com¨²n para el Mundial de 2030.
Por otro lado, los intereses comunes contribuyen tambi¨¦n a que las relaciones pol¨ªticas bilaterales hayan estado siempre muy cuidadas. No en vano hemos sido capaces de construir una pol¨ªtica de Estado que protege la estabilidad de nuestra relaci¨®n frente a borrascas ef¨ªmeras, normales en un trato que tiene mucho de pasional. Nada puede contra la voluntad cuando esta tiene como fundamento una empat¨ªa estrat¨¦gica.
A t¨ªtulo personal, he sido testigo de la sinton¨ªa, respeto y lealtad entre ambos pa¨ªses. Como vicepresidenta del Gobierno lo pude constatar cuando me correspondi¨® coordinar con el entonces ministro de Asuntos Exteriores, Miguel ?ngel Moratinos, la b¨²squeda de soluciones a los problemas inevitables que surgen entre Estados vecinos y amigos, que saben, sin embargo, encontrar una soluci¨®n amistosa que refuerce sus lazos a partir del respeto mutuo. Promover las mejores y m¨¢s s¨®lidas relaciones entre nuestros pa¨ªses fue un objetivo prioritario de la pol¨ªtica exterior del presidente Zapatero, como lo ha sido habitualmente de los Gobiernos espa?oles.
Va en inter¨¦s de todos esforzarnos en cuidar el excelente trato pol¨ªtico y comercial existente
A su vez, las relaciones comerciales bilaterales atraviesan un momento particularmente dulce. No est¨¢ de m¨¢s recordar que Espa?a es actualmente el primer proveedor de Marruecos y tambi¨¦n su primer cliente. Marruecos es para nosotros el segundo mercado fuera de la UE, despu¨¦s de Estados Unidos. Es igualmente el primer destino de inversi¨®n espa?ola en ?frica.
Va, pues, en inter¨¦s de todos esforzarnos en cuidar el excelente trato pol¨ªtico y comercial existente entre ambos pa¨ªses, para que podamos seguir trabajando en beneficio de la paz, el progreso y la democracia, tres pilares esenciales para la estabilidad y viabilidad del desarrollo de toda la regi¨®n. Precisamente, gracias a la inteligente visi¨®n y clara apuesta que el rey Mohamed?VI ha hecho por ?frica, Marruecos es un claro modelo y ejemplo para fomentar, desde las experiencias cruzadas de nuestros pa¨ªses, el desarrollo humano y la modernizaci¨®n de los mecanismos de la gobernanza en ?frica. De ah¨ª que Marruecos haya emprendido una intensificaci¨®n de su pol¨ªtica exterior en ?frica que, adem¨¢s de ser compatible con el fortalecimiento de su acercamiento a la UE, es tambi¨¦n consecuente con los compromisos de desarrollo sostenible asumidos en la Agenda 2030. Entre sus 17 objetivos resulta prioritario erradicar la pobreza y el hambre, as¨ª como promover la salud y la educaci¨®n. Pero es igualmente consustancial a la Agenda combatir las desigualdades dentro de los pa¨ªses y promover la igualdad entre los g¨¦neros y el empoderamiento de las mujeres y las ni?as. Sin una apuesta decidida por esta igualdad no es posible hablar de desarrollo ni de paz ni de seguridad.
Esta agenda de la sostenibilidad constituye uno de los espacios fundamentales en el que podemos intensificar la acci¨®n conjunta frente a los grandes retos, cuya superaci¨®n contribuir¨¢ a asentar bases s¨®lidas para la estabilidad de nuestras relaciones, adem¨¢s de nutrir a¨²n m¨¢s la confianza mutua como bien m¨¢s preciado para la convivencia y la gobernabilidad. Esta confianza es adem¨¢s beneficiosa y rentable para una cooperaci¨®n entre nuestros Estados, Gobiernos, Universidades, empresas y, sobre todo, nuestras fuerzas de seguridad, ya que la complicidad estrat¨¦gica est¨¢ resultando esencial para la defensa y protecci¨®n de la paz en la regi¨®n. Su actuaci¨®n coordinada optimiza los resultados de la lucha contra las lacras contempor¨¢neas: terrorismo, tr¨¢fico humano, tr¨¢fico de drogas, as¨ª como una gesti¨®n migratoria que, a pesar de grandes dificultades y retos humanitarios, trata de salvar la dignidad de las personas.
Es necesario un mayor conocimiento de nuestras sociedades, especialmente entre los j¨®venes
Sigue habiendo, sin duda, retos pendientes. Es necesario un mayor acercamiento y conocimiento de nuestras sociedades, especialmente entre los j¨®venes y entre todos los que trabajan al servicio del Estado, para quienes conocer y entender el funcionamiento de nuestras respectivas sociedades y administraciones resulta esencial. Ese Marruecos joven nos invita a pensar en el dise?o de un espacio del conocimiento, al estilo del que ya se ha construido con ¨¦xito en la Uni¨®n Europea y se est¨¢ intentando con el mundo iberoamericano. Las Universidades est¨¢n llamadas a la formaci¨®n de ¨¦lites capaces de asumir la direcci¨®n y el desarrollo de sus pa¨ªses. Tambi¨¦n se podr¨ªa pensar en un vasto Erasmus que permitiese a nuestros funcionarios locales, regionales y estatales aprender conociendo al vecino y conviviendo con ¨¦l. Y, sin duda, el reto de la igualdad entre hombre y mujer nos invita tambi¨¦n a ambos Estados a avanzar de la mano en su consecuci¨®n efectiva.
Adem¨¢s, nuestros pa¨ªses albergan un potencial pol¨ªtico y de desarrollo mutuo que merece ser explorado con mayor intensidad. Me refiero a nuestros intereses comunes en ?frica y Europa. Marruecos es efectivamente puerta de entrada al continente africano; y Espa?a al europeo. Disfrutamos, por tanto, de una ubicaci¨®n privilegiada que debemos ser capaces de aprovechar y potenciar para ser a trav¨¦s del Mediterr¨¢neo el nexo de dos continentes que est¨¢n llamados a conformar un espacio de relaciones pol¨ªticas, econ¨®micas, sociales y geoestrat¨¦gicas en la era de la globalizaci¨®n.
En la consecuci¨®n de todos estos objetivos Espa?a y Marruecos cooperan como socios bilaterales y regionales. De ah¨ª que el viaje de los Reyes que se inicia hoy resulte estrat¨¦gico. Los afectos entre las dos Casas Reales forjan unas relaciones personales que hermanan a sus pueblos y fortalecen sus v¨ªnculos. ????? ?? ??? ??????? ?????. Que la visita sea un ¨¦xito.
Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega es presidenta del Consejo de Estado y de la Fundaci¨®n Mujeres por ?frica.
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