Lucifera
Es tan dif¨ªcil compartir las ideas extremistas de Ayn Rand, como no admirarla por su vigor en defenderlas en la novela, el ensayo y el cine
La v¨ªspera de la manifa feminista decid¨ª ponerme a tono viendo El manantial, la estupenda pel¨ªcula del King Vidor. A pesar de que ya ha cumplido los setenta, se mantiene tersa y provocativa como en su estreno, gracias a las memorables interpretaciones de Gary Cooper, Patricia Neal y Raymond Massey, enmarcadas en una realizaci¨®n casi abstracta, que nunca deja olvidar que se trata de un filme ¡°de ideas¡±, una pulcramente apasionada lecci¨®n de filosof¨ªa. Para defender el individualismo radical como la fuerza motriz del creador, contra cualquier concesi¨®n a lo gregario, al aplauso colectivo, incluso al inter¨¦s p¨²blico. No es una elemental apolog¨ªa del capitalismo, porque condena a quienes se enriquecen halagando el gusto de la masa y propone un h¨¦roe que prefiere trabajar como pe¨®n antes que someterse al juicio vulgar que solo valora lo rutinario y t¨®pico. La hero¨ªna repudia a los hombres por su falta de integridad, pero de este le asusta la exigencia de la suya. La ¨²ltima escena es una apoteosis rom¨¢ntica del ego¨ªsmo racional.
La pel¨ªcula se basa en la novela de Ayn Rand, tambi¨¦n autora del guion. Fue una jud¨ªa rusa nacionalizada americana, polemista brav¨ªa contra el altruismo y cualquier sumisi¨®n colectivista. Ninguna escritora del siglo pasado fue tan influyente en EE?UU, maestra de Alan Greespan y del inventor de Wikipedia, entre otros muchos que luego la repudiaron, asustados por su personalidad dominante, abrumadora. Es tan dif¨ªcil compartir sus ideas extremistas como no admirarla por su vigor en defenderlas en la novela, el ensayo y el cine. Una diablesa, cuyo lema pudo ser non serviam! La imagino el d¨ªa de la mujer separada de todas, haciendo la higa a tantos colectivos a cual m¨¢s pringoso, neg¨¢ndose a marcar el paso con el conformismo triunfante.
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