La educaci¨®n es la palabra m¨¢gica
Hay que vestirla de valores: esos que hacen que se respeten las diferencias

Ojal¨¢ pudiera escalar la cima y sentarme a contemplar todo lo que encierra el universo del conocimiento para discrepar sobre esa palabra m¨¢gica que me lleva al l¨ªmite de mis capacidades. Y es que la educaci¨®n puede ser mucho m¨¢s que todo eso que atesoramos durante nuestra existencia: puede ser perversa, ins¨ªpida, cruel. ?Acaso no se educ¨® en la desigualdad? ?No se educ¨® para combatirnos? ?Acaso no fue la que encarcel¨® el pensamiento libre?
La educaci¨®n puede ser todo y nada, y es que en ese todo cabe la tolerancia, el respeto y no sobra el placer que nos infunde sentir que rozamos lo humano.
La educaci¨®n es como una gran bola de fuego con la que nos exponemos a la ceguera. Pero tambi¨¦n es el calor que nos une en un c¨ªrculo perfecto. Conectados confluimos, pero muchas veces sin conciencia. Lo f¨¢cil es asumirla, vestirse de ella, lo m¨¢s dif¨ªcil y peligroso es cuestionarla. Sin entregarnos del todo, sin atrevernos a desmentirla, seguimos tras lo que aprendimos, muchas veces sin conciencia.
Y es que la educaci¨®n podr¨ªa ser m¨¢s que ese universo limitado al que reconocemos: podr¨ªa ser el todo en las relaciones humanas. M¨¢s all¨¢ de ese mundo de conocimientos y costumbres, de l¨¦xicos cargados con el peso de la historia, existen otros universos, esos que centellean como estrellas, que nos gu¨ªan cuando retamos a quienes con astucia pretenden con la educaci¨®n coartarnos, derrotarnos sin que por ello tengamos conciencia de haber estado en batalla alguna.
La educaci¨®n tambi¨¦n lleva a cuesta sus muertos, embalsamados en tarros que ocupan su lugar en la estanter¨ªa del tiempo.
No nos enga?emos, tenemos que buscar lo que nunca pose¨ªmos: esa palabra m¨¢gica ¡°educaci¨®n¡±, y vestirla de valores, esos que hacen que se respeten las diferencias, que todo tenga sentido cuando pensamos con libertad.
Esta tribuna es una colaboraci¨®n de un lector en el marco de la campa?a ?Y t¨² qu¨¦ piensas?. EL PA?S anima a sus lectores a participar en el debate. Algunas tribunas ser¨¢n seleccionadas por el Defensor del Lector para su publicaci¨®n.
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