La nueva generaci¨®n del clan Pantoja desplaza a la matriarca
Mientras Isabel Pantoja est¨¢ en sus horas m¨¢s bajas, sus hijos Kiko Rivera e Isa Pantoja toman el relevo medi¨¢tico que ostentaba su madre antes de su ingreso en prisi¨®n
Isabel Pantoja vive en un prolongado bucle horribilis que no parece tener fin. Los m¨¢s optimistas pensaban que la peor etapa de la tonadillera ¨Cdejando a un lado la muerte de su marido, el torero Francisco Rivera, solo unos meses despu¨¦s de haber nacido el primer hijo de la pareja¨C tendr¨ªa su punto y final tras haber cumplido los dos a?os de c¨¢rcel a los que fue condenada por blanqueo de capitales. Pero la pesadilla que comenz¨® para Isabel Pantoja en 2007, cuando fue detenida en Marbella en relaci¨®n con la Operaci¨®n Malaya, sigue pasando factura a la cantante que en otros tiempos llenaba teatros con sus conciertos y luc¨ªa como reina de las tonadilleras en las revistas del coraz¨®n.
Doce a?os son muchos para nuestra memoria ef¨ªmera y quienes a¨²n se pregunten qu¨¦ pas¨® para que Isabel Pantoja acabara entre rejas, la contestaci¨®n m¨¢s simplista es que ocurri¨® por amor. La artista enviud¨® con solo 28 a?os, tras una boda que reflejaba todos los t¨®picos de Espa?a ¨Cla tonadillera y el torero¨C, solo despu¨¦s de un a?o y cinco meses de matrimonio y con un beb¨¦ de siete meses que quedaba hu¨¦rfano de padre por la cornada mortal de un astado de nombre Avispado. Fue la viuda de Espa?a durante casi 20 a?os y aunque por medio y durante cuatro a?os mantuvo una discreta relaci¨®n sentimental con el empresario y exbaloncestista Diego G¨®mez, la espita de los truenos se abri¨® con la aparici¨®n en escena de Juli¨¢n Mu?oz en 2003. El novio que devolvi¨® la sonrisa a la cantante era entonces alcalde de Marbella, estaba casado con Maite Zald¨ªvar y en febrero y marzo de 2003 hab¨ªa contado con la presencia de Isabel Pantoja en varios actos institucionales. Mu?oz calcul¨® mal las consecuencias de halagar a su amante. Las alarmas se dispararon en el consistorio y la esposa humillada se dedic¨® ,cuando se confirm¨® el romance,? a pasearse por los plat¨®s de televisi¨®n y a hablar de las bolsas de basura llenas de dinero que sal¨ªan del domicilio conyugal.?
Ese fue el hilo del que se comenz¨® a tirar para un proceso que finaliz¨® con el encarcelamiento de Juli¨¢n Mu?oz en abril de 2013 por blanqueo y cohecho. Isabel Pantoja sigui¨® el mismo camino, ante el asombro del respetable, en noviembre de 2014. Por medio se acab¨® el amor entre la pareja que hizo c¨¦lebre la expresi¨®n ¡°dientes, dientes¡±, en referencia a sonre¨ªr forzadamente cada vez que la prensa les persegu¨ªa para captar im¨¢genes de ellos dos juntos.
La artista firm¨® su libertad condicional en marzo de 2016 y parec¨ªa que la pesadilla hab¨ªa terminado, que el mito continuar¨ªa aumentando y que los conciertos volver¨ªan a hacer entrar el dinero en esa casa que vivi¨® sus horas m¨¢s bajas durante el encierro de la matriarca del clan. Ninguna de estas previsiones se ha cumplido. En noviembre de ese mismo a?o Isabel Pantoja sac¨® nuevo disco y volvi¨® a cantar en p¨²blico, pero pese a la expectaci¨®n inicial nada volvi¨® a ser igual. El p¨²blico no llenaba los conciertos de la cantante, una anunciada serie sobre su vida parece anclada en el olvido y el contrato con Universal, su discogr¨¢fica de siempre, finaliz¨® en febrero y no parece pr¨®ximo el momento de renovarlo.
Sin embargo otros miembros del clan Pantoja han tomado el relevo frente a los medios, con m¨¢s o menos acierto. Los hijos de la tonadillera, Kiko Rivera e Isa Pantoja, y su sobrina, Anabel Pantoja, contin¨²an explotando la imagen de la artista pero exponiendo su vida diseccionada fotograma a fotograma en revistas, realities y programas de televisi¨®n.
