12 fotos25 ANIVERSARIO DEL GENOCIDIO DE RUANDAUn largo camino hacia el perd¨®nA punto de cumplirse un cuarto de siglo del genocidio de 1994 en Ruanda, v¨ªctimas y autores de la masacre buscan el camino para la reconciliaci¨®n inter¨¦tnicaEl Pa¨ªs06 abr 2019 - 13:41CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceAldeanos asisten a una misa en el sector de Mutete, en Byumba (Ruanda) donde hace 25 a?os m¨¢s de mil vidas, en su mayor¨ªa tutsi, fueron masacradas por genocidas Hutu. Pascal, de etnia hutu, y Jean-Bosco, tutsi, se juntan en la iglesia en la que se celebra la ceremonia religiosa en honor a la virgen Mar¨ªa, el 29 de marzo de 2019, el primer s¨¢bado del mes. Son viejos amigos a quienes la vida separ¨® y junt¨® m¨¢s tarde.JACQUES NKINZINGABO (AFP)Jean-Bosco Gakwenzire, de 65 a?os y de etnia tutsi, mira a trav¨¦s de una ventana en su hogar en el sector de Mutete, en la ciudad de Byumba, el 2 de marzo. El padre de Jean-Bosco, su esposa y cuatro de sus seis hijos fueron asesinados en Mutete durante el genocidio ruand¨¦s de 1994. Su amigo Pascal Shyirahwamaboko, form¨® parte de las milicias que mataron a su familia durante el genocidio de 1994.JACQUES NKINZINGABO (AFP)Hace 25 a?os Mutete pag¨® un alto precio por la locura sanguinaria de los genocidas hutus. M¨¢s de 1.000 habitantes de esta localidad murieron en el genocidio que, seg¨²n la ONU, caus¨® al menos 800.000 muertos, sobre todo entre la minor¨ªa tutsi, entre abril y julio de 1994. Ahora las dos aldeas est¨¢n aprendiendo a convivir nuevamente, compartiendo todo lo que tienen, incluido el agua, como lo habian hecho antes del genocidio de 1994. En la imagen, una ni?a toma agua de un manantial en el valle que separa las aldeas de Musambira y Nyarubaka, en el distrito de Kamonyi, en el sur de Ruanda.JACQUES NKINZINGABO (AFP)Daphrosa Mukamusoni, una ex combatiente de las Fuerzas de Liberaci¨®n Democr¨¢tica de Ruanda (FLDR), posa en el Centro de Reintegraci¨®n y Desmovilizaci¨®n en Mutobo, el 5 de marzo de 2019. Hombres y mujeres que ayudaron a llevar a cabo el horrible genocidio de Ruanda y que luego formaron el ej¨¦rcito rebelde FDLR, han regresado a su hogar en Ruanda despu¨¦s de un cuarto de siglo en los bosques del este de la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, donde buscaron refugio del avance de las fuerzas lideradas por el actual presidente.JACQUES NKINZINGABO (AFP)Tras el genocidio, en el que tambi¨¦n perecieron numerosos hutus moderados, tom¨® el control del pa¨ªs el Frente Patri¨®tico de Ruanda (RPF), milicia que entonces lideraba el actual presidente, el tutsi Paul Kagame. En la imagen, Focus Twiringiyimana, 47 a?os, excombatiente de las Fuerzas de Liberaci¨®n Democr¨¢tica de Ruanda (FLDR), pasa por delante de las oficinas de la administraci¨®n mientras se dirige a un centro de formaci¨®n profesional en el Centro de Reintegraci¨®n y Desmovilizaci¨®n en Mutobo, el 5 de marzo de 2019.JACQUES NKINZINGABO (AFP)Los antiguos rebeldes aprenden a reintegrarse en la sociedad en el campamento de Mutobo. Cada lote pasa tres meses en el campamento, antes de que puedan regresar a las familias y hogares que dejaron atras dos d¨¦cadas antes. El campo ha reintegrado a 11.000 combatientes de las fuerzas rebeldes desde 1997. En la imagen, un grupo de combatientes asisten a una clase de un taller de capacitaci¨®n vocacional, en el centro de Reintegraci¨®n y Desmovilizaci¨®n de Mutobo.JACQUES NKINZINGABO (AFP)Combatientes de las Fuerzas de Liberaci¨®n Democr¨¢tica de Ruanda (FLDR) se preparan para jugar un partido de f¨²tbol en el Centro de Reintegraci¨®n y Desmovilizaci¨®n en Mutobo, el 5 de marzo de 2019.JACQUES NKINZINGABO (AFP)Combatientes de las Fuerzas de Liberaci¨®n Democr¨¢tica de Ruanda (FLDR) posan para una foto despu¨¦s de jugar un partido de f¨²tbol en el Centro de Reintegraci¨®n y Desmovilizaci¨®n en Mutobo, el 5 de marzo. 2019. JACQUES NKINZINGABO (AFP)Daphrosa Mukarubayize, una tutsi de 57 a?os, posa para una foto cerca del manantial en el valle que separa las dos aldeas en la frontera entre los sectores Musambira y Nyarubaka, el 4 de marzo de 2019. Daphrosa ha tomado la iniciativa de ser la primera en perdonar p¨²blicamente a los vecinos hutu por las atrocidades cometidas en 1994. JACQUES NKINZINGABO (AFP)Un hombre recorre en bicicleta una carretera en el valle que separa dos aldeas en colinas adyacentes, en la frontera entre Musambira y Nyarubaka, en distrito de Kamonyi, el 4 de marzo de 2019. JACQUES NKINZINGABO (AFP)Josepha Mukaruzima, una mujer tutsi de 70 a?os cuya familia fue asesinada durante el genocidio de 1994, aparece en la foto con su cabra en la aldea de Ruseke. En 1994, sus vecinos Hutu de la comuna Giheta se volvieron contra los de Ruseke, de mayor¨ªa tutsi.JACQUES NKINZINGABO (AFP)Jean-Bosco Gakwenzire (de espalda) saluda a su antiguo compa?ero de clase, Pascal Shyirahwamaboko. Jean-Bosco ha perdonado a Pascal de haber formado parte de la milicia que mat¨® a su padre en 1994, durante el genocidio ruand¨¦s. La conversaci¨®n es amistosa. Sonr¨ªen. "Hoy en d¨ªa es mi mejor amigo. Le hice mucho da?o, pero me perdon¨®", declara Pascal Shyirahwamaboko, un campesino de 68 a?os. A Jean-Bosco le ha costado lo suyo olvidar y perdonar. Al principio, explica, "no me sent¨ªa capaz de hablar ni de compartir nada con los responsables de lo que me hab¨ªa pasado. Pero con el tiempo, con la oraci¨®n, el di¨¢logo se reanud¨®, poco a poco. Comenzamos a perdonar, a hablar del perd¨®n y a ense?arlo", explica. "S¨¦ que los que han muerto nunca volver¨¢n, que lo que perdimos nunca volver¨¢. Me permiti¨® seguir adelante".JACQUES NKINZINGABO (AFP)