Un hijo gay o un padre de Vox
Casado quiere robarle votos a la extrema derecha hasta que no le quede ninguno al PP
Una de las caracter¨ªsticas m¨¢s notables de muchos votantes de Vox es que dicen que no son de Vox pero que van a votar a Vox. Como instrumento con el que canalizar su rabia o hartazgo, como herramienta con la que tener a raya a Catalu?a, como veh¨ªculo con el que garantizar y defender tauromaquia o caza; otra raz¨®n es que a muchos periodistas se nos va a ¡°acabar el chollo¡±, como si con ellos se nos fuesen a acabar alg¨²n d¨ªa los temas. Todas ellas son razones leg¨ªtimas, sobre todo la ¨²ltima, que se anteponen a lo que no gusta de Vox, que es como quedarse con Franco por su estilo.
La rabia y el hartazgo de ese votante se deben principalmente a la corrupci¨®n de los partidos y las instituciones, con las que va a acabar un l¨ªder subvencionado eternamente y un partido cuya financiaci¨®n empieza a desplazarse de las p¨¢ginas de pol¨ªtica a las de sucesos. Vox es uno de los placeres culpables del votante del PP que quer¨ªa algo m¨¢s fuerte pero le daba corte pedirlo; ahora que se lo han ofrecido, es tan pura la mercanc¨ªa que cualquier excusa vale para probarla, con la condici¨®n de que no se le reconozca como adicto. No va a votar a la extrema derecha porque sea de extrema derecha, sino porque est¨¢ ¡°cansado¡±. Por eso tiene raz¨®n Roc¨ªo Monasterio, candidata madrile?a de Vox, cuando dice que del PP se sale ¡°como de la droga¡±; de la droga generalmente se sale a otra droga, casi siempre peor que la anterior.
La din¨¢mica del votante que vota lo que no quiere votar replica la estrategia de la direcci¨®n, que para desmentir que se trata de un partido hom¨®fobo, machista y racista ha ido eligiendo cuidadosamente sus candidatos hasta plantarse en el ¨²ltimo de ellos, un revisionista del Holocausto supongo que para que nadie los llame nazis. Que su n¨²mero uno en Albacete, cuna de Muchachada nui, diga que si su hijo es gay lo llevar¨ªa a terapia levanta tanto esc¨¢ndalo que nadie obvia lo verdaderamente dram¨¢tico: que te salga un padre en las listas de Vox y la posibilidad no solo de no poder llevarle a terapia, sino de que acabe en la tribuna del Congreso.
Uno podr¨ªa pensar que con este ambiente, estas decisiones y estas declaraciones p¨²blicas se le est¨¢ quedando un centro precioso al PP. Ocurre que todo en ese partido, desde que Vox ten¨ªa cien votantes, est¨¢ orientado a rob¨¢rselos. La estrategia recuerda a aquella de Esperanza Aguirre cuando dijo que su gran rival era Carmena, mucha gente pregunt¨®: ¡°?Qui¨¦n?¡±, y Aguirre no par¨® de explicarlo hasta que la hizo alcaldesa.
Casado quiere robarle votos a Vox hasta que no le quede ninguno al PP. De una forma tan ex¨®tica que el candidato a la alcald¨ªa de Madrid ha pedido la prohibici¨®n de una obra de teatro porque ¡°no se puede ser c¨®mplice de los que se amparan en la libertad de expresi¨®n para mofarse de los sentimientos religiosos¡±. En ese universo que se est¨¢ construyendo ad hoc la divertid¨ªsima derecha espa?ola, la libertad de expresi¨®n es algo en lo que hay que ampararse para hablar bien de algo, esgrimir la libertad de expresi¨®n para decir algo que no ofenda a nadie, de tal forma que si alguien dice ¡°me pareces un candidato list¨ªsimo y genial¡± y el candidato te pide explicaciones, puedas sacar del bolsillo la Constituci¨®n para ampararte en ella. Y que te lo creas.
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