Kiko Rivera, el hijo que tuvo con Paquirri, mut¨® en Dj tras ser el ep¨ªtome del nini (ni estudia, ni trabaja); fue noticia por encadenar una novia tras otra y por la prisa que ten¨ªan todas ellas de rentabilizar su relaci¨®n cont¨¢ndola al mejor postor. El eterno infante de la Pantoja se cas¨®, tuvo dos hijas con Irene Rosales, segu¨ªa haciendo sus bolos y se someti¨® a una operaci¨®n de reducci¨®n de est¨®mago para acabar de una vez por todas con esa obesidad que no lograba controlar.
Parec¨ªa que reconduc¨ªa su vida y que la noche quedaba para el trabajo, cuando hace unos meses tuvo que parar y suspender sus compromisos laborales por lo que entonces dijo que era una depresi¨®n. Otro reality, Gran Hermano D¨²o, en el que participa como concursante, est¨¢ descubriendo sus secretos. A lo largo de lo que va de emisi¨®n ¨¦l mismo ha confesado que estaba enganchado a las drogas y lo ha dejado, que quiere a su hermana Isa Pantoja pese a las muchas veces que se han enfrentado en p¨²blico y en privado, que ha gastado cantidades ¡°indecentes de dinero¡± y ahora concursa junto a su mujer para ganar 100.000 euros y comprarse una casa. Ah, y la ¨²ltima, su madre ¨Casegura la prensa rosa¨C le ha apuntado a un curso en el Centro Nacional de Formaci¨®n de Entrenadores para que deje la noche y sus peligros y se dedique a ser entrenador en el futuro.
Por mucho que le guste este deporte y le gu¨ªe su afici¨®n al Sevilla, resulta dif¨ªcil pensar que Kiko Rivera (35 a?os) encuentre su sitio en esta profesi¨®n en la que muchos otros dif¨ªcilmente llegan a ser mileuristas. Pero ocurra o no, Rivera est¨¢ consiguiendo con su participaci¨®n en este nuevo reality, cambiar la percepci¨®n que ten¨ªa el p¨²blico de ¨¦l y ganarse la simpat¨ªa que hab¨ªa perdido. Por no hablar del buen sabor de boca que tambi¨¦n est¨¢ dejando su mujer, Irene Rosales.
Isa Pantoja es otro de los v¨¦rtices de este tr¨ªo. Adoptada por la cantante en Per¨² en 1996, todas las alegr¨ªas de la infancia tornaron en problemas en la adolescencia: rebeld¨ªa, parejas de ida y vuelta y la constataci¨®n de que la fama de su madre le reportaba dinero m¨¢s f¨¢cil de ganar que si aprovechara los estudios de los que podr¨ªa vivir seg¨²n su progenitora. Ha contado los entresijos de las relaciones del clan Pantoja, que su t¨ªo Agust¨ªn no la quiere igual que a Kiko, que su antigua cuidadora es tan madre como la propia, que quiere ser famosa, que se lleva a ratos con su hermano¡, y todo ello lo ha afirmado un d¨ªa y desmentido al siguiente. El ¨²ltimo programa que cont¨® con su presencia fue Gran Hermano VIP y ahora, mientras Kiko Rivera concursa, est¨¢ desaparecida, como su madre. Todas a una para no perjudicar la imagen del hijo y hermano redimido.
De defender a unos y otros, y cobrar por ello, se encarga Anabel Pantoja, sobrina de la tonadillera. Es hija de Bernardo Pantoja, de 67 a?os, hermano de Isabel, quien se cas¨® hace pocas semanas con Junco, una exbailarina japonesa. Anabel se ha criado protegida por su abuela Ana y por la cantante, estudi¨® en Madrid y se hizo maquilladora. Ha sido asistente de su famosa t¨ªa, pero seg¨²n ha deca¨ªdo la estrella de la artista, ella ha ido encontrando su sitio en la televisi¨®n defendiendo a su familia. Si hubiese que ponerle un t¨ªtulo podr¨ªa ser el de portavoz del clan Pantoja. Para eso cuenta con el benepl¨¢cito del t¨ªo Agust¨ªn, el que dicen que parte y reparte en Cantora, la finca que Isabel hered¨® de su difunto marido y donde Isabel vive recluida desde que el estigma de su encierro no le deja levantar cabeza. Cu¨¢nto durar¨¢ la desgracia de una y la redenci¨®n y ascenso de los otros, es una pregunta tan misteriosa como el final de Juego de Tronos.
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