Es domingo, pero Marcelina Sand¨®n ya ha planeado con todo detalle la cena del mi¨¦rcoles: pollo agridulce, arroz con coco y jugo de tomate. Solo quedan tres d¨ªas, pero para esta mujer de 56 a?os la espera ser¨¢ eterna. Est¨¢ impaciente por volver a acoger en casa a sus nietos, Mar¨ªa Valentina Barrios De La Cruz y David, respectivamente de seis a?os y un a?o.
Sand¨®n es una retornada. Regres¨® de Venezuela a Colombia para ayudar a su hijo, con problemas de consumo de droga, y a sus peque?os. Ahora vive en Nelson Mandela, uno de los barrios m¨¢s vulnerables de Cartagena de Indias. Hace seis meses, tuvo que renunciar a la custodia de sus nietos porque ya no pod¨ªa m¨¢s, entre los dolores causados por las varices y un piso considerado por los servicios sociales inadecuado para unos ni?os. "He acondicionado el piso de manera muy r¨¢pida y sin ninguna ayuda, con el dinero que gano dando masajes y haciendo trenzas en la playa", cuenta. "No me compraba ni una galletita".
"Para m¨ª fue muy duro cuando se llevaron los ni?os a un piso de acogida. Vine de Venezuela buscando otra cosa, no esto. Pero sab¨ªa que mis nietos estaban en buenas manos y que era lo mejor para ellos".