Insurrecci¨®n de pacotilla
Baena es un testigo clave. Y de relumbr¨®n, pues fue condecorado por el Gobierno de Mariano Rajoy por su papel en el 'proc¨¦s'.
El teniente coronel Daniel Baena, de la Guardia Civil, es el aparejador. De las investigaciones, de los atestados, del sumario entero del Juzgado 13 que ha desembocado aqu¨ª, en el Supremo.
Es, pues, un testigo clave. Y de relumbr¨®n, ya que fue condecorado por el Gobierno de Mariano Rajoy por su papel en el proc¨¦s.
Tan clave como espinoso, pues de entrada confes¨® ayer que hab¨ªa sido condenado por un ¡°delito contra la integridad moral¡± (C¨®digo Penal, art¨ªculo 173 y siguientes). Esa familia de delitos va desde el de dispensar ¡°trato degradante¡±, pasando por ejercer ¡°violencia¡± habitual contra el c¨®nyuge, a su expresi¨®n m¨¢xima: ¡°Cometer tortura¡±.
Probablemente el delito del perseguidor sea del gramaje inferior, causar ¡°injuria o vejaci¨®n de car¨¢cter leve¡±. Pues es el subtipo que se castiga con multa, que reconoci¨® haberle sido impuesta.
Dijo tambi¨¦n Baena que le cancelaron los antecedentes penales. Con lo cual goza de la plenitud de derechos. Pero no del de gallear, que la Constituci¨®n a¨²n no lo consagra. Todo eso produce sarpullidos, al menos est¨¦ticos. Una vez registrada y comunicada esa incomodidad, vayamos al n¨²cleo de su declaraci¨®n, que es lo susceptible de influir en la convicci¨®n que se forme el tribunal.
La tesis de Baena es m¨¢s bien dram¨¢tica y concomitante con la de algunos de sus colegas. Aunque no de todos. Hay pluralidad de miradas entre los benem¨¦ritos. Como es de suponer que la haya tambi¨¦n a partir de hoy entre los Mossos, cuando empiecen a declarar esta tarde.
As¨ª que, seg¨²n Baena, desde el 20-S ¡°ya se incrementaron las concentraciones y el clima que se viv¨ªa era claramente insurreccional¡±. Al punto de que la percepci¨®n de los tres cuerpos policiales coincid¨ªa en que ¡°Catalu?a era un aut¨¦ntico polvor¨ªn¡±. Desgran¨® el teniente coronel el detalle callejero de ese hervidero: 88 escraches y 47 asedios a casas cuarteles, sin importar que hubiera ¡°esposas e hijos¡± de los agentes, entre otras actuaciones levantiscas e intimidatorias.
Hubo, en efecto, motivos en Catalu?a, esos d¨ªas, para denunciar la enorme, desgarradora tensi¨®n, pol¨ªtica, vial y social. Pero ?insurrecci¨®n?
Un term¨®metro de una insurrecci¨®n es cu¨¢n fat¨ªdicos son sus efectos. Y ya Baena confes¨® que el 20-S, ¡°excepto el hecho de que no pudieran ir los [algunos] detenidos al punto [sus despachos], desde un punto de vista judicial nosotros cumplimos con el objetivo: reunir unas pruebas y aportarlas al juez¡±.
Tanto fue as¨ª que Baena, que ¡°ten¨ªa autorizaci¨®n para dar a la fuerza policial la capacidad de usar la fuerza¡±, declin¨® hacerlo. Pues no se vulner¨® la ¡°integridad f¨ªsica de la comitiva judicial¡±. Y ¨¦l s¨ª que sabe de integridades.
M¨¢s. ¡°Durante el periodo de insurrecci¨®n¡±, contest¨® a las defensas, ¡°no¡± hubo desperfectos; ¡°no¡± hubo detenciones; ¡°no¡± hubo incidentes graves; ¡°no¡± hubo mensajes de violencia de los gobernantes. Entonces, ?qu¨¦ engendro de insurrecci¨®n fue ese?
